El retraso del informe ambiental atasca dos años y medio el plan de regeneración de las playas dañadas por el Puerto de València

El proyecto de 'Regeneración de las playas de El Saler y La Garrofera (Valencia)' impulsado por el Ministerio de Transición Ecológica, cuyo estudio de impacto ambiental se sometió a información pública el 10 julio del pasado año, sigue atascado a la espera de que se resuelvan diferentes alegaciones, lo que está retrasando la ejecución de un plan que acumula dos años de retraso.

Con una inversión prevista de 28,5 millones de euros, la actuación comprende las playas de L'Arbre del Gos (2.600 metros), El Saler (2.700 metros) y La Garrofera (1.800 metros) y tiene por objeto la recuperación de la posición de la línea de costa existente en el año 1965, y la prolongación de la Gola de Puchol para dar apoyo y estabilidad a la playa frente a los efectos de la dinámica litoral provocados por las sucesivas ampliaciones del Puerto de València. El proyecto también contempla la prolongación de los dos espigones que componen la Gola.

Fuentes ministeriales han informado a elDiario.es de que el órgano sustantivo, es decir, la Dirección General de la Costa y el Mar, ha remitido solicitud de inicio de evaluación de impacto ambiental.

Las mismas fuentes han justificado que el retraso en la aprobación del informe ambiental se debe a que “una vez realizado el análisis formal y técnico del expediente, se detectan ciertas carencias respecto de las que se ha solicitado subsanación, básicamente, es necesario que la Subdirección General para la Protección del Mar de respuesta a las alegaciones generadas en la fase de información pública, y que una vez subsanado el estudio de impacto ambiental en ese sentido, se remita informe de compatibilidad de esta actuación con la Estrategia Marina de la Demarcación levantino-balear para poder estar en disposición de formular la declaración de impacto ambiental”, necesaria para aprobar definitivamente el proyecto, una aprobación para la que aún no hay una fecha definida.

La memoria justificativa de la actuación achaca la erosión que vienen sufriendo estas playas “al efecto sombra y de difracción que provocan las obras de abrigo” del Puerto de València y considera que “el proceso regresivo amenaza, de forma especial, a los ecosistemas de la Dehesa, por el estrechamiento de la restinga que cierra L'Albufera” hasta el punto de que el oleaje ya daña las dunas protegidas.

Tal y como informó elDiario.es, desde que finalizaron las obras de los diques de abrigo de la polémica ampliación norte del Puerto de València en el año 2012, momento en que se acelera la regresión de las playas por el efecto sombra de la infraestructura, la Demarcación de Costas dependiente al Ministerio de Transición Ecológica tan solo ha invertido 3,2 millones de euros en la mejora de estas playas.

En el mismo periodo se han movido 193.696 toneladas de arena para regenerar dunas y playas, unos trabajos que suelen tener un efecto muy temporal por el impacto de las tormentas y el aumento del nivel del mar.

Según el Estudio sobre de los cambios del frente dunar y las playas del sur como consecuencia del temporal Gloria. Actualización de las líneas de costa coordinado por el doctor de la Universidad Politécnica de València Josep Pardo Pascual, entre los años 2015 y 2020 se han perdido 427.498 metros cúbicos de arena en todo este frente marino, de los que 168.744 metros cúbicos corresponden a las dunas, provocando un retroceso en muchos sectores de El Saler y una fuerte bajada a la cota de la playa, por lo que la capacidad de defensa de la playa se ha reducido sustancialmente.

En cuanto a la anchura de las playas, la que más metros de arena ha perdido es la de Pinedo (entre espigones) con una reducción de 10,10 metros, seguida de la del Recatí (centro), con un retroceso de 7,3 metros, y de la del Saler, que ha perdido 6,6 metros en los últimos cinco años.