El Ayuntamiento de València tiene trazada una hoja de ruta para buscar soluciones alternativas a la operación del nuevo Mestalla, cuyas obras permanecen paradas 11 años, en concreto desde el 25 de febrero de 2009.
En esa hoja de ruta no va por libre, sino de la mano con el Gobierno valenciano. Así lo han confirmado a elDiario.es fuentes de la Conselleria de Economía que dirige Rafa Climent, las cuales han coincidido con el alcalde de Valéncia, Joan Ribó, y con la vicealcaldesa, Sandra Gómez, en que si el Valencia C. F. no presenta un proyecto con unos plazos concretos antes del 22 de mayo de 2021 y el Ayuntamiento solicita la nulidad de la Actuación Territorial Estratégica (ATE), la tramitarán tal y como prevé el documento.
“Nuestra predisposición es la de colaborar con todas las partes para dar una solución, pero la pasividad que está demostrando el club es muy preocupante y si no mueven ficha y los plazos caducan, apoyaremos las decisiones que tome el Ayuntamiento”, han explicado fuentes del mencionado departamento.
Y es que, cualquier decisión sobre la ATE pasa por la Conselleria de Economía, responsable de la tramitación administrativa y por tanto la que tiene la última palabra tanto para prorrogarla como para resolverla.
Al respecto, han explicado que esta figura urbanística prevé la posibilidad de prórrogas y de modificación de los plazos intermedios, para lo cual habría que firmar un nuevo convenio con nuevos plazos: “Lo importante es que no venza el plazo final de la actuación que debería estar finalizada en mayo de 2025, mientras tanto hay posibilidades, pero insistimos, todo está condicionado a que el club presente un proyecto creíble antes de mayo de 2021 tal y como ha pedido el Ayuntamiento”.
De no hacerlo, una vez el Consistorio solicitara la nulidad, se llamaría a consultas tanto a la Conselleria de Política Territorial y al club y se resolvería la ATE. El documento prevé como causas de resolución “la inactividad injustificada del promotor” o “el incumplimiento injustificado de los plazos previstos”, lo que implicaría además la pérdida del depósito abonado en su día por el club de 1,1 millones de euros.
Según la ATE, el nuevo estadio debe estar finalizado en mayo de 2021, un plazo que no se va a cumplir, y el viejo Mestalla debe ser derribado como fecha límite en 2023, puesto que entre ese año y 2025 deben estar ejecutados los edificios de viviendas en la parcela de la avenida de Aragón.
Como avanzó elDiario.es, si el club siguiera sin dar señales de vida hasta mayo de de 2021 y el Ayuntamiento, tal y como advierte Gómez, solicitara la caducidad de la ATE, el Valencia C.F. perdería los 40.000 metros cuadrados de terciario destinados a ejecutar una zona comercial en los terrenos de la avenida de Aragón, lo que supondría una merma para el club de entre 15 y 25 millones de euros.
Sin embargo, según explica Gómez, el Valencia C. F. conservaría la edificabilidad de 75.000 metros cuadrados (unas 450 viviendas) prevista en el planeamiento del viejo Mestalla, tras aprobar el Ayuntamiento en el año 2005, con la alcaldesa popular Rita Bareberá al frente, una recalificación muy ventajosa para la entidad deportiva.
Otra de las posibles soluciones pasaría por sustituir al club promotor para ejecutar la actuación urbanística, tal y como comentó el alcalde Ribó.