“Pago el alquiler en base a la beca que me concede el ministerio y con los actuales precios me ha resultado muy difícil encontrar algo mínimamente digno, es insostenible. Dediqué todo el verano a buscar algo que me acoplara en los portales inmobiliarios y en redes sociales como X o Instagram donde hay grupos creados para este fin. Había una avalancha de demandantes, muy superior a la oferta. Es un poco la ley de la selva porque cuando vas a ver algún piso que te gusta, no sabes si te van a escoger porque, aunque aceptes las condiciones, hay muchos más candidatos y luego es el propietario el que elige según su criterio. Fui a ver cinco y no me escogieron y al final he encontrado uno por la avenida de Blasco Ibáñez con un buen precio, 205 euros al mes. No es de los más nuevos, pero teniendo en cuenta que el mínimo ahora está en 400 euros creo que he tenido suerte”. Este es el testimonio de una estudiante (prefiere mantenerse en el anonimato) que se las ha visto y se las ha deseado para encontrar un piso en València desde el que acudir a la universidad a cursar sus estudios. Una situación que, a tenor de lo que cuenta, se ha convertido en un problema para muchos jóvenes por la escasa oferta existente en comparación con la demanda, lo que ha hecho que los precios se hayan disparado en los últimos dos años.
Como suele suceder en estos casos, hay quien aprovecha este caldo de cultivo para aprovecharse: “Ha habido casos de estafas por parte de individuos que piden a los interesados un pago antes de ir a ver el piso y luego se han encontrado con que era un engaño”, lamenta esta universitaria.
Loa datos confirman el auge los precios. Según el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Valencia (Coapiv), alquilar una habitación en València cuesta de media entre 400 y 450 euros, lo que supone un incremento en los últimos meses de entre 50 y 100 euros por habitación, lo que atribuye al “considerable descenso de la oferta de viviendas en alquiler en general”.
Según el portal inmobiliario Fotocasa, especialista en el mercado de vivienda de segunda mano y de alquiler, en la actualidad alquilar una habitación cuesta de media en València 427 euros lo que supone un incremento del 22% en los últimos dos años y del 14,6% en el último año.
Extramurs es el distrito más caro para alquilar una habitación en la capital valenciana con 487 euros al mes, un 26% más que hace un año, mientras Rascanya es el más asequible, con 369 euros, un 9,4% más.
María Matos, directora de Estudios y Portavoz de Fotocasa, explica que “la principal razón del incremento del precio del alquiler por habitaciones es la misma que la del encarecimiento del alquiler tradicional, es decir, el desequilibrio entre oferta y demanda hace que los precios se tensionen al alza”.
Como en todas las zonas más demandadas de las grandes ciudades, “el peso estudiantil es muy significativo” y añade que, “tal y como apuntan los datos de la OCDE, España va aumentando progresivamente su nivel de estudios y hay cada vez más jóvenes universitarios, que son quienes más interactúan con esta modalidad de alquiler, una casuística que incrementa la demanda de búsqueda de vivienda en alquiler presionando la escasa oferta”.
Matos afirma que las causas del auge de esta modalidad son las siguientes: “El elevado precio de los alquileres enteros o tradicionales es el responsable del gran aumento de la demanda de pisos compartidos. Los altos precios hacen que los ciudadanos se vean obligados a vivir en una vivienda compartida para repartir gastos y hacer frente al pago de la renta mensual. A esto se une el aumento de la rentabilidad para los propietarios, pues el rendimiento bruto obtenido de alquilar una vivienda por habitaciones es un 53% mayor al de una vivienda entera, pasando del 6,2% al 9,5%”.