Almudena Grandes continúa escribiendo sus Episodios de una guerra interminable, una mastodóntica obra de seis volúmenes titulada así como homenaje a Galdós y de la que ya ha publicado cinco.
Estas novelas recorren nuestro país desde los años 40 hasta 1964. Acababa de salir el quinto tomo, La madre de Frankenstein (Tusquets), cuando la epidemia del coronavirus nos cambió la vida.
La autora se ha asomado al balcón de Confinados para charlar con Ignacio Escolar y responder a las preguntas de los socios y socias de eldiario.es.
Enérgica como siempre, Grandes no se ha mordido la lengua a la hora de opinar sobre cuál está siendo el papel de los políticos de la oposición durante esta crisis sanitaria.
“Hemos llegado a un nivel de desfachatez que no llegábamos ni a concebir antes”, ha afirmado sobre la postura de ciertos parlamentarios.
“La derecha pensó que la pandemia era una oportunidad para tumbar al Gobierno”
La escritora ha lamentado la “inmoralidad y obscenidad” que hay en algunas campañas impulsadas desde la derecha española que le parecen “espeluznantes”.
“Tengo la sensación de que la derecha pensó que la pandemia era una oportunidad extraordinariamente buena para tumbar al Gobierno, y como parece que no va a poder ser, se están exasperando y retorciéndose cada vez más”, ha añadido.
Grandes, ha mostrado su indignación por el hecho de que se tache de “ilegítimo” al Gobierno actual surgido del Parlamento. “Lo de decir que este Gobierno es ilegítimo sí que es espeluznante, porque forma parte de nuestra tradición más tenebrosa. Considerar ilegitimo un Gobierno legitimo es lo que hicieron los fascistas en la guerra civil. La especialidad del fascismo español es convertir a las víctimas en verdugos, para hacer a los verdugos víctimas”, ha asegurado.
La autora ha añadido que cuando escuchó estos argumentos, se le pusieron los “pelos de punta” y ha instado al Gobierno a “aguantar” porque “ahora sí que es un mandato ineludible”.
“La memoria no es un ajuste de cuentas con el pasado”
Las preguntas de los socios y socias han desembocado en uno de los temas de los que Almudena Grandes es una gran conocedora, y que vertebra gran parte de su obra: la memoria histórica.
A este respecto, Grandes ha recordado a aquellos que desprecian la reivindicación de la misma, que “la memoria no es un ajuste de cuentas con el pasado” y que más bien tiene que ver “con el presente, con lo que nosotros somos, y con el futuro, con lo que queremos ser”. “Si no sabemos lo que hemos hecho, ¿cómo vamos a saber qué queremos ser?”, se ha preguntado.
La autora ha lamentado que solo seamos “un país normal cuando hay mundial de fútbol” y ha recordado que esto viene de la Transición y no haber mirado a la cara a nuestro terrible pasado reciente.
“En España hubo una guerra entre fascistas y demócratas y todavía no se sabe quiénes son los buenos”, ha ironizado.
Esto se debe, según Grandes, a que “en este país nos hemos comportado como los niños pequeños, que cuando tienen una pesadilla se tapan la cabeza”. Sin embargo, esto para la autora tiene graves consecuencias.. “Una dictadura moldea durante años los pensamientos y a la ciudadanía, por no querer mirar no desaparece, sus efectos permanecen y si no se reflexiona sobre ello en lugar de permanecer 40 años permanecerán 80”, ha remachado.
Un nuevo proyecto distópico
Grandes ha querido también avanzar a los lectores y lectoras de eldiario.es en qué se encuentra trabajando en estos momentos y en esta ocasión no mira al pasado, sino al futuro. La escritora ha explicado que el confinamiento le ha inspirado, y más concretamente la experiencia como madre de estar alejada de sus hijos. De ese sentimiento, el 1 de abril, nació una idea.
“Me hizo pensar como sería una mujer que no ve a sus hijos, y se me ocurrió una novela de anticipación basada en las pandemias, y en el confinamiento. En esta habría una dictadura ultracapitalista”, ha adelantado.
“El verdadero veneno de esta sociedad es el consumo”
Durante el encuentro Almudena Grandes ha derrochado simpatía y sonrisas, pero ha repetido en más de una ocasión que su perspectiva de cómo nos va a cambiar la pandemia es “más pesimista que optimista”. Por eso se ha mostrado cauta al plasmar qué es lo que podemos aprender de esta crisis y cómo cree que, idealmente, nos podría cambiar como sociedad.
“Creo que el verdadero veneno de esta sociedad es el consumo. Es lo que envenena todo: envenena el planeta, es un factor de degradación ecológica, envenena hasta las propias estructuras económicas, destroza los límites de todo incentivando la ambición...”, ha lamentado. Por eso ha señalado que “para sacar una consecuencia positiva y verosímil de esta crisis deberíamos aprender a resistir a la publicidad, deberíamos construir una escala de valores que no tuviera que ver con el consumo desaforado”.
“No creo que nos vayamos a volver más solidarios y bondadosos... pero si nos enseñara a reducir las tasas indecorosas de consumo, ya sería algo”, ha concluido.
Si te perdiste alguna de las charlas anteriores, no te preocupes, que aquí están todas y además los mejores momentos de cada una.