El segundo teniente de alcalde de Vox y concejal de Parques y Jardines del Ayuntamiento de València, Juanma Badenas, justificó a mediados del pasado mes de diciembre la no prórroga de la licencia a la ONG Ayuda una Familia para repartir comida en el jardín del Túria a personas sin recursos sin tener habilitado otro lugar alternativo por razones de “salubridad, seguridad, limpieza y después también por la dignidad de las personas”. Aseguró entonces que se buscará “lo antes posible” otro espacio.
Aunque el permiso finalizaba el pasado 31 de diciembre, la ONG sigue realizando su actividad cada día consistente en el reparto de comida a unas 700 personas, la mayoría sin hogar, a la espera de una reunión este viernes junto a otras ONG con el Ayuntamiento de València para buscar un espacio alternativo de reparto y mayor coordinación en la ayuda a las personas vulnerables. Una de las opciones que se barajan es la calle peatonal ubicada tras el Jardín Botánico.
Según ha comprobado in situ elDiario.es, el reparto se realiza de forma ordenada mediante la instalación de cintas para organizar las colas y se habilitan cubos de basura por toda la zona. Además, los voluntarios ayudan después con la limpieza del espacio. El reparto se prolonga por espacio de poco más de una hora.
Las diferentes personas que aguardaban en la cola para recoger su kit de alimentación consultadas por este diario no consideran que la actividad en sí pueda resultar molesta o problemática, aunque tampoco se muestran reacios a que la reubiquen en otra zona.
Por ejemplo, Juan, natural de Colombia, lleva seis años viviendo en València. Actualmente está sin trabajo y reside en un piso compartido en Benimaclet: “Vengo casi todos los días porque necesito comer. Me da igual que se haga en un sitio o en otro, yo vengo a comer, no a generar suciedad o desorden. Yo por lo menos tengo la costumbre de dejar los residuos en los contenedores”.
Uno de los ahora voluntarios (prefiere no identificarse) lleva dos años en España y ha podido salir adelante gracias a la ONG: “La comida es muy buena, hay pollo, arroz, fruta, de todo. Ahora he encontrado trabajo en una fábrica en Catarroja y vengo a ayudar en el reparto y en la limpieza. Aquí mucha gente necesita ayuda, están en la calle. Vienen aquí solo para comer, yo no creo que haga falta cambiar el sitio del reparto porque solo vienen a comer y luego se limpia todo”.
Conor es el responsable de la ONG Ayuda una Familia. Según explica, llevan siete años funcionando en València con el reparto de alimentos en puntos sensibles de la ciudad y sus alrededores: “Ahora hemos aumentado la cobertura con la cocina central que tenemos en Paterna, donde se prepara la alimentación para personas sin hogar. El 80% de los que vienen a por comida viven en la calle y el promedio de edad es de 24 años. Son muy jóvenes, muchos vienen a España para buscar una vida mejor y se han quedado sin comida y sin alojamiento, están muy vulnerables”.
Sobre la procedencia de la comida, explica que recogen los excedentes de fábricas y supermercados. Después llevan el producto a su cocina central, la elaboran y la reparten, de forma que siempre está recién hecha. Todo cuenta con los permisos pertinentes y está financiado por entidades privadas.
Sobre la situación generada con el Ayuntamiento, explica: “No es algo que surja de todo el Ayuntamiento, sino que hay partes del Ayuntamiento que no quieren que estemos aquí ayudando a gente de otros países, pero vamos a seguir trabajando para que ellos puedan comer cada día”. Y añade: “Esperamos que en la reunión de este viernes nos confirmen que podemos repartir junto al Botánico. No pasa nada, lo haremos donde quieran que lo hagamos. En el informe que usan para decir que no podemos estar aquí argumentan que hay peleas, que puede haber algún momento de estrés, pero nada grave, y que hay aumento de ratas y cucarachas en el río. No sé si en tres semanas han podido contarlas”.
Con todo, esperan poder trabajar de forma coordinada con el Ayuntamiento: “Estamos trabajando en un buen ambiente, ellos quieren hacer cosas buenas para ayudar a esta gente tan vulnerable y se van a hacer reuniones cada tres meses. Yo tengo la esperanza de que el Ayuntamiento va a cambiar cosas para mejorar”.