Ocho largos meses sin agua potable en los grifos de las viviendas y solo están, si todo va bien, a medio camino en su travesía por el desierto. Es lo que les está ocurriendo a los cerca de 3.000 ciudadanos alicantinos que viven en los municipios de Xaló y Llíber en la Vall del Pop, en la comarca de la Marina Alta.
Dos municipios que se quedaron sin agua para boca cuando el pozo que les abastecía, propiedad de la Diputación de Alicante, se salinizó. Ahora, esperan una decisión que no termina de llegar y que todo parece indicar que no llegará hasta que terminen las obras de mejora de las canalizaciones. Es la condición que les ha impuesto el equipo de Gobierno popular en la Diputación, sostenido por el único diputado provincial que logró Ciudadanos.
El concejal en Xaló y diputado provincial por Compromís, Gerard Fullana, ha denunciado este martes que la negativa provisional de la dirección provincial se basó en una reunión mantenida ayer lunes por la tarde bajo el argumento de que “si no se propusieran gastos como el #XarxaLlibres el problema se podría solucionar”.
La idea la dejó sobre la mesa el jefe de Gabinete y alcalde de Benissa, Joan Bautista Roselló. “Esta afirmación me parece muy grave porque una cosa no tiene nada que ver con la otra, e introduce un concepto de revanchismo político en un tema tan importante como el agua potable”, ha denunciado Fullana que ha explicado que Llíber y Xaló plantearon “el mismo acuerdo al que llegaron Benissa y Calp. Es decir, Joan Bautista Roselló y el alcalde Calp y presidente provincial, César Sánchez”.
Esto es: hacerse cargo del coste de la desalinización de 800 metros cúbicos de agua, de la desaladora de Calp y que consumiría Calp, a cambio de 800 metros cúbicos del agua potable que llega a la localidad del Penyal d'Ifach y que llega por una canalización que pasa “ilegalmente” -por no tener los permisos municipales-, desde el interior de la Vall del Pop, por el término municipal de Xaló.
Una propuesta, que según Fullana, fue considerada como “totalmente posible” por los técnicos de Ciclo Hídrico de la Diputación de Alicante. Se trata de “una cuestión de voluntad política”, ha indicado. “Venimos a pedir un trasvase de urgencia de los recursos hídricos que viajan desde el interior de la provincia, desde el pozo de la Vall de Laguar hacia el litoral”, ha subrayado. Así, ha tildado de “caso muy grave” que los municipios de costa “saturados urbanísticamente” accedan a los recursos frente a “pueblos que tienen entre 2.000 y 3.000 habitantes”.
A ese respecto, el diputado nacionalista ha afirmado “no entender” que el agua para consumo humano “sea un problema secundario” para la institución provincial y que su presidente “todos los días reclame solidaridad” para trasvasar agua para regadío.
“Esa solidaridad que no aplican a municipios que están a 15 kilómetros de sus pueblos y con excedentes de agua que no ponen a disposición por egoismo político y revanchismo. Que saquen el tema de los libros como pretexto para no invertir en agua potable de un pueblo es la vergüenza más grande vista en la Diputación en los úlitmos 30 años”, ha opinado.
“Si la Diputación no sirve para actuar de urgencia como el agua potable, para qué sirve”, se ha preguntado el diputado de Compromís. Así, ha zanjado que mientras se acometen las obras de mejora de la red de canalizaciones de los municipios, “no se puede estar otros ocho meses más sin agua potable”.