El president del Consell, Ximo Puig, ha asegurado a EFE que la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) “está haciendo bien su trabajo y va a contar con toda la colaboración y con toda la lealtad desde la presidencia de la Generalitat”, que pretende normalizar la relación con esa institución.
“No va a haber intromisión alguna en temas filológicos por parte del gobierno”, ha afirmado Puig preguntado sobre si se dejará a la AVL que publique en papel el Diccionario Normativo, que incluye la definición del valenciano que el anterior Consell del PP cuestionó por equipararlo con el catalán.
El president ha defendido que la lengua “es motivo de unión y orgullo de tener una lengua propia, nada más”.
Para Puig, quienes dicen que el Consell impondrá el valenciano en la escuela pública y que el castellano tendrá que aprenderse por ósmosis tienen “una visión de un turista, de un veraneante”, ya que en la Comunitat Valenciana “no pasaron estas cosas” cuando se aplicó la Llei d'Ús i Ensenyament del Valencià, “ni van a pasar”.
“Ahora va a garantizarse que los niños cuando acaben la educación obligatoria sepan valenciano, castellano e inglés, porque para nosotros el inglés es fundamental”, ha manifestado Puig, quien ha añadido que cabe hacer “un ejercicio de mejora pedagógica y de recursos”.
Reivindica que “no se puede confrontar las lenguas, es absurdo, es ridículo”, y añade: “para nosotros el valenciano no es algo impostado, no es algo que hablamos para ofender a nadie. Todo lo contrario, es nuestra lengua, en muchos casos nuestra lengua materna”, y para los que no lo es, es una parte de la “riqueza cultural” de la Comunitat.
Preguntado sobre si es partidario de actualizar la Llei d'Ús después de 32 años, ha dicho que siempre que se haga desde el consenso, y ha destacado que esa norma supuso “un gran éxito a pesar de que mucho tiempo se ha aplicado a bajo nivel, en una fase lenta”, ya que ha “reposicionado” lingüísticamente a la Comunitat,
El valenciano, en estos momentos, a través además del pacto de la AVL, “ha ido separándose de la polémica y teniendo cada vez más una oportunidad” para su “relanzamiento”, que es “necesario”, ya que, según Puig, “cualquier observador sabe” que aún existe una lengua “minorizada” en la Comunitat, “y desde luego no es el castellano”.
Desconoce si la primera ley que derogará el Consell será la ley de Señas de identidad, aunque destaca que es una norma “nacida de la confrontación” y “no tiene ningún sentido” hablar de señas de identidad desde una visión “patrimonializada, de parte”, porque estas son y “deben ser de todo el pueblo valenciano”.
“Deben ser una señal de concordia, de unidad de los valencianos”, indica Puig, quien recuerda que la ley de Símbolos que elaboró el gobierno socialista se aprobó por unanimidad, y a eso hay que ir, porque los símbolos “están para unir, no para dividir”.
Asegura que la actitud del PP de “dividir entre valencianos buenos y valencianos malos se ha acabado”, porque ahora aquí hay “valencianos y valencianas, con todas las ideas legítimas, desde todos los prismas posibles, hablando la lengua que quieran y teniendo la concepción cultural que quieran, religiosos y no religiosos”.