“Si el Valencia C. F. no cumple los plazos de la Actuación Territorial Estratégica (ATE) supondría su anulación y todo el plan volvería a su estado inicial, algo que tendría unas consecuencias jurídicas y económicas”.
Así de contundente se pronunció este lunes a preguntas de eldiario.es la vicealcaldesa de València y concejala de Desarrollo Urbano, Sandra Gómez, en relación a las consecuencias que tendría el incumplimiento de la ATE que fija los plazos para la puesta en marcha y finalización de las obras del nuevo Mestalla, así como para la demolición del viejo estadio y la construcción sobre su parcela de las seis torres de viviendas previstas con una edificabilidad de 89.000 metros cuadrados.
Gómez afirmó al respecto que de no cumplirse los plazos “todo quedaría anulado, lo cual sería el peor escenario para el club”. Y es que, la pérdida de la edificabilidad prevista en los terrenos de la avenida de Aragón supondría una merma de ingresos de entre 110 y 150 millones de euros, cantidades en las que se estima que se podría vender la parcela, al menos antes de la irrupción de la pandemia del coronavirus.
Sin estos ingresos, se antoja imposible que el club pueda reiniciar y finalizar las obras del coliseo de la avenida de las Cortes Valencianas, en el que el club ya tiene invertidos 150 millones de euros.
Según la vicealcaldesa, el Ayuntamiento no está dispuesto a otorgar una nueva recalificación al club valencianista por sus terrenos de la avenida de Aragón, por lo que de no cumplirse lo establecido en la ATE, se quedaría con el viejo estadio en propiedad, pero sin posibilidad de venderlo para construir en su lugar viviendas, y con los terrenos del nuevo Mestalla, con el coliseo a medio construir: “Llegados a este punto que nadie desea son muchas las incógnitas y las alternativas que el Ayuntamiento se plantearía, desde exigir al club terminar el campo aunque sea sin financiación hasta instarle a derribarlo, o incluso sacar a concurso la finalización de las obras; son opciones muy complejas y ambiguas jurídicamente que se analizarían llegado el momento”.
La Generalitat Valenciana aprobó la ATE 'Valencia Club de Fútbol' el 19 de febrero de 2015 y en ella se establece un plazo de vigencia del documento y por tanto de ejecución de toda la operación de 10 años. Según este plan, el nuevo Mestalla debe estar finalizado en mayo de 2021, un plazo ya de por sí casi imposible de cumplir, y el viejo Mestalla derribado como fecha límite en 2023, puesto que entre ese año y 2025 deben estar ejecutados los edificios de viviendas en la parcela de la avenida de Aragón.
Actualmente, el Valencia C. F, sumido en una profunda crisis deportiva e institucional en la que arrecian los rumores sobre la presunta intención de venta del club por parte del máximo accionista, el magnate de Singapur Peter Lim, carece de un plan claro para desarrollar este importante plan urbanístico del que depende el futuro de la entidad.
El último intento del club para reiniciar las obras del nuevo Mestalla se vio frustrado a finales del pasado mes de marzo, cuando el Valencia C. F. anunciaó que, en relación con la oferta vinculante que fue presentada por la cooperativa ADU Mediterráneo S.L. para la adquisición de los terrenos donde está ubicado el actual Camp de Mestalla, ambas partes, de mutuo acuerdo, acordaron que no se daban las circunstancias para la formalización de la operación, al no haberse cumplido las condiciones materiales acordadas para su ejecución en los plazos previstos.
Estas condiciones pasaban por ofrecer al club antes del 31 de marzo garantías de pago para la compra de los terrenos del viejo Mestalla, valorados en unos 125 millones de euros.