“Con las conclusiones del seguimiento previsto en el Plan de Vigilancia Ambiental en cuanto a la potencial afección a la dinámica litoral del proyecto, se propondrán las medidas correctoras pertinentes para evitar la regresión o el exceso del basculamiento de las playas situadas tanto al norte como al sur de la actuación. Estas medidas se recogerán en un proyecto específico promovido por la Autoridad Portuaria de Valencia (APV) y sometido, si procede, al procedimiento de evaluación de impacto ambiental (...). Dicho proyecto deberá ser aprobado por la Dirección General de Costas”.
La Declaración de Impacto Ambiental (DIA) del año 2007 de la ampliación norte del Puerto de València, que según los defensores del polémica actuación sigue vigente a pesar de que se ha modificado el proyecto y de la sentencia judicial que la ha cuestionado, se expresa en estos términos en relación al modo de proceder en caso de detectarse un proceso de regresión en las playas del Parque Natural de la Albufera.
Ese proceso ya se ha producido y se ha visto acelerado por las sucesivas ampliaciones del Puerto de València, entre otras causas, como la falta de aportes sedimentarios del río Turia, poniendo en riesgo el Parque Natural de la Albufera. Sin embargo, la APV no ha cumplido con su obligación reflejada en la DIA tal y como recoge el informe de compatibilidad con la estrategia marina que publicó Costas y que plantea 21 objeciones a la ampliación.
Tanto es así, que en la actualidad es el Ministerio de Transición Ecológica el que desarrolla los trabajos de regeneración de las playas del sur, con una inversión récord en este tipo de actuaciones de 28 millones de euros financiados con cargo al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea, sin que la APV haya aportado ni un solo euro, tal y como han confirmado fuentes ministeriales, pese a ser en parte el gran responsable de la erosión.
Como ha venido informando elDiario.es, el objetivo de la actuación es la regeneración del frente costero, que comprende las playas de L'Arbre del Gos (2.600 m), de El Saler (2.700 m) y de La Garrofera (1.800 m), desde el espigón sur de la playa de Pinedo hasta la Gola de Pujol, en el término municipal de Valencia, con una longitud de 7.100 metros. Se pretende la restitución de la línea de orilla actual a su posición en el año 1965 y la prolongación de la Gola de Pujol en unos 75 metros, para permitir el apoyo del material vertido.
La regeneración consistirá en recargar artificialmente la playa hasta conseguir un ancho entre 40 y 70 metros según las zonas, aumentado la protección frente a temporales. Para ello, se utilizarán cerca de 3 millones de metros cúbicos de material procedente de un yacimiento submarino ubicado frente a la costa valenciana (Sueca/Cullera) a una profundidad de entre 60 y 80 metros, alejado de la fachada litoral.
Está prevista, igualmente, la regeneración dunar de la zona, incluyendo la instalación de captadores de arena y la plantación de vegetación dunar.