El millonario vestigio de la Copa del América: el catamarán cedido por Alinghi a València cumple 11 años abandonado y sin uso definido
Del acceso al muelle de cruceros, a elemento decorativo de una rotonda, o a pieza conmemorativa de la celebración de la Copa del América en una zona destacada de la Marina de València.
Varias han sido las opciones que se han barajado en los últimos años sobre el futuro del catamarán que Ernesto Bertarelli, propietario del equipo suizo Alinghi, cedió a València tras perder la 33 Copa del América en el año 2009, segunda edición consecutiva de la competición de vela celebrada en la capital valenciana tras la de 2007.
Sin embargo, 11 años después del evento y nueve desde que Alinghi anunció que abandonaba su base en las instalaciones del puerto valenciano y que cedía la embarcación con la que perdió la Jarra de las Cien Guineas contra BMW Oracle, en un duelo de catamaranes inédito en el siglo y medio de historia de la competición, el enorme velero permanece visiblemente degradado en una explanada de la Marina Sur del puerto, tal y como ha comprobado in situ elDiario.es (ver vídeo). Llama la atención que las letras indentificativas de Alinghi han sido tapadas con pintura.
Según expertos consultados, el Alinghi 5 (nombre del catamarán) está construido básicamente de fibra de carbono y en su momento se invirtieron 100.000 horas de trabajo y unos 10 millones de euros para construirlo.
Pese a todo, ni el anterior equipo de Gobierno del PP, con la fallecida alcaldesa Rita Barberá al frente, gran valedora del evento, supo aprovechar el catamarán durante sus últimos cuatro años de mandato, ni el actual equipo de Gobierno municipal de izquierdas formado por Compromís y PSPV, encabezado por el alcalde Joan Ribó, tiene muy claro a día hoy el destino o el uso que se le podría tras cinco años de mandato.
El Consorcio Valencia 2007, entidad integrada por el Ayuntamiento, la Generalitat Valenciana y el Gobierno central para la gestión de la Marina de València, se interesó en su momento por la embarcación con el objetivo de destacarla a modo conmemorativo en un lugar del recinto, pero fuentes de la entidad han confirmado a elDiario.es que finalmente no se produjo ningún movimiento en este sentido.
Así pues, es el Ayuntamiento de València como propietario del catamarán el que debe decidir cuál será el futuro de este millonario vestigio de la Copa América.
Un 'regalo' con mar de fondo
En diciembre del 2011 Ernesto Bertarellí anunció que Alinghi dejaba la base del Puerto de València y que regalaba a la ciudad el catamarán con el que el equipo suizo perdió la 33 Copa del América como agradecimiento por el trato y acogida dispensado.
Sin embargo, los expertos consultados aseguran que hay más mar de fondo en esta decisión que fue anunciada en su momento por la entonces alcaldesa Rita Barberá. Al parecer, el elevado coste de su traslado en materia fiscal motivado por un cambio legal que se produjo tras la celebración de la prueba, unido a que las autoridades suizas rechazaron hacerse cargo, fueron elementos decisivos en la cesión del velero.
Con todo, las mismas fuentes consideran que, independientemente de la opinión que se tenga del evento, que desde las filas socialistas se plantearon repescar en 2016, “se trata de un joya flotante, una pieza de museo que es parte de la historia de la Copa del América y de la ciudad, la cual se debería poner en valor, tal y como se ha hecho en otras ciudades a las que también se les han cedido embarcaciones que han participado en el que es el trofeo deportivo más antiguo del mundo”.
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