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En 1996, con el popular Eduardo Zaplana al frente de la Generalitat Valenciana, la Universidad de Alicante (UA) perdió la carrera de Medicina, cuyos estudios pasaron a impartirse únicamente en la Universidad Miguel Hernández (UMH) de Elche. El curso pasado, 27 años después y tras recibir el apoyo del Gobierno del Botànic, Alicante recuperó el grado de Medicina, de forma que 86 alumnos pudieron cursar sus estudios en el campus alicantino.
La UMH inició entonces un proceso judicial ante el Tribunal Superior de Justica (TSJCV) contra la autorización a la UA para que pudiese impartir el grado de Medicina, una causa en la que estaba personada la Generalitat Valenciana, gobernada todavía por PSPV, Compromís y Unides Podem, que respaldaba la recuperación de estos estudios por parte de la universidad alicantina. El criterio del Consell, con el PP al frente de la Generalitat, ha variado y ha decidido retirarse del proceso judicial, dejando sola a la Universidad de Alicante y allanando 'de facto' el camino del recurso de la Miguel Hernández, que se está previsto que se resuelva el próximo mes de septiembre.
Esta decisión ha provocado una controversia importante, con críticas desde diversos sectores, como la propia rectora de la Universidad de Alicante o los partidos de la oposición (PSPV y Compromís). El president Carlos Mazón justificó entonces la decisión de retirarse del proceso judicial aprobada por el pleno del Consell en la “neutralidad” y para que las dos universidades puedan “sumar” capacidades.
El jefe del Consell se posiciona en favor de un “gran campus sanitario provincial” para acabar con la rivalidad entre las dos entidades y potenciar Alicante como un 'clúster' en formación universitaria y pide “altura de miras” para la creación de un campus sanitario entre la Universidad de Alicante y la Miguel Hernández en lugar de “luchar” por Medicina.
“En vez de luchar entre Alicante y Elche, juguemos a sumar, a coordinar y a la economía de escala que merecen nuestros pacientes para tener la mejor formación. Yo lo que ofrezco encima de la mesa es un trabajo conjunto de un campus provincial en el que nadie pierda su esencia y en el que, sobre todo, los alumnos y los pacientes que serán atendidos por estos alumnos tengan al personal mejor formado con las mejores herramientas. Desde el prisma de la confrontación creo que no se avanza, y nosotros estamos por avanzar”, explicaba Mazón. Esta propuesta cuenta con el respaldo del Sindicato Médico CESMCV.
Decisión “absolutamente insólita” del Consell
Las críticas a la decisión del Gobierno de Mazón de retirarse del proceso comenzaron por la propia rectora de la Universidad de Alicante, Amparo Navarro, quien lamentaba este posicionamiento que calificó de “absolutamente insólito”. Desde el PSPV, el expresident Ximo Puig censuraba la decisión del Consell de Carlos Mazón que calificaba de kafkiana en un artículo de opinión publicado en el diario Información, mientras que la actual secretaria general de los socialistas valencianos, Diana Morant, acusaba al popular de “atacar la autonomía” de la Universidad de Alicante con Medicina mientras “llora” por la falta de médicos, al tiempo que defendía como “perfectamente compatible” que se imparta el grado de Medicina en la UA y en la UMH. Así mismo, recordaba que fue otro popular, Eduardo Zaplana, quien “suprimió” estos estudios en Alicante.
Por su parte, el portavoz de Compromís en las Corts, Joan Baldoví, reclamaba de Mazón que no genere “inestabilidad” en el sistema universitario valenciano: “Lo que hay es un nuevo ataque a la universidad pública para favorecer un clúster sanitario donde colar por la puerta de atrás las facultades privadas”.
“No entramos en valorar la posición de la UA y la UMH en la demanda, pero el Consell de Mazón, lejos de mostrar una posición de neutralidad, retirándose se pone de parte, actúa en contra de los actos propios, torpedea una titulación que se ha impartido con normalidad el pasado curso generando inestabilidad en el sistema universitario valenciano y coartando gravemente la posibilidad de ofrecer soluciones a la dramática carencia de profesionales sanitarios del sistema público valenciano de salud”, denunciaba Baldoví.