Tras paralizar el plan de la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, de romper el protegido barrio de El Cabanyal, el gobierno de Joan Ribó (Compromís) está dando pasos para revitalizar y regenerar un barrio degradado que se había convertido en objeto de deseo de la especulación urbanística. Para ello está utilizando los mismos recursos que el gobierno del PP quería destinar a dividir el barrio con la prolongación de la avenida Blasco Ibañez hasta el mar.
Parte de esas actuaciones, que implicaban el derribo de casas, era la construcción del bulevar de San Pedro. El proyecto situado a pocos metros de donde iba empezar la ampliación de Blasco Ibañez estaba financiado con fondos del denominado Plan Camps -oficialmente Plan Confianza-. 11 millones de euros repartidos entre la puesta en marcha del bulevar -9,3 millones- y la compra de casas -3 millones-.
Tanto la Generalitat Valenciana como el tripartito municipal -integrado por Compromís, PSPV-PSOE y València en Comú- habían anunciado la reasignación de ese dinero para financiar la regeneración del barrio. Pero se habían encontrado con un problema: en noviembre de 2013 se acabó el plazo para modificar el destino del dinero, según fuentes de la concejalía de Urbanismo. El dinero quedaba bloqueado.
¿Cómo se ha revertido la situación? El Consell ha aprobado un nuevo decreto para que los Ayuntamientos que aún tienen pendiente de ejecutar obras financiadas con este plan presenten en cuarenta días las modificaciones pertinentes. Así, los 11 millones se destinarán ahora a la regeneración del barrio -por ejemplo, la zona de la plaza del Doctor Lorenzo- y a la instalación de equipamientos como la puesta en marcha de un centro de día y la recuperación del antiguo matadero del barrio marítimo.
Con este truco para cambiar las prioridades, “se urbanizará gran parte del barrio”, afirman desde el departamento que dirige el socialista Vicent Sarrià. Se prevé que las obras estén terminadas antes de 2018.