“Que no sea una empresa externa la que mida la percepción que puedan tener los ciudadanos”, sino que exista un método para “medir la realidad” de lo que se hace. Ese es el objetivo de la reunión que el Consejo Estatal de Transparencia, presidido por Esther Arizmendi, celebra este lunes en Valencia con representantes de casi todas las comunidades autónomas. La cita tiene como anfitrión al conseller de Transparencia valenciano, Manuel Alcaraz, el único que encabeza un departamento claramente centrado ella, aunque existan por ejemplo en Cataluña y Baleares consejerías que incorporan también la transparencia en su denominación.
Ambos han explicado que el objetivo del encuentro es compartir experiencias con una idea clara. Se trata, ha dicho Arizmendi, “de que en junio podamos irnos de vacaciones con un instrumento ya puesto en marcha”. ¿De qué instrumento se trata? De un sistema para evaluar “tanto cuantitativamente como cualitativamente” la transparencia de las Administraciones en España. Con la colaboración de la Agencia Estatal de Evaluación de Políticas Públicas, la pretensión es crear una única aplicación informática que se pondrá a disposición de todas las comunidades y ayuntamientos. Esa aplicación y ese sistema “no tendrán logo”, ha precisado la presidenta del Consejo Estatal, porque se pretende que el instrumento no pueda ser vinculado a ningún partido ni administración.
Según Arizmendi, la intención es que las nuevas políticas de transparencia, “que han tardado mucho tiempo, casi 40 años, en llegar a España”, tengan una “evaluación interna” además de la evaluación externa que ejercen los consejos de transparencia. Aspectos como la reutilización y la actualización de datos, el cumplimiento de las obligaciones legales o la facilidad de acceso a la información formarán parte de los ítems a evaluar y medir.
Como ha recordado Alcaraz, la Generalitat Valenciana tiene un convenio con la organización Transparencia Internacional, que hace una evaluación centrada en 80 ítems. Pero la intención es ir más allá. “Queremos un sistema en el que nadie haga su propia medición”, ha precisado Arizmendi.