No es habitual ver en el mismo lado de una votación a partidos tan dispares como Esquerra Unida, Compromís, PP, Ciudadanos y Vox. Sin embargo, esto fue lo que sucedió este miércoles por la tarde en la comisión de urbanismo del Ayuntamiento de Alboraia que gobierna en minoría el PSPV, a cuenta del trámite de alegaciones del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que venía impulsando el municipio.
Los socialistas, con nueve concejales, necesitaban el apoyo de al menos otros dos ediles para sacar adelante una votación que en la práctica suponía dar el visto al polémico PGOU, rechazado por entidades vecinales y ecologistas por su afección a la huerta, y por tanto elevar su tramitación a la Conselleria de Política Territorial. Sin embargo, ni Compromís (tres concejales), ni Esquerra Unida (1), ni Ciudadanos (4), ni mucho menos PP (3) y Vox (1) secundaron el plan urbanístico, lo que aboca el documento a la caducidad y mantiene al municipio valenciano con los parámetros del de 1991.
El proyecto viene de lejos. Fue impulsado por el PP con una recalificación inicial de más de un millón de metros cuadrados de huerta. Sin embargo, quedó paralizado por la crisis, aunque lo rescató el PSPV-PSOE en 2015, pero con una recalificación reducida a 264.000 metros y una previsión de 3.000 nuevas viviendas para un aumento demográfico estimado de unas 7.000 personas.
Sin embargo, según ha explicado la concejala de Urbanismo socialista, Ana María Bru, “tras analizar las alegaciones las recalificaciones se redujeron a 140.000 metros cuadrados y quedaron compactadas al norte para evitar el aislamiento del centro histórico, que además queda desprotegido porque con la planificación de 1991 las casas de pueblo se pueden sustituir por edificios de hasta tres plantas”.
Bru ha lamentado que no se haya aprobado el PGOU puesto que “el municipio tiene unas necesidades de suelo para vivienda protegida, zonas deportivas, un colegio y un instituto que no se van a poder construir porque en el casco urbano no hay grandes bolsas de suelo para estas dotaciones”. Sobre la previsión de vivienda del nuevo plan, ha explicado que se redujo a 800, un 30% de protección oficial.
La edil se ha mostrado sorprendida por la falta de apoyo de los partidos de izquierdas ya que, según ha explicado, “en el seno de las Corts Valencianes se estuvo trabajando de forma conjunta en el nuevo Plan Territorial y a la hora de aplicarlo en este proyecto, se han desmarcado”.
Por su parte, la concejala de Esquerra Unida, Marta Martín, ha criticado que “el plan no ha tenido la participación deseada y afectaba a mucha huerta productiva y alquerías a cuyos propietarios además no se les iba a compensar de ninguna manera, además de que Alboraia no necesita construir nuevas viviendas puesto que cuenta con un 30% de pisos vacíos”.
Sobre la coincidencia del voto con los partidos de la derecha, Martín ha afirmado que “Esquerra Unida siempre se ha mantenido en la misma posición y es que no se puede saldar el déficit económico que dejó el PP en el Ayuntamiento con más ladrillo sobre la huerta productiva. Es el sentir general de los vecinos y vecinas”.