Cartas reivindicativas de los vecinos y vecinas de la Malva-rosa para el alcalde de València, Joan Ribó, y una concentración de protesta de los residentes de Orriols ante la Delegación del Gobierno que dirige Gloria Calero.
Ambos barrios han iniciado el año nuevo igual que finalizaron el 2021, con movilizaciones ante la lentitud en la puesta en marcha de las mejoras prometidas por las diferentes autoridades políticas en dos de las zonas más abandonadas de la ciudad, con problemas de seguridad y tráfico de drogas derivados del histórico déficit de inversiones que han padecido y de la ocupación ilegal de viviendas, especialmente en el caso de Orriols.
En concreto, la plataforma Orriols en Lucha y la asociación de vecinos del barrio se concentraron este jueves a las 10.00 horas a las puertas de la sede de la Delegación del Gobierno ubicada en la plaza del Temple para protestar por la falta de efectivos policiales y por la nula respuesta de la delegada, Gloria Calera, a una petición de reunión de las entidades vecinales cursada hace dos meses.
“Pedimos una entrevista con ella y no hemos recibido ninguna respuesta y aunque es verdad que se creó un dispositivo especial entre Policía Nacional y Local, sigue habiendo muchos días, sobre todo por las noches y festivos, que no hay servicio. Estas navidades han vuelto a ser terribles en el barrio porque bajan os efectivos y los delincuentes vuelven a salir a la calle”, explica Mari Carmen Tarín, portavoz de la plataforma.
Tarín comenta que también han enviado una carta a Ximo Puig y a Mónica Oltra porque “los problemas de Orriols no solamente atañen al Ayuntamiento, todas las administraciones se deben implicar porque es un barrio que han dejado pudrid y entre todos ahora nos tienen que sacar de esto”.
Precisamente, la Federació d'Associacions Veïnals de València denunció recientemente las amenazas sufridas el pasado 18 de enero por la presidenta de la Associació Veïnal Orriols- Rascanya, Maika Barceiro, en las inmediaciones de su casa en el barrio de Orriols, donde reside desde hace 45 años, por denunciar y hacer frente a las situaciones de inseguridad que se viven en el entorno.
“Como ciudadanas comprometidas con el movimiento vecinal y con una ciudad más solidaria, es lamentable y preocupante que nos tengamos que enfrentar a situaciones de estas características, ante las cuales nos hallamos indefensas. Además, el hecho demuestra que, a pesar del esfuerzo policial, las medidas adoptadas no son suficientes pues siguen ocupadas ilegalmente un centenar de viviendas que, según constata el vecindario, son el caldo de cultivo de la delincuencia y de muchos de los problemas de esta zona”, lamenta en su escrito la Federació.
La plataforma ha convocado una cacerolada el próximo 26 de enero a las 19.00 horas en el cruce de la calle San Juan de la Peña con Padre Viñas.
Una hora más tarde de la concentración en la Delegación del Gobierno, miembros de la asociación Amics de la Malva han presentado en la plaza del Ayuntamiento centenares de cartas reivindicativas escritas por los propios residentes que trasladarán al alcalde de València, Joan Ribó.
“Señor alcalde de València: La Malva-rosa está harta de años de degradación y olvido. Para este 2022 como vecino o vecina del barrio quiero una biblioteca y en la avenida las aceras son estrechas”, relata una de las misivas como si de una carta a los Reyes Magos se tratara.
El portavoz de la asociación, Pau Díaz, comentó que lo que exigen es “un barrio digno, habitable y sin drogas, con plazas dignas en lugar de descampados, con un centro cultural con biblioteca y con un urbanismo de calidad”.