Occidente debe “reconstruir un sistema político sostenible que nos aporte paz y no esta tendencia al conflicto” y “construir una comunidad política basada en la seguridad y en la paz”. Es una de las lecciones del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, para los gobiernos occidentales de las próximas décadas.
El expresidente del Gobierno, dedicado al ámbito de la política internacional, ha conversado con Ángeles Egido, doctora en Historia por la UCM, catedrática de Historia Contemporánea en la UNED y autora de varios libros sobre la República española, en un debate moderado por la directora adjunta de elDiario.es Neus Tomás, en el décimo aniversario del medio.
Ambos ponentes han hecho especial énfasis en el coste humano de la guerra, en las “vidas no vividas” y consideran que las primeras décadas de este siglo se asemejan políticamente al pasado. “El deslizamiento que estamos teniendo con la guerra de Ucrania se parece a la primera mitad del siglo XX. Parece que la historia más dramática se tiene que repetir”, ha lamentado el expresidente, en alusión a los auges del fascismo y a las grandes contiendas del siglo pasado.
Parece que las grandes declaraciones de paz siempre preceden a una guerra, ha matizado Egido, también preocupada por el desarrollo del conflicto entre Rusia y Ucrania. “Ucrania culmina el riesgo de una gran confrontación. La guerra siempre lleva a la guerra”, ha destacado el expresidente socialista, que ha defendido el envío de armas al gobierno de Zelenski: “Es inevitable ayudar a la defensa ante una invasión ilegítima”, pero ha reiterado la necesidad de construir la paz.
Memoria democrática
El proyecto de ley de memoria democrática ha ocupado parte de la conversación. Para los ponentes es “una ley que llena vacíos” y reconoce “la dignidad” de “los que fueron tratados injustamente”. “Es fundamental aprender a convivir con nuestra historia de forma natural” ha apuntado Egido, que considera que “un pueblo que no recuerda su historia no puede seguir adelante”.
Para Zapatero, las democracias más sanas son capaces de reconocer su historia, y la norma es “un paso mas de reencuentro y afirmación democrática”, que está en constante construcción, ha incidido el socialista, que insiste en que los derechos humanos exigen cuestiones como las que implica este proyecto legislativo. Interpelado por la oposición de los grupos conservadores y de extrema derecha, que apelan a la división, ha asegurado que reconocer el sufrimiento en ambos bandos de la guerra civil “no le supone ningún problema”. Sin embargo, ha añadido, al de “los que perdieron” se añade “el olvido, el no reconocimiento y el silencio durante 40 años”. Del final del terrorismo se pueden extraer muchas lecciones, ha apuntado Zapatero, que ha asegurado sentirse “íntimamente satisfecho” por el fin de la violencia armada de ETA.
El auge de la extrema derecha
Las opciones radicales surgen con la debilidad del centroderecha, que para Zapatero se ubica en la etapa de Donald Trump al frente del gobierno estadounidense, en una derecha que “deriva hacia el negacionismo” que es “anti todo lo que sea su pequeño mundo”, en un país que “no asume compartir el poder económico y político en el mundo, que ha sido desorbitado”. Ahora, el “reequilibrio geopolítico”, teme el expresidente, que se produce con el declive del peso de occidente se verá atravesado por una guerra.
Las opiniones de la extrema derecha son pasajeras, ha reflexionado, aludiendo a los resultados electorales de Joe Biden o “la vuelta de Lula en Brasil” que vaticina para el próximo año, confiando en que si vencen los movimientos ultras en Italia sean breves. “Los fundamentos de la extrema derecha chirrían con los fundamentos de la democracia”, ha subrayado el expresidente que, ha resumido, se encuentra en un momento de “efervescencia”.
El expresidente socialista ha culminado su intervención con una apelación al pago de impuestos como elemento de patriotismo, aunque defiende políticas flexibles. “Los impuestos son una herramienta, un instrumento de política económica, que son coyunturales” y deben centrarse en la suficiencia de los recursos para garantizar los servicios básicos del Estado, recordando su opinión sobre que un gobierno de izquierdas debe “estimular el ahorro” y sus modificaciones del Impuesto de Patrimonio en virtud de la coyuntura. Con todo, ha impugnado a las comunidades que anuncian rebajas fiscales: si quitan los impuestos, w“que no pidan dinero al Gobierno central”.