El Ayuntamiento de València, obligado a readmitir al funcionario que despidió por la purga en la delegación de Fallas
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento de València del PP y de Vox y dirigido por la alcaldesa de València, María José Catalá, aprobó el pasado mes de septiembre el despido fulminante del jefe de la sección de los museos de Cultura Festiva, Gil Manuel Hernández, y el del jefe de la sección de Patrimonio Festivo, Josep Lluis Marín, quienes obtuvieron la plaza mediante concurso de méritos. Ambos recurrieron en el juzgado y en el caso de Hernández, además solicitó la suspensión cautelar del acuerdo, no así Marín, quien se reincorporó a su plaza anterior en la Generalitat Valenciana.
Ahora, el juzgado ha resuelto la solicitud de medidas cautelares dando la razón a Gil Manuel Hernández. En concreto, según el fallo al que ha tenido acceso elDiario.es, el juzgado de lo contencioso administrativo número 7 de València ha dejado en suspenso su despido y obliga al Consistorio a su readmisión hasta que haya sentencia firme. La jueza considera que, de no atenderse la suspensión cautelar del despido, podría deparar un “perjuicio irreparable al recurrente”.
Tanto Hernández como Marín lograron sus plazas en septiembre de 2017, con Joan Ribó como alcalde y Pere Fuset como concejal de Cultura Festiva, ambos de Compromís. La modalidad por la que tomaron posesión fue la de concurso de méritos abierto a funcionarios de carrera de otras administraciones públicas.
El artículo 84.3 del Estatuto Básico del Empleo Público vigente afirma que “los funcionarios de carrera que obtengan destino en otra Administración Pública a través de los procedimientos de movilidad quedarán respecto de su Administración de origen en la situación administrativa de servicio en otras Administraciones Públicas; en los supuestos de remoción o supresión del puesto de trabajo obtenido por concurso, permanecerán en la Administración de destino, que deberá asignarles un puesto de trabajo conforme a los sistemas de carrera y provisión de puestos vigentes en dicha Administración”.
Sin embargo, según la resolución judicial, el Ayuntamiento argumentaba el despido “por no ser funcionario de carrera del Ayuntamiento de València [tenía la plaza en la Universitat de València] y no existir en la actualidad otro puesto de trabajo a proveer por concurso que exija la plaza de Profesor Titular Universidad de Valencia que ostenta, abierto a personal de otras administraciones”.
Al respecto, el concejal de Compromís, Ferran Puchades, ha denunciado que esta es “la primera vez en la historia democrática del Ayuntamiento de València que se expulsa a trabajadores por motivos ideológicos, lo que supone una purga sin precedentes, ya que ni Rita Barberà se atrevió a llegar tan lejos como lo han hecho Català y la concejala de Personal, Julia Climent”. Cabe recordar, según Puchades, que “esta injustificada expulsión de funcionarios con plaza se produjo después de que el propio concejal de Fallas, Santiago Ballester, amenazara en una entrevista publicada en la prensa con dejar fuera de la administración a estos trabajadores, alegando posibles discrepancias ideológicas”.
Para el edil, “los dos funcionarios de Cultura Festiva han demostrado fehacientemente su profesionalidad y alto grado de reconocimiento en todo el sector cultural y del mundo de la fiesta fallera y demás celebraciones festivas de la ciudad, actuando siempre con absoluta neutralidad y compromiso con los intereses generales de València, lo que fue reconocido por el propio señor Ballester, quien al principio del mandato afirmó que continuarían en sus puestos si cumplían con sus obligaciones”.
Puchades ha comentado que “la señora Catalá está a tiempo de corregir su actitud sectaria y antidemocrática, y puede anular la injustificada purga para restituir a los trabajadores en sus plazas; desde Compromís le instamos a hacerlo sin demora para ahorrarse nuevos varapalos en los tribunales”.
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