Más de medio centenar de asociaciones valencianas se han unido este domingo en València, por tercer año consecutivo, a la convocatoria estatal para protestar contra las políticas migratorias estatales y europeas. El objetivo, “seguir luchando por una transformación social porque todavía en el siglo XXI existe la esclavitud de personas”, ha advertido en la concentración la inmigrante Angela, de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.
En València se han sumado un total de 66 organizaciones a la protesta nacional en la que han participado unos 250 colectivos de 20 ciudades, todos bajo el lema 'No a la Europa Fortaleza, los Derechos Humanos no se negocian'.
La concentración ha partido de la plaza de los Pinazos, frente a la sede de la Delegación de Gobierno en la Comunitat Valenciana, y ha recorrido la ciudad hasta la emblemática puerta azul del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Zapadores. Los manifestantes han portado a lo largo de la marcha pancartas en las que se podía leer 'Ningún ser humano es ilegal', '2 menores muertos cada día en el Mediterráneo', 'La guerra no es un juego', entre otras proclamas.
Bajo una gran pancarta con el lema 'Volem Acollir!!. #NoEUFortalesa' y junto a cánticos como 'Mujer refugiada, doblemente maltratada', 'Ni CIEs ni rejas, ni presos ni presas' o 'Nativo o extranjera, la misma clase obrera', los asistentes han llevado la reivindicación hasta Zapadores.
La activista Rosario, de la Asociación Intercultural Candombe, ha denunciado en declaraciones a los medios que los políticos de la Unión Europea “anuncien que se acoge a personas cuando en realidad no es así”. “No les acogen, les niegan una solicitud de refugio a los seis meses y pasan a ser personas en situación administrativa irregular, víctimas de redadas racistas, encerradas en centros de internamiento un máximo de 60 días, encarceladas, deportaciones o devoluciones en caliente”, ha ilustrado.
Ante esta situación, ha advertido que los ciudadanos no se pueden quedar callados: “Tienen que abrir las puertas, acabar con la Europa fortaleza, con los muros, con las vallas de la vergüenza, con los centros de internamiento de extranjeros; es terrible”. Y ha criticado así que se normalicen estas prácticas y que los medios se hagan cada vez menos eco, pues considera que “la gente se va acostumbrando mientras la gente se sigue muriendo”.
“Soy una bolsa de basura”
Al inicio del recorrido, Abdul y Bibian, dos inmigrantes, han leído un discurso para dar testimonio de sus experiencias para traspasar las fronteras y llegar hasta España. “Allí en la frontera somos muchos, casi mil, viviendo en los bosques, escondidos y con miedo. La policía nos rompe los huesos, nos tortura y algunos amigos incluso han muerto por ellos”, ha relatado Abdul.
“Soy una bolsa de basura”, ha exclamado por su parte Bibian, perteneciente a Valencia Acoge, quien ha añadido que su madre le parió libre y no le dijo que la libertad era un lujo de unos pocos. Y ha recalcado: “No me estoy quejando, no quiero que sientan pena, no quiero que quieran darme una limosna. Solo me estoy mostrando, soy una bolsa de basura. Soy prostituta y el mundo es un gran motel”.
La protesta ha seguido con la lectura de un poema por una niña de 13 años, Marina Carratalá -integrante de Acción Poética de Refugiados València-, para reivindicar que las vidas que se perdieron con motivo del nazismo es algo se repite en la actualidad con la situación migratoria en el mar Mediterráneo.