La dirección de Ford Almussafes ha reunido este martes al comité de empresa para informar de los detalles del acuerdo laboral alcanzado el pasado 27 de enero en Colonia con UGT, sindicato mayoritario de la factoría, ante la elección que debe hacer la compañía entre València y Saarlouis (Alemania) para la fabricación de sus dos modelos eléctricos, una decisión que la multinacional anunciará en el mes de junio en su sede de Detroit y que equivale a garantizar el futuro de la fábrica seleccionada.
Según ha informado la organización sindical, el acuerdo contempla contención de los salarios hasta 2027, con aumentos “para todos y cada uno de los años” y “nunca congelación” de los sueldos.
En concreto, se establecerían incrementos lineales no consolidables en las tablas salariales que suman 7.000 euros entre 2022 y 2025, y retornar al IPC en el año 2026. En concreto, en las tablas salariales para cada uno de los cuatro años el aumento sería el siguiente: 1.000 euros en 2022, que se pagarían a la firma del acuerdo; 1.500 euros en 2023; 2.000 euros en 2024; y 2.500 en 2025.
Se trata de un pacto a cinco años que está condicionado a que Ford asigne en junio la plataforma eléctrica de los futuros vehículos a la factoría de Almussafes. De lo contrario, el acuerdo no tendría validez y quedaría reducido a un año en el que los salarios tendrían que aumentar un 1% por encima del IPC, con carácter retroactivo y con validez solo para 2022, lo que describe como la “situación no deseada”.
Felixibilidad laboral
En cuanto a la jornada laboral, el pacto establece medidas de flexibilidad de nuevo condicionadas a la llegada de vehículos eléctricos a la factoría valenciana, con la intención de “dar garantías a la dirección en el caso de que tuvieran éxito en el mercado”.
En concreto, a partir de 2025, la jornada diaria se incrementaría en 15 minutos por turno, mientras los días de jornada industrial se podrían trabajar sin coste adicional “siempre y cuando no haya que recurrir a un ERTE”.
Si estas dos medidas no fueran suficientes para atender la demanda, se podrían programar a partir de 2025 hasta ocho sábados laborables por trabajador, con jornada de descanso a cambio y un plus de flexibilidad a partir de 72 euros. Este plus sería el equivalente a la diferencia entre las horas extra trabajada y el dinero correspondiente por grado y antigüedad de cada empleado.
El acuerdo también prevé, como ha sucedido en otras ocasiones en Ford Almussafes, la posibilidad de parar la producción para realizar modificaciones en determinadas en determinadas líneas y luego recuperar esas jornadas.
De nuevo, si todo esto no fuera suficiente para garantizar la demanda de vehículos eléctricos, se podrían realizar adicionalmente hasta diez sábados en horas extra por cada trabajador. “El objetivo principal es dar seguridad de que seremos capaces de cumplir con los volúmenes que demande el mercado”, subraya el sindicato.
Para eso se introduce una novedad: el turno de noche flexible, que se podría activar siempre con personal de contratación de Ford durante un mínimo de cuatro horas garantizadas al día con posibilidad de ampliarlas si fuera necesario. “Si todas estas medidas se quedasen cortas”, el acuerdo contempla la recuperación del turno de noche completo.
Teletrabajo y comida para llevar
Por otro lado, el pacto prevé continuar regularizando la fórmula del teletrabajo entre los empleados que no han estado en la planta durante la pandemia; es decir, para los puestos en los que no sea indispensable la presencialidad.
También contempla prorrogar el plan de incapacidades y la retribución flexible para “maximizar los beneficios fiscales que permita la legislación”, esto último de manera voluntaria para los trabajadores que quieran acogerse.
Respecto a los comedores, el acuerdo establece que se implantaría la posibilidad de reservar comida para llevar y un servicio que acerque los menús al puesto de trabajo.
En general, para controlar las medidas pactadas se establecerá una comisión del observatorio por la electrificación, un órgano que se encargaría de gestionar las posibles peticiones de personal fijo que quisiera incorporarse al turno de noche.
El sindicato garantiza además que cuando finalice el proceso se dirigirá a la dirección de la empresa para que ponga en marcha los planes de desarrollo de carrera en todas las plantas, con carácter retroactivo desde el 1 de enero “tal y como está firmado en el convenio anterior”.
Antecedentes del acuerdo
La semana pasada, UGT defendió que mantenía un “silencio estratégico” sobre este acuerdo, en plena competencia con la factoría de Saarlois (Alemania) por la carga de trabajo, con el objetivo de garantizar el futuro de la planta valenciana en los próximos años.
En la actualidad, la planta de Ford en Almussafes cuenta con una plantilla de unos 6.000 empleados y da empleo de forma indirecta a unas 30.000 personas de empresas vinculadas al sector y proveedoras. Para abordar esta situación, la dirección de Ford Almussafes creó una comisión negociadora con el comité de empresa con el objetivo de alcanzar un nuevo acuerdo laboral que, según la empresa, mejore la competitividad y la productividad de la planta valenciana y su posición ante la inminente decisión de la marca.
Durante las negociaciones, UGT recordó que Ford ha ejecutado más de 12.000 despidos en Europa en los últimos tres años como consecuencia de la reducción del volumen de negocio, por lo que el tamaño que tendrá en el futuro Ford Europa está en cuestión y la planta valenciana debe posicionarse.
Según la organización sindical, de los cinco modelos que fabrica actualmente Almussafes (Mondeo, Transit, S-Max, Galaxy y Kuga) en dos años tan solo podría quedar el Kuga, lo que dejaría la planta valenciana en una complicada situación si no se logra la fabricación de los modelos eléctricos.
Rechazo de CGT y STM
Los sindicatos STM y CGT se han mostrado críticos este martes con las medidas acordadas por UGT para optar a la electrificación de Ford Almussafes, que califican de “congelación salarial de cuatro años”, y han avanzado su rechazo al pacto cerrado en Colonia.
el portavoz de STM, Daniel Portillo, que está a la espera de poder realizar una “valoración global” con sus compañeros de sindicato este miércoles, ha avanzado que este sindicato no firmará el acuerdo porque cree que supone “un retroceso de derechos y recorte salarial”. Ha criticado que “en la vida se había dado una congelación salarial de cuatro años, por mucho que la quieran adornar con una paguita”, y más cuando “los economistas dicen que el IPC estará muy incrementado”.
Además, ha denunciado “la falta de transparencia” en la mesa negociadora, porque “ningún sindicato había presentado una propuesta de recortes o flexibilidad o las palabras bonitas con las que lo quieran poner”.
Por su parte, el delegado de CGT, Mariano Bosch, ha lamentado que el acuerdo es “peor de lo esperado” y ha criticado que se hayan firmado “cuatro año de congelación salarial”, porque las pagas de entre 1.500-2.050 euros que recibirán los trabajadores “no va a consolidarse en tabla salariales” y dentro de cuatro años la plantilla “tendrá el mismo salario que en 2022”. También ha criticado que, mientras a nivel estatal los sindicatos debaten sobre reducir la jornada laboral, en Almussafes se amplíe en 15 minutos diarios. “Es más de una semana de trabajo más en todo el año”, ha lamentado.
Con todo, cree que la petición de apoyo de UGT es “una cuestión formal” y considera “alucinante” que pidan que el resto de sindicatos se sume “a un acuerdo que han negociado a sus espaldas” con la dirección valenciana y la europea, en el que casi ninguno de sus puntos se había abordado antes en las mesas de negociación.