“Si Peter Lim fuera inteligente ofrecería la presidencia del Valencia CF a Francisco Camps”

'Sobretot que perda el Madrid'. Con este provocador título, casi un lema de gran parte de los aficionados al Valencia CF, pero también del Barça, el periodista Joan Carles Martí y el escritor Toni Mollà, reflexionan en su libro sobre las implicaciones del fútbol en las relaciones sociales desde un punto de vista cultural y político.
La obra se presentó en abril del pasado año en Fira del Llibre de València y, según cuentan los autores a elDiario.es, ha tenido una gran aceptación, como demuestra la gran cantidad de peñas valencianistas que les han contactado para organizar charlas sobre el contenido. Y es que precisamente ese es uno de los mensajes que plantean: “Como dice Juan Villoro en su libro 'Dios es redondo', lo más importante del fútbol es el tercer tiempo. El tercer tiempo es eso o esto que estamos haciendo ahora, el fútbol nos sirve para hablar, para reflexionar, pero de fútbol o a propósito del fútbol”, dice Mollà.
Sobre el título del libro, explica Martí que se trata “de una provocación, una gamberrada que dice Toni, para explicar la vida; la provocación viene en varias direcciones, la primera es que había una cierta intelectualidad de izquierdas y muy valenciana que había desprestigiado al fútbol desde siempre y Toni y yo, no sé si pertenecemos a esa intelectualidad, pero siempre hemos hablado de fútbol”, a lo que Mollà apunta que ambos se conocen durante más de 40 años y han hecho de todo juntos, “hasta un partido político que fracasó gracias a Dios”. Ambos destacan que han hablado de todo, pero “de lo único que nunca hemos dejado de hablar es de fútbol. Esa es la primera clave. La segunda es que nos dimos cuenta que nunca dejamos de hablar de fútbol siendo Martí del Valencia CF y yo del Barça; sin darnos cuenta quizás hicimos de la discrepancia el germen de la amistad. Yo entré a Mestalla por primera vez en 1963 y fui un forofo absoluto del Valencia CF hasta el 78, cuando Mestalla se puso al servicio, como ocurrió en otros clubs, de proyectos políticos. Entonces emigré al Barça. Eso no ha hecho que yo siga siendo del Valencia CF de mi infancia. Lo que nos dimos cuenta cuando empezamos a hablar del libro es que había un denominador común entre los dos, que era 'sobre tot que perda el Madrid'”.

En este contexto sale en la conversación uno de los temas de más actualidad como es el reinicio de las obras del nuevo estadio del Valencia CF que implicará la demolición del centenario Mestalla. Un asunto que supone un ejemplo perfecto de las implicaciones que tiene un club de fútbol tan importante como el Valencia CF en su relación con la ciudad y con la sociedad en general. En ese sentido reivindican la vuelta a la esencia y a las raíces frente a la cada vez mayor deslocalización del fútbol moderno y echan en falta mayor valentía de la clase política.
“Lo primero es que el cambio de estadio a nivel urbanístico va a ser un desastre, en el nuevo solo hay una boca de metro. El viejo está muy bien conectado dentro de la trama de la ciudad, mucha gente va caminando y está muy bien conectado con l'Horta Nord a través de dos líneas de metro y de la AP7”, dice Mollà, a lo que Martí añade: “El nuevo Mestalla significa el triunfo del fútbol como negocio. Frente a eso, en los últimos años, el Ayuntamiento de València, todos los que han gobernado, han sido incapaces de ponerse de acuerdo para algo básico y es derrumbar el nuevo estadio y reformar el viejo Mestalla. Eso es lo que hubiera hecho cualquier Ayuntamiento con una cierta sensibilidad. Si los estadios de fútbol son las catedrales, ¿alguien se plantea que la Catedral de València pueda ser sustituida por una nueva? Ahí la alcaldesa María José Catalá, no ha sido valiente”.
Martí pone como ejemplos los estadios de San Mamés, el Camp Nou se reforma o el Bernabeu que siguen en su misma ubicación y afirma que “una de las excusas para hacer el nuevo Mestalla era que había una lista de espera de 10.000 abonados, eso es mentira, esa lista nunca existió, lo pregunté por activa y por pasiva. Era una operación urbanística sobre la que el valencianismo se calló y ahora que parece ya inminente el nuevo estadio, que creo que es una apuesta de Peter Lim para vender el club, el Valencia CF sí que mira ahora a Mestalla”.
Según recuerda, el tema del nuevo estadio “nace en el año 2004 tras ganar el Valencia CF la Liga y la UEFA”. En ese momento, “el PP, en concreto el señor Camps y la señora Barberá deciden intervenir el Valencia CF para vincular el éxito deportivo en aquel momento del club a una cierta configuración de la ciudad y ahí está el nuevo estadio”. Martí destaca el pasado domingo, en el partido contra la Real Sociedad, se pasó un vídeo en Mestalla sobre el nuevo estadio “y la gente lo pitó, por lo tanto el fútbol en esta ciudad condiciona no solo a los que somos aficionados, sino también al urbanismo de la ciudad”.

Bajo su punto de vista, pese al reciente movimiento surgido para salvar Mestalla, no será posible porque “los poderes económicos saben que esta es la manzana urbanística más apetitosa de Europa”, por lo tanto, “todo lo que ha pasado en el Valencia CF viene condicionado por la intervención política hacia el club”, y añade: “Si Peter Lim fuera listo, que no lo es, le ofrecería la presidencia a Francisco Camps, que es el único presidente de la Generalitat que ha sido del Valencia CF y encima le haría un gran favor a María José Catalá, porque Camps no es solo del Valencia CF, es un gran forofo y ahora que está desficioso, si Lim fuera inteligente se lo ofrecería porque además tendría controlado a Vox, puesto que Camps también controla a su portavoz en el Ayuntamiento, Juan Manuel Badenas”.
Sobre el germen del antimadridismo histórico del Valencia CF, comenta Martí que “no solo viene por lo que pasó con Vinicius hace dos temporadas, donde no solo se señaló a Mestalla, sino a toda la ciudad como racista; el tema es Vinicius, la venta de Mijatovic en los 90, pero el antimadridismo del Valencia CF viene de los años 30”. En concreto, relata que en la final de Copa de 1930 a doble partido contra el Real Madrid, aquí gana el Madrid 2-5 y allí, en el partido de vuelto, acaba la primera parte con 0-2 a favor del Valencia CF: “En el segundo tiempo el Valencia CF marca un tercer gol que se lo anulan, un cuarto que se lo anulan y el equipo decide juntarse en el centro del campo con el capitán que era Cirilo Amorós, y se marchan del estadio”.
A esto, añade Mollà, que también reivindican que “el futbolista no solo es un deportista, sino un referente social que no se puede menospreciar” y destaca que muchas veces se olvida que “el fútbol tiene una tradición de gente de izquierdas que ha reivindicado el fútbol como elemento de transformación, jugadores como Sócrates de la selección brasileña, Cantona que era nieto de emigrantes republicanos catalanes, pero nosotros mismos tenemos esos jugadores y los hemos silenciado”. Por eso, afirma que el libro incluye un homenaje a jugadores como Sergio Manzanera, jugador del Levante UD y del Valencia CF que “en 1975, el día siguiente de que Franco fusilara a los últimos miembros del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota y de ETA, salió al campo un brazalete negro, un gesto que nunca se le agradeció”. Otros como Antonio Calpe, jugador del Levante UD y del Real Madrid, que “tras ganar la Copa de Europa con los madridistas se negó a ir a la recepción de Franco porque se negaba a dar la mano a un señor que había fusilado a su tío, y así con tantos otros jugadores, lo que supone una tradición silenciada”.
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