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José Luis de Vicente, divulgador de la crisis climática: “Si queremos cumplir el objetivo de emisiones, hay que darle la vuelta a la vida como un calcetín”

elDiario.es

5 de julio de 2021 11:06 h

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Ell director de elDiario.es, Ignacio Escolar, ha charlado de casa a casa con José Luis de Vicente, comisario, investigador cultural y divulgador de la crisis climática. Con él hemos conversado sobre el impacto actual y futuro de la crisis climática, temática sobre la que ha comisariado exposiciones y organizado diálogos entre científicos, activistas y expertos en uno de los retos más urgentes de nuestros días, cuando se suceden las informaciones que ponen de manifiesto su gravedad, como las altas temperaturas que están produciéndose en Canadá y que ya deja más de un centenar de muertos.

A este respecto, José Luis de Vicente advertía de que “la probabilidad de eventos climáticos extremos se está incrementando” y contextualizaba añadiendo que se puede situar en una escala de Sigma 4 o 5 lo ocurrido en Canadá. Esto se traduciría, según los expertos, en que lo ocurrido estos días en Canadá pasaría en el planeta “una vez cada 5.000 años”.

Preguntado sobre si un evento de estas dimensiones puede llegar a ocurrir en España, el divulgador recordaba que “nadie está seguro”. “No podemos pensar que un evento extremo de este tipo no nos puede golpear en los próximos años” y añadía que en ocasiones pecamos de “amnesia climática”, porque tendemos a olvidar otros eventos cercanos -ponía de ejemplo los incendios del pasado año en Australia- y que “el cambio climático es nuestra normalidad”.

De Vicente explicaba que el reto de las próximas tres décadas es “reducir los impactos haciendo un cambio radical en nuestros hábitos y en nuestro modelo de producción y consumo energético que generan las emisiones, mientras que nos preparamos para los efectos que ya son ineludibles” por la crisis climática.

El experto adelantaba que el borrador del próximo informe del IPCC (uno de los mayores análisis por científicos de todo el planeta sobre esta materia) señala que la vida de las dos próximas generaciones “tendrá lugar en condiciones muy diferentes a las nuestras”, es decir “que lo peor está por venir”. Y añadía que alcanzar el objetivo en 2050 de cero emisiones “obliga a darle la vuelta como un calcetín a cómo opera el mundo a todos los niveles”.

En la conversación, José Luis de Vicente abordaba que en numerosas ocasiones “nos apuntamos los unos a los otros con el dedo sin reconocer que todos tenemos una parte de culpa en esto” y que no es suficiente con señalar “a las empresas contaminantes como los únicos responsables del problema climático y a la vez la solución”. “Esas empresas se construyen sobre modelos de vida de las que somos partícipes”, añadía, y advertía de que este problema no se solventará solo desde el frente tecnológico o político, sino que requerirá “transformaciones culturales e imaginarnos a nosotros mismos con diferentes maneras de desarrollar nuestra vida”, algo que “nos genera rechazo”.

La 'siembra' de nubes y el fin de los cielos azules

El divulgador explicaba que nos cuesta también en ocasiones aceptar la escala “futuro - hoy” y proyectar las consecuencias futuras y cómo frenarlas con cambios en nuestro día a día. Es aquí donde cree que surge el impacto de la figura de la activista Greta Thunberg, porque “le pusimos una cara a esa parte hipotética de nuestro futuro”.

Sobre cómo revertir o frenar esta crisis, De Vicente señalaba que “no vamos a encontrar soluciones a un mundo nuevo mirando al pasado” y que “no podemos estar faltos de ejercicios de imaginación”, pero a la vez, advertía de algunos de los “parches” que se contemplan ante esta problemática.

"Hay que preservar una parte de esperanza: cada décima de de cada grado cuenta para las generaciones venideras"

El experto nos ha situado en un escenario casi de ciencia ficción cuando enumeraba algunos de los proyectos que existen para impactar en la naturaleza y tratar de revertir los problemas causados mediante técnicas de geoingeniería. Uno de ellos es la 'siembra' de nubes en el cielo para tratar de frenar el calentamiento global, algo que advierte que serían “formas de ganar tiempo”, pero que son “saltos mortales sin red”: “Hay científicos que advierten que podría ocurrir que no volviéramos a tener cielos azules”, señalaba.

A pesar de este panorama, el divulgador afirmaba que “hay que preservar una parte de esperanza”, porque “cada décima de cada grado cuenta para las generaciones venideras”. “En esta batalla, todo el terreno recuperado serán efectos que nos ahorraremos. No hay excusas para plantear el mayor grado de ambición posible”, afirmaba.

“La ganadería industrial a gran escala es una de las grandes plagas morales de nuestra época”

Durante la conversación, en la que han participado los socios y socias de elDiario.es con sus preguntas, se ha abordado el impacto que la forma de alimentarnos tiene sobre el clima. “La escala de producción alimentaria ganadera requiere grandes plantaciones de productos como la soja para alimentar al ganado” a la vez que se produce el “impacto de los fertilizantes” y la producción de “combustibles fósiles”. El experto ha apuntado a estos factores como “una de las grandes variables” en el desencadenamiento de la crisis climática y señalaba que “sabemos que los patrones alimentarios menos dependientes de la carne dos generaciones atrás eran suficientemente efectivos desde el punto de vista nutricional”, y esto sin entrar en las “implicaciones éticas o morales”.

"Si sumamos todas las razones, no creo que haya forma de pensar que nuestra manera de consumo de la carne es prorrogable"

En este sentido, señalaba como “una de las grandes plagas morales de nuestra época” la “ganadería industrial a gran escala como máquina de sufrimiento constante”. “Cualquier persona que tenga un perro y conozca su sistema emocional y sepa que un perro y un cerdo no son en esencia distintos, en cuanto a su relación con el mundo, puede imaginar lo que es esta gran maquinaria que ha construido la ganadería industria. Si sumamos todas las razones, no creo que haya forma de pensar que nuestra manera de consumo de la carne es prorrogable”, remachaba.