Un día después del pleno municipal en el que se evidenció la falta de acuerdo político sobre la hoja de ruta a seguir para desbloquear la situación del nuevo estadio del Valencia CF, el club ha hecho oficial un acuerdo con Atitlan, la firma valenciana de Aritza Rodero y de Roberto Centeno, para la venta de los 40.000 metros cuadrados de uso terciario ubicados junto al nuevo estadio.
Fuentes de Atitlan han confirmado a elDiario.es que la operación se ha cerrado tras dos años de negociaciones y que el contrato incluye dos cláusulas vinculantes para que se haga efectivo: en primer lugar queda sujeto a la aprobación de los instrumentos urbanísticos, esto es las fichas urbanísticas para cuya aprobación sigue sin haber acuerdo político, así como las licencias necesarias para el desarrollo tanto del estadio como de las edificaciones terciarias proyectadas por el comprador. La segunda condición es que los fondos se deben destinar de forma íntegra a la ejecución del nuevo estadio, ya que la finalización de ambos proyectos, tanto del terciario como del coliseo, están vinculadas por cuestiones técnicas de seguridad y accesos. De ahí que los pagos de la transacción vayan a ejecutarse por fases, a medida que vayan avanzando las obras del recinto deportivo.
Aunque ninguna de las partes ha querido ofrecer detalles económicos de la operación, fuentes consultadas por esta redacción han asegurado que la cuantía de la transacción ronda los 35 millones de euros. La operación se cerró hace una semana ante notario y en ella está como socio de Atitlan el Grupo Simetría de la familia Batalla. El proyecto contempla la construcción junto al nuevo estadio de dos torres con hotel, oficinas y bajos comerciales.
El Valencia CF ha afirmado que “se culmina un proceso de largas negociaciones que suponen un gran avance para el Valencia CF hacia el objetivo de reanudar y concluir las obras de la futura casa valencianista, ayudando además a desarrollar una de las entradas principales de la ciudad de Valencia, con un proyecto que contribuirá, sin duda, a dinamizar la economía de la zona; el Valencia CF sigue dando pasos adelante para convertir en realidad el Nou Mestalla”.
Reacciones políticas
Al respecto, la alcaldesa de València, María José Catalá, ha comentado que se trata “de un acuerdo entre terceros” que no puede entrar a valorar y ha añadido: “Es un acuerdo entre particulares que yo respeto y que evidentemente me parece bien como todo lo que pueda ser positivo para la ciudad”.
El concejal socialista Borja Sanjuán ha tildado de “mucha casualidad” que el día después de que el Partido Popular votara en contra de establecer obligaciones y pedir garantías económicas a Peter Lim para que no pudiera vender los terrenos del nuevo y el viejo estadio del Valencia anuncie que ya tiene un comprador.
“Qué casualidad que el Partido Popular ayer evitará que se pusieran condiciones y el día después anuncie el negocio”, ha afirmado y ha exigido a Catalá que “si tienen un plan que lo explique y si lo que están haciendo es regalarle dinero de los valencianos y valencianas a Peter Lim que lo expliquen también”.
La portavoz de Compromís, Papi Robles, ha comentado que ahora entiende que Catalá y Vox ayer no se dignaran a presentar ni una sola alternativa ni propuesta para la solución del Nou Mestalla. “Mientras la oposición les exigimos aprobar las fichas junto con el convenio y la auditoría más un aval, buscando el beneficio del club y de la ciudad, Catalá y Badenas se limitaron a votar en contra para alargar la situación hasta agosto y que Peter Lim tenga todos los beneficios urbanísticos posibles sin ninguna obligación que cumplir”, ha criticado. Robles ha denunciado “la estafa a todo el valencianismo y a toda la ciudad de la señora Catalá, de quién cada día nos podemos fiar menos”.
Bloqueo en el pleno
En el peno de este martes el PP y Vox tumbaron la moción del PSPV, que contaba con el apoyo de Compromís, por el cual se proponía que se aprobaran las fichas urbanísticas en el mes de junio, incluyendo las condiciones que debe cumplir el nuevo estadio y vinculado a la auditoría sobre el coste de las obras junto a un aval del club por el importe de las mismas. El equipo de Gobierno municipal no presentó moción alternativa y por lo tanto el planeamiento urbanístico sigue bloqueado.
De esta forma, sigue sin haber acuerdo político para aprobar las fichas urbanísticas, esto es, la vigencia de la edificabilidad que otorgaba la caducada actuación territorial estratégica (ATE) al club: 40.000 metros de terciario de la avenida de las Cortes Valencianas, así como 75.900 metros cuadrados de edificabilidad residencial y otros 14.000 de terciario en la parcela de la avenida de Aragón.
En virtud de estas fichas cuya tramitación inició en enero de 2023 el anterior ejecutivo municipal de Compromís y el PSPV, el Valencia CF solo recuperaría el terciario de la avenida de las Cortes Valencianas una vez abonara al Ayuntamiento los 9,8 millones de euros del coste del pabellón deportivo de Benicalap; podría tramitar el programa de actuación integrado (PAI) del viejo Mestalla una vez iniciadas las obras y volvería a disponer de los 75.900 metros cuadrados de edificabilidad residencial y de otros 14.000 de terciario en la parcela de la avenida de Aragón una vez finalizadas las obras del nuevo estadio.
El problema es que, tal y como informó este diario, si antes del 3 de agosto no se aprueban las fichas urbanísticas que establecen qué condiciones debe cumplir el Valencia CF para poder vender esos aprovechamientos, el club los recuperaría pero sin ninguna restricción al vencer los dos años que marca la ley para aplicar la suspensión de licencias tanto del terciario como del residencial. Por lo tanto, al Ayuntamiento tan solo le quedan los plenos de junio y de julio para alcanzar un acuerdo.