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Daños colaterales de la ampliación del Puerto de València: la erosión de las playas del Saler alcanza ya las dunas protegidas

“Durante el proceso de urbanización desarrollado en la Devesa a finales de los años 60, el primer frente dunar fue destruido casi en su totalidad para ser sustituido por un paseo marítimo. La duna de la rambla y la duna del pujol son las únicas que sobrevivieron a este proceso de urbanización, siendo en este momento testimonio del antiguo ecosistema dunar, de ahí la importancia de su conservación: ayúdanos a protegerlas, respeta la zona cerrada”.

Así reza el cartel informativo ubicado en la duna del pujol (ver vídeo) ubicada en la playa de la Garrofera. El sistema dunar conforma una barrera natural de protección entre la playa y el Parque Natural de la Albufera y por tanto su superviviencia es vital para la del propio lago.

Sin embargo, desde la Asociación de Vecinos la Dehesa del Saler alertan de que la erosión que sufren las playas, especialmentente la de la Garrofera en la que se encuentra la mencionada duna, hace que el oleaje la esté destruyendo: “la ampliación del puerto ha sido desastrosa para la playa, se ha notado exageradamente; en cuestión de cinco años esta playa casi ha desaparecido, habrá perdido 30 metros”.

La entidad lamenta que los aportes de arena que se realizan periódicamente desde la playa de la Malvarrosa “no solucionan el problema, cuando hay un temporal desaparece”.

De hecho, explican que la obra de restauración de la gola del pujol, el canal por el que desagua la Albufera, realizadas el pasado mes de mayo tras los temporales de finales del pasado año, ya han quedado arrasadas tras las últimas tormentas. Según comentan, “se hizo una especie de muralla de arena y un espigón y prácticamente ha desaparecido y ha quedado todo inundado”.

Según el 'Estudio sobre de los cambios del frente dunar y las playas del sur como consecuencia del temporal Gloria. Actualización de las líneas de costa' coordinado por el doctor de la Universidad Politécnica de València Josep Pardo Pascual, entre los años 2015 y 2020 se han perdido 427.498 metros cúbicos de arena en todo este frente marino, de los que 168.744 metros cúbicos corresponden a las dunas, provocando un retroceso en muchos sectores de El Saler y una fuerte bajada a la cota de la playa, por lo que la capacidad de defensa de la playa se ha reducido sustancialmente.

En cuanto a la anchura de las playas, la que más metros de arena ha perdido es la de Pinedo (entre espigones) con una reducción de 10,10 metros, seguida de la del Recatí (centro), con un retroceso de 7,3 metros, y de la del Saler, que ha perdido 6,6 metros en los últimos cinco años.

Pese a esta situación, tal y como informó elDiario.es, desde que finalizaron las obras de los diques de abrigo de la polémica ampliación norte del Puerto de València en el año 2012, momento en que se acelera la regresión de las playas por el efecto sombra de la infraestructura, la Demarcación de Costas dependiente al Ministerio de Transición Ecológica tan solo ha invertido 3,2 millones de euros en la mejora de estas playas.

Tal y como han informado fuentes ministeriales, en el mismo periodo se han movido 193.696 toneladas de arena para regenerar dunas y playas, unos trabajos que suelen tener un efecto muy temporal por el impacto de las tormentas y el aumento del nivel del mar.

La última actuación se llevó a cabo hace un mes y consistió en el travase de arena de la playa del Cabanyal a una zona de la playa de la Garrofera: “Estas actuaciones tienen una durabilidad muy limitada, hasta que haya dos temporales fuertes, y no sirven para frenar la regresión de las playas”, afirman desde la entidad vecinal.

Con el objeto de paliar el proceso de erosión que sufren las playas situadas al sur del puerto, la Demarcación de Costas de València, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, redactó y sacó a información pública en julio de 2019 el proyecto 'Regeneración de las playas del Saler y Garrofera (Valencia)', el cual prevé una inversión de 28,5 millones de euros. Sin embargo, ha pasado ya casi un año y medio y nada más se ha vuelto a saber de una actuación que el alcalde de València, Joan Ribó, ha reclamado en repetidas ocasiones.

También la asociación de vecinos ha reclamado la ejecución del proyecto porque, insisten, “solo trasvasando arena nos e soluciona el problema, tienen que hacer otras actuaciones como escolleras o arrecifes”.

Según reza el propio proyecto, “el tramo que discurre desde el sur del puerto de València hasta el cabo de Cullera se encuentra en un estado de regresión grave debido principalmente a la falta de aportes sedimentarios del río Turia y de la costa al norte del puerto, al efecto sombra y de difracción que provocan las obras de abrigo de este puerto y al transporte de sedimentos longitudinal continuo neto hacia el sur que provocan los temporales más energéticos”.

La principal consecuencia de todos estos factores es que “en la actualidad el proceso regresivo amenaza, de forma especial, a los ecosistemas de la Dehesa, por el estrechamiento de la restinga que cierra la Albufera, por lo que se hace necesario intervenir para evitar que continúe su desgaste, suponiendo un riesgo inminente para la conservación de los hábitats que constituyen el ecosistema del Parque Natural de la Albufera”.