Aumento de la superficie verde, pasando de 9.722 metros cuadrados a 18.632, reducción del tránsito en más de 1.000 coches diarios pasando de 2.218 a 932, y, en consecuencia, aumento del 30,7% del número de establecimientos comerciales en planta baja.
Estos son algunos de los datos que arroja la primera supermanzana implantanda en septiembre de 2016 en Barcelona, en concreto en el barrio de Poblenou, una medida que consiste en el cierre al tráfico rodado de grupos de varias manzanas adyacentes a las que solo pueden acceder los residentes, y en recuperar el espacio público liberado por los coches, sobre todo en los cruces de calles, para nuevas zonas verdes y de uso ciudadano.
El Ayuntamiento de València se ha decidido a implantar este modelo en la capital en este segundo mandato. Tanto es así, que la vicealcaldesa de Valencia y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, visita este martes la zona de Juan Llorens y Calixto III junto con el arquitecto y urbanista Daniel Mòdol, exconcejal de Barcelona e impulsor de las supermanzanas en la ciudad condal.
De esta forma, Gómez conocerá de primera mano cómo se organizó el proceso que dio lugar a esta actuación urbanística que contó inicialmente con el rechazo de buena parte de los vecinos, pero que finalmente se ha consolidado.
La revisión del Plan General de Ordenación Urbana de València contempla ya estas actuaciones en zonas como Ciutat Fallera, el entorno del Mercado de Colón o en el Marítimo.
La actuación consistiría en señalizar los accesos a estos enclaves de forma que solo los residentes tendrían derecho a acceder con sus vehículos al interior de la supermanzana a velocidades muy reducidas para acceder a sus plazas de aparcamiento o para hacer labores de carga y descarga. Los peatones tendrían prioridad y el aparcamiento en superficie quedaría eliminado en su mayoría, con lo que ese espacio se ganaría para darle un uso ciudadano.
Las supermanzanas no requieren de grandes inversiones a corto plazo ya que se pueden materializar inicialmente mediante mobiliario urbano y pintura que marquen la distribución de los nuevos espacios, lo que se conoce como urbanismo táctico que se ya se ha implementado en el entorno de la Lonja y que se acometerá a partir del 20 de marzo en la plaza del Ayuntamiento. En todo caso, se trataría de actuaciones provisionales hasta que desarrollen las reurbanizaciones definitivas.