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Las futuras terminales de cruceros del Puerto de València se mantienen paralizadas por el choque entre Baleària y MSC

Imagen virtual de la futura terminal de cruceros del Puerto de València.

Carlos Navarro Castelló

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En pleno debate de decrecimiento del turismo de cruceros en València desde que la alcaldesa, María José Catalá, anunciara que la llegada de megacruceros quedará prohibida a partir de 2026, se mantiene la incógnita sobre el futuro de las dos terminales previstas en en el puerto. La tramitación de ambas instalaciones vinculadas al polémico proyecto de ampliación portuaria siguen paralizadas, según han confirmado diversas fuentes a elDiario.es.

Como informó este diario, aunque Catalá no ha concretado aún qué tipo de barcos en cuanto a dimensiones y capacidad de pasaje tendrán el acceso prohibido, el Puerto de València verá ampliadas sus instalaciones con una terminal más de las que tiene actualmente destinadas a este negocio, salvo que alguno de los recursos judiciales que se tramitan paralicen la ampliación.

El espacio en el que atracan actualmente los cruceros, ubicado en el dique norte, será demolido como consecuencia de las obras y trasladado a la zona de los antiguos astilleros de Unión Naval. Baleària se adjudicó la concesión de esta nueva instalación y posteriormente MSC solicitó otra que se está tramitando.

En concreto, el 10 de noviembre de 2022, el consejo de administración de la Autoridad Portuaria de València (APV) aprobó el traslado de la terminal de cruceros de su ubicación actual, alejada por tanto del casco urbano, a los antiguos astilleros de Boluda, junto a los Poblados Marítimos. Tanto el entonces alcalde, Joan Ribó, como el representante de la vicepresidencia del Gobierno del Botánico de Compromís, Ivan Castañón, votaron en contra en coherencia con su oposición a la ampliación del puerto.

La construcción y explotación de la nueva infraestructura se adjudicó mediante una concesión de 35 años ampliable a 50 a Baleària, asociada con Global Ports Holding (GPH) para la gestión de cruceros, con una inversión prevista de 38 millones de euros.

Sin embargo, casi dos años después, las obras no se han iniciado y el retraso va para largo puesto que, según ha averiguado elDiario.es, los plazos administrativos de la concesión para la ejecución del proyecto constructivo están paralizados a la espera de que se resuelva la ubicación de la nueva estación de cruceros de MSC, así como los accesos a las infraestructuras.

De esta forma, los plazos reglados que establece la concesión para la presentación y ejecución de proyectos quedan suspendidos para evitar un perjuicio en este caso hacia Baleària.

Como ya adelantó este diario, la naviera más grande del mundo, MSC, ha pedido una concesión para una nueva estación de cruceros, lo que ha generado un conflicto con Baleària, única que se presentó al concurso para desarrollar la terminal, ya que considera que los grandes buques de la multinacional suiza atascarán la entrada y salida de sus ferris. Al parecer, en estos momentos la APV realiza estudios de maniobravilidad para saber si realmente una terminal impediría el normal funcionamiento de la otra.

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