El proyecto para reabrir el hotel Sidi prevé una capacidad de hasta 3.664 personas en pleno Parque Natural de la Albufera
Un hotel con capacidad para un total de 3.664 personas, de los cuales hasta 643 serían huéspedes alojados en 261 habitaciones. Estos son solo algunos detalles del proyecto de rehabilitación que Divarian Propiedad SA y Coral Homes SL., propietarios del Sidi Saler, presentaron al Ayuntamiento de València en 2019 para reabrir el establecimiento.
En estos datos de aforo se incluyen los cuatro salones previstos, tres restaurantes, dos comedores para celebraciones y otros tantos bares. La propuesta prevé una inversión de 6,5 millones de euros para un establecimiento que podría aspirar a una categoría de entre cuatro y cinco estrellas que se vende como sostenible al incluir elementos de ahorro energético, utilización de energías renovables y construcción con materiales naturales. Por ejemplo, el revestimiento exterior de las fachadas principales se propone con elementos de madera.
Sin embargo, un recinto con una actividad de semejantes dimensiones difícilmente podrían resultar compatibles a día de hoy con su ubicación en el Parque Natural de la Albufera por el impacto que tendría a nivel acústico, lumínico y de tráfico, aspecto que ya resaltaron los técnicos municipales en uno de los informes emitidos antes de que se le denegara a la propiedad licencia de obras y actividad solicitada, un trámite que está judicializado.
Según el documento emitido por el servicio de la Devesa sobre la afección de la actividad hotelera para el entorno y sobre las implicaciones de un posible derribo, el documento es contundente: “La reapertura del hotel representaría una involución en la protección del parque natural que tendría un efecto duradero. Si el hotel volviera a entrar en funcionamiento se convertiría en un foco de contaminación acústica y lumínica e incrementaría la presión antrópica de la Devesa en general y de playa de la Garrofera en particular, sobre todo en horario nocturno. En base a las múltiples experiencias realizadas de restauración de los hábitats dunares de la Devesa que también fueron edificados puede asegurarse que es técnicamente factible la recuperación de todos los hábitats referidos en los terrenos ocupados actualmente por el hotel Sidi Saler”.
En las últimas semanas se han sucedido diversos incidentes en el recinto hotelero derivado de la supuesta ocupación de alguna de sus habitaciones a pesar de que cuenta con vigilantes de seguridad. El último se produjo el pasado sábado 28 de julio cuando se incendió una parte del inmueble. Al respecto, la alcaldesa de València, María José Catalá, quien afirmó que negocia con los propietarios para la reapertura del hotel con un proyecto que sea “sostenible al 100%” sin aclarar si han presentado una propuesta alternativa, comentó sobre el incendio: “Creo que hay una realidad que es que hay que darle salida al inmueble. Así no podemos continuar”. En los últimos cuatro años del anterior ejecutivo municipal de izquierdas, no se tiene constancia de incidentes.
Al respecto, Acció Ecologista-Agró, entidad personada en la causa judicial relativa a la denegación de las licencias por parte del Ayuntamiento a la propiedad, denunció este martes que la propiedad del Sidi Saler está utilizando a los supuestos “ocupas” para justificar la pervivencia del hotel.
“Las denuncias en prensa señalando la presencia de personas en posible situación de marginación dentro del edificio, han nacido y se han intensificado con los procedimientos judiciales vistos para sentencia. La propiedad ya advirtió y vaticinó hace años que, si no se concedía la licencia, con probabilidad sería ocupado. Acció Ecologista-Agró ha denunciado este señalamiento y advierte que la reapertura del Sidi Saler sí puede suponer verdaderas molestias para el parque natural y los vecinos”, comentaron.
La organización consideró que la existencia de ocupas no es casual, sino que responden “a una estrategia premeditada con mucho tiempo de antelación por la propiedad del Hotel Sidi Saler; una pésima táctica con la que se estaría intentando condicionar a la Justicia, al Ayuntamiento y a la opinión pública para que se autorice la reapertura del Hotel Sidi Saler” y afirmó que el proyecto presentado al Ayuntamiento para obtener la licencia dice literalmente: “Después de este proceso de deterioro y ocupación, que puede ser largo, se deberá llegar finalmente al derribo del edificio y, aparte del coste económico de la demolición, estimado en aproximadamente 4 millones de euros, si es que la actuación se hace con una correcta gestión de los materiales de derribo, la demolición tendría un alto coste medioambiental ya que generaría más de 32.000 toneladas de materiales cuyo único fin sería el ser depositado en vertederos, es decir se generarían más de 32.000 toneladas de basura”.
3