Es la historia de la lucha de David contra Goliat, de la ciudadanía organizada contra el poder político y burocrático con todos sus resortes. Así se han escrito los grandes logros del movimiento vecinal para la ciudad de València, cuya resistencia ha logrado frenar planes especulativos o simplemente depredadores como la urbanización de El Saler, la construcción de una autovía en el viejo cauce del Túria o la destrucción de la trama urbana del Cabanyal, por poner algunos de los ejemplos más significativos.
El movimiento vecinal agrupado bajo el lema “'El llit del Túria és nostre i el volem verd” surgió en la década de los 70 con el objetivo de frenar el proyecto del régimen franquista por el que, tras la catastrófica riada de 1957 y el consiguiente desvío del cauce por el sur de València, se decidió construir una autovía en el viejo lecho del río que atraviesa la ciudad.
La fuerte respuesta de la sociedad civil valenciana, encabezada por la Coordinadora d'Associacions de Veïns, logró que se descartara finalmente la ejecución del vial coincidiendo con el inicio de la transición y que a principios de los años 80, con el socialista Ricard Pérez Casado como alcalde, se atendiera la reivindicación vecinal de crear el Jardín del Turia.
Décadas después, una nueva batalla vecinal en ciernes con un trasfondo muy similar ha rescatado y reconvertido aquel lema como grito de guerra: “El corredor és nostre i el volem verd”, advierten los barrios del sur de la ciudad al equipo de Gobierno del PP y de Vox que dirige la alcaldesa, María José Catalá.
La movilización ciudadana no ha hecho más que comenzar y en tan solo una semana ya ha recogido más de 26.000 firmas en la campaña lanzada en la plataforma Change.org en la que están involucradas las asociaciones vecinales de Malilla, Sant Vicent Màrtir Bulevar Sud (Creu Coberta), La Torre, La Roqueta, Patraix, Arrancapins-Petxina, Favara, Cuidem La Raïosa, Favara, Sant Isidre, AVV Sant Marcel.lí, Abastos-Finca Roja, Tres Forques, Benimaclet, Saïdía, el Consell de la Joventut de València y la Federació d'Associacions Veïnals de València. Una movilización que trasciende más allá de las zonas implicadas, lo que significa que el movimiento vecinal lo ve como un proyecto de ciudad.
Catalá prendió la chispa de este incendio cuando a principios de la pasada semana anunció su renuncia a la estretegia Green Leaf, proyecto ganador de un concurso de ideas promovido en el pasado mandato para reurbanizar todos los terrenos que quedarán liberados tras las obras de soterramiento de los accesos ferroviarios al sur de València e incluso todo el tejido urbanístico colindante con la V-30 hasta el polígono Vara de Quart.
Este proyecto implicaba a grandes rasgos, la creación de un corredor verde peatonal que conectaba los barrios de Arrancapins, Russafa, la Raiosa, Malilla, Creu Coberta, Sant Marcel·lí, Camí Reial, Sant Isidre y Vara de Quart, generando un espacio con zonas verdes que se adentran en los barrios. El proyecto reducía a la mínima expresión los viales para tráfico motorizado e incluía viviendas de nueva construcción, recuperación del patrimonio industrial existente, carriles bici, conexión por viales transversales de las dos partes históricamente separadas por el ferrocarril y caminos peatonales.
Catalá, sin embargo, tiene previsto recuperar el proyecto del año 2011 de la paisajista Kathryn Gustafson, ganadora del concurso de ideas del Parque Central, que prevé la creación de una avenida ajardinada. Aunque el proyecto original contempla cuatro carriles de circulación para tráfico motorizado (dos por sentido), Catalá aseguró recientemente tras reunirse con la propia Gustafson que el proyecto se está redefiniendo y que aumentará las zonas verdes previstas, pero sin renunciar a viales: “Vamos a repensar para reducir la planta viaria y respetar el paso del transporte público y el acceso del vecindario de la zona con el objetivo de generar espacios para la celebración de actos culturales al aire libre”.
Los vecinos, sin embargo, insisten en defender el corredor verde sin viales para tráfico por donde ahora no existe circulación de coches porque pasan los trenes. Así se lo hicieron saber también a Gustafson aprovechando su visita al Parque Central de la mano del Colegio de Arquitectos: “Nos ha dicho que estamos en el mismo punto, que piensa como nosotros y que también ve que la transformación a futuro de esta ciudad debe pasar por una transformación más sostenible y más verde. Por eso es importante que nos tomemos en serio este diálogo. También nos ha agradecido que hayamos venido y que exijamos mejoras para la ciudad”, explicaba el portavoz vecinal que departió con la paisajista.
Tras aplazar una primera reunión con las entidades vecinales prevista para esta semana, el equipo de Gobierno, que se muestra incómodo y no oculta su preocupación por la respuesta vecinal, tiene previsto abrir una ronda de diálogo con todas ellas en los próximos días para tratar de acercar posturas.
Gustafson, partidaria de que no haya coches según el PSPV
El portavoz socialista Borja Sanjuan denunció este viernes las “mentiras y falsedades de María José Catalá para justificar su decisión de introducir cuatro carriles para el tráfico privado en el corredor verde” y lamentó que trató de utilizar la figura de la prestigiosa paisajista Kathryn Gustafson para “tapar su intención de convertir las vías que está soterrando el gobierno de Pedro Sánchez en una autovía urbana”.
“Como sabe que no hay nadie en su sano juicio o en su siglo que defienda que es mejor tener cuatro carriles que un gran corredor verde en una ciudad que ya tomó esta decisión hace cuatro décadas con el río, oculta que lo que opina esta profesional internacional es que no es necesarios que vehículos privados pasen por esta parte de la ciudad, tal y como transmitió abiertamente en una conferencia que ofreció en el Colegio de Arquitectos”, dijo. De hecho, la propia Gustafson se congratuló ante el auditorio de su proyecto de peatonalización del entorno de la torre Eiffel en la que ha impedido el acceso de cualquier coche, “incluso de taxis”.
El responsable socialista, además, criticó al PP y a Catalá que no estén teniendo en cuenta el rechazo a su proyecto “que han expresado las asociaciones de vecinos y vecinas y las más de 25.000 personas que han votado en contra de que construyan cuatro carriles en un espacio que iba a ser completamente verde y peatonal; están despreciando a la ciudadanía, posponiéndoles una reunión para no escuchar lo que quieren y que es un Corredor Verde sin coches”.
Compromís tilda el proyecto del PP de “ocurrencia”
El concejal de Compromís, Giuseppe Grezzi, lamentó que María José Catalá “ya no sabe qué hacer para justificar su ocurrencia de hacer una avenida donde los vecinos quieren el corredor verde de García Lorca y ahora ha enviado a Juan Carlos Caballero a ejercer de embustero e inventar que el proyecto de Compromís no contaba con informes de bomberos”.
Según Grezzi, “como todo el mundo sabe, todas las actuaciones que inician los técnicos del Ayuntamiento, los de ahora y los de antes, que son los mismos, tienen en cuenta los criterios y necesidades de todos los servicios municipales, y no se pasan para el informe de esos servicios hasta el paso inmediatamente previo a su aprobación”. Y este parque, “que desde Movilidad Sostenible se diseñó desde el minuto uno teniendo en cuenta todos los criterios y requisitos técnicos que requieren Policía y Bomberos no es ninguna excepción; pero ni el parque García Lorca de Compromís tiene informe de bomberos, ni tampoco lo tiene la avenida con pipican que quiere hacer Catalá en su lugar, porque aún no están en esa fase”.