La líder de Vox en Castelló, Llanos Massó, se enfrenta desde hace algunas semanas a una sublevación de afiliados críticos con su gestión al frente del partido de extrema derecha. Massó, furibunda antiabortista, ultracatólica y actual portavoz adjunta de Vox en las Corts Valencianes, estalló el pasado 18 de febrero en una tensa reunión con afiliados críticos de la formación que le reprochaban su gestión y el aval al vicesecretario de organización del partido en Castelló que colocó a su mujer en el grupo parlamentario al poco tiempo de dimitir como diputado.
“El que quiera ayudar bienvenido sea, el que quiera poner palos en las ruedas, lo siento mucho, no tenemos obligación de contar con ellos”, zanja Massó tras vivir momentos de tensión y gritos, según un audio del encuentro al que ha tenido acceso eldiario.es.
La reunión, celebrada en un bar de Castelló, se desarrolla entre acusaciones, reproches cruzados y algún chillido. Un afiliado de Vox abrió el turno de preguntas reclamando que la dirigente ultra explicara los motivos de la repentina dimisión del diputado David Muñoz, quien abandonó su escaño a los cinco meses y colocó a continuación a su esposa como administrativa del grupo parlamentario, tal como informó este diario. “¿No merecían los afiliados ser informados de ese cambio por el canal oficial del partido?”, pregunta un hombre, al que los asistentes a la reunión informativa aplauden efusivamente.
“Me parece una falta de respeto”, responde Llanos Massó, quien se niega a explicar los motivos de la inopinada dimisión: “si el responsable nacional territorial, mi superior, me ha dicho que no es de nuestra incumbencia, yo no soy quién”. La líder del partido se escaquea de cualquier responsabilidad alegando que el diputado dimisionario “fue nombrado por el Comité Ejecutivo Provincial, no por la presidenta”.
Otro de los puntos del orden del día de la discusión fue la limitación de la lista de militantes del partido ultra que poseen una llave de la sede situada en la calle del Escultor Viciano de la capital de La Plana. “Esto me ha resultado muy doloroso”, afirma uno de los perjudicados que ya no tienen llave.
“Medio Castellón tenía llaves de la sede y, por razones de seguridad, no puede ser”, responde Massó. “Claro que se escucha a los afiliados pero hay un problema: en este partido la última decisión la tiene el Comité Nacional”, arguye la líder de Vox en Castelló, quien exclama: “las decisiones no se toman por votación y por mayoría, esto no es Podemos, no es un partido asambleario”. La dirección nacional del partido pretende centralizar la seguridad de todas las sedes, asegura Massó, y “no podía tener medio Castellón llaves de la sede”.
Los críticos también reprochan a la dirección del partido problemas de comunicación con los afiliados. Las respuestas de la líder de Vox en Castelló denotan la falta de peso orgánico de los responsables valencianos en el partido ultra y los problemas de interlocución con los territorios más alejados de la capital de España.
“Escribe a Madrid y diles: 'no me llegan los correos de Vox'. Yo lo hago todos los días”, asegura Massó. “En Madrid ahora mismo nosotros ya no tenemos acceso a la base de datos de los afiliados (...). Porque yo estoy harta de quejarme de eso”, lamenta la portavoz adjunta de la formación ultra en Les Corts. “Si a mi Madrid no me da acceso a la base de datos, el responsable es Madrid, ¿no?”, abunda Massó, a lo que un afiliado exclama: “para mí la responsable eres tú”.
Otro de los asistentes críticos le dice a Massó: “tú que presumes de tener hilo directo con Santiago Abascal, llámale”. Otra afiliada sostiene que la explicación de la líder de Vox “no es una contestación”. “La verdad es que es muy triste esto”, contesta la diputada autonómica.
En otro momento del tenso encuentro con los afiliados, uno de los críticos se pregunta por qué el partido de ultraderecha se sumó a una declaración institucional del Ayuntamiento de Castelló que reclama la devolución de los restos de los vecinos enterrados en el Valle de los Caídos a los descendientes que lo reclamen. “Eso no es un tema de una reunión de afiliados, eso es un tema político”, se queja Massó.
El afiliado cita un tuit del líder de Vox, Santiago Abascal, que pide enterrar la ley de Memoria Histórica pero la diputada autonómica matiza que el secretario general “en Vistalegre dijo que todos tenían derecho de un bando y de los del otro a reclamarse si querían a sus familiares para darles la sepultura que quisieran”. “Vuelvo a remitirme a lo que dijo Abascal; si él por ejemplo donde dije digo digo Diego, para mí Abascal está actuando mal”, contesta ofuscado el afiliado.
La declaración institucional considera que las familias de las víctimas “merecen una respuesta clara” que les permita “enterrar con dignidad y dónde consideren conveniente a sus familiares”. “Después de una negociación, se vació de todo contenido político”, se defiende Llanos Massó, quien también insiste en que el equipo de comunicación nacional de Vox dio el visto bueno a la nota de prensa sobre esta iniciativa votada en el Ayuntamiento de Castelló.
Las críticas a los responsables del partido no se limitaron a Llanos Massó. El concejal de Vox en el Ayuntamiento de Castelló y vicepresidente del Comité Ejecutivo Provincial, Luciano Ferrer, fue acusado por un afiliado de haberle “mentido a la cara”. “El vicepresidente me está mintiendo a la cara y yo he venido aquí a preguntarle a la presidenta: ¿lo sabías o no lo sabías?”, exclama. Ferrer, según las acusaciones de los afiliados críticos, declinó asistir en representación del partido a un acto electoral escudándose en que no podía abandonar la farmacia que regenta en Vilar de Canes (Castelló).
Durante la reunión informativa con los afiliados, en un ambiente tenso y alborotado, sólo un militante salió en defensa de los responsables del partido ultra en Castelló. “Nuestros enemigos están ahí fuera: se llaman socialistas, comunistas y nacionalistas, no somos nosotros. ¡Tenemos obligaciones! ¡Tenemos obligaciones de levantar este país”, chilla el hombre.
Este diario ha intentado obtener la versión de la líder de Vox en Castelló a través del gabinete de prensa de la formación ultra sin recibir respuesta alguna. “Podemos estar aquí en bucle hasta mañana pero creo que no es lo más positivo”, concluye Llanos Massó al final del encuentro. Tras 45 minutos de preguntas y tensión, se dio por finalizada la alborotada reunión de Vox.