Cinco ideas sencillas para transformar una silla de Ikea barata en otra muy bonita

Eva San Martín

20 de octubre de 2021 22:16 h

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Una silla bonita marca el carácter de una oficina en casa, o de cualquier otra habitación. Pero también puede salir cara. Por eso, nos hemos propuesto reunir ideas prácticas para transformar sillas y taburetes más o menos económicos en otros más bonitos; y que nadie diría has hecho tú.

Otro objetivo que nos hemos puesto: buscar un proyecto que podamos hacer en un fin de semana, y que querríamos comprar si lo viéramos en una tienda. Así que, aquí van 5 ideas para transformar una silla barata de Ikea, y hasta taburetes baratos, en asientos mucho más sugerentes.

1. Forra tu silla de plástico con tela. ¡Es más fácil de lo que parece!

Este proyecto es más sencillo de lo que parece y te permite transformar una silla de plástico blanca con patas de madera (de unos 30 euros), cómoda, eso sí, pero del montón, en una silla mucho más bonita (que suele ser mucho más cara), y que nadie creerá que has hecho tú. 

Todo lo que necesitas es tela y un bote de cola blanca. Esta sustancia tan maravillosa como pegajosa permite adherir materiales como la tela (o el papel) a casi cualquier tipo de superficie: madera, metal y la mayoría de los plásticos.

Otra ventaja: la cola blanca es muy barata. Puedes hacerte con un bote de 250 mililitros (en principio, suficiente para este proyecto) por menos de seis euros. Y, sobre todo, resulta fácil de utilizar.

Además, necesitas una brocha de espuma, un cúter o tijera de tela, y la tela que más te guste: dos metros cuadrados deberían bastarte. Cuando escojas tu tejido, ten en cuenta que las telas más finas absorben mejor la cola, por lo que resultan más sencillas de trabajar. 

El siguiente paso es aplicar la cola. Para ello, desarma la silla y separa las patas del cuerpo. Trabaja por partes: aplica una cantidad generosa de cola con el cepillo de espuma, y cubre con tela. Un truco: cuanta más cantidad de cola utilices, más sencillo te resultará manipular la tela, y ajustarla suavemente alrededor de las curvas.

Una vez que la cola ha secado (te llevará sobre una hora), utiliza un cúter o una tijera para tejido para cortar la tela sobrante. Vuelve a enroscar las patas en su sitio. ¡Y ya la tienes!

2. Transforma una silla de plástico con aerosol

Si tienes una silla de plástico blanca con patas de madera, y quieres transformarla en algo más bonito, la opción más rápida, y tal vez la más sencilla, es pintarla con un poco de pintura en aerosol. Al menos, si pintas la espalda de tu silla de un color que te agrade (por ejemplo, un tono pastel verde), te quitarás de encima esa pieza blanca de plástico. 

Esta idea, en general, irá bien para cualquier tipo de silla de la que te hayas aburrido: la pintura en aerosol es muy fácil de aplicar y hay muchas propuestas de colores en el mercado. Eso sí: asegúrate de usarla en la terraza o en un lugar bien aireado. Y, mejor todavía, con una mascarilla que evite la inhalación de partículas.

3. Usa alfombras blancas peludas sintéticas

Decorar con alfombras de pelo largo blanco, sintéticas, está de moda. Y añade a las habitaciones un toque nórdico y acogedor. Pues bien: puedes usar este tipo de alfombras para transformar un taburete barato y del montón en un taburete bonito. Y lo mismo vale para una silla.

Si usas un taburete, separa las patas del asiento, aplica cola blanca con una brocha de espuma en el asiento, y coloca la alfombra. Si arropas por completo el asiento, puedes utilizar los mismos tornillos que unen las patas con el resto del taburete para fijar mejor la alfombra. Solo queda recortar las partes de tela sobrante. ¡Y lista! Ideas similares permiten transformar, además de taburetes, sillas y hasta sillones de madera. 

4. Taburetes con patas de colores

La tendencia de sumergir objetos en colores lleva varios años rondado con éxito. Y podemos echar mano de ella, también, para transformar un taburete barato en otro más bonito y resultón. En parte, el éxito de esta técnica se debe al acabado, pero también a lo sencilla que resulta: sumerge las patas en un bote de pintura, deja secar, ¡y listo!

Si quieres hacer algún patrón, por ejemplo, unas rayas, o pintar parte de una pata de un color y otra parte de otro, viene bien cubrir las zonas que no quieres tintar con una cinta adhesiva, tipo de carrocero. Y empezar a pintar con el color que usarás de base. Después, hay que dejar secar 30 minutos para aplicar el siguiente color: así te aseguras de que no quedan goterones.

5. Transforma las sillas de la cocina, con unas rayas de colores

Cambiar las sillas de la cocina o de la terraza no siempre implica gastarse un dineral. Y una idea para hacerlo es pintar la estructura de la silla, así como el respaldo, con colores más bonitos. 

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