El precio de la luz anda desbocado en las últimas semanas y ayer volvió a subir marcando otro récord desde 2013. La organización de consumidores Facua ha denunciado que el aumento es del 28% respecto a enero de 2016. Entre las razones de esta subida se cuentan las condiciones meteorológicas adversas a la generación de renovables, es decir poco viento y menos lluvia en los embalses.
Pero también la falta de previsión de las comercializadoras al no almacenar gas de reserva para crear electricidad mediante su combustión o el posible desvío de barcos cargados de gas a mercados más interesantes que España. El caso es que el precio de la electricidad en las subastas de energía se ha encarecido mucho por falta de alternativas y es al consumidor a quién le toca pagar este aumento en el variable de su factura.
Cabe recordar que este variable viene a ser un tercio de la factura y que en condiciones normales quedaba soterrado bajo el peso de la potencia contratada y la infinidad de peajes, compensaciones e impuestos que estamos condenados a pagar por el mero hecho de tener acceso a una fuente de energía básica. Pero con el actual 'subidón', este variable puede hacerse notable en la factura, sobre todo si no tenemos cuidado y no actuamos con raciocinio.
A continuación te proponemos 10 políticas que te ayudan a esquivar facturas abultadas por el 'subidón' en el precio de la luz.
1. Ser coherentes con la política de luces encendidas
Una luz encendida un rato no supone apenas un gasto perceptible, pero si la mantenemos encendida durante ocho horas, gastaremos entre 0,24 euros y 0,88 euros. Por cada bombilla encendida deberemos aplicar este precio, de modo que con cinco bombillas ya alcanzaremos los dos euros. Si lo multiplicamos por 30 días sacaremos un gasto de 60 euros en iluminación.
Es de confiar en que no tengamos tantas bombillas encendidas durante tantas horas, pero para ello debemos vigilar las tulipas de habitaciones cerradas a las que nunca entramos, las de los lavabos en los que acabamos de estar y las luces del fondo del pasillo, que dan más ambiente que iluminación. Todas ellas apagadas pueden ayudar a dejar este gasto mensual en unos pocos euros.
2. Fregar la vajilla a mano
El lavavajillas gasta 0,34 euros las dos horas, probablemente más cada día que pasa. No parece demasiado, pero si le sumamos uno por día de la semana salen 2,38 euros como mínimo que van a sumarse a la factura junto con otros gastos. Esto sin contar el adicional gasto de agua caliente. Si no somos familia numerosa y ensuciamos poco, mejor lavar a mano y secar con trapo.
3. Evitar las lavadoras a media carga
Una lavadora es un poco más cara que el lavavajillas, y según el programa que usemos puede serlo mucho más y alcanzar los 0,45 euros por uso. Es mejor optar por usarla en lejos de las horas punta, bien llena de ropa, en programas económicos y con agua fría. Evitemos poner una lavadora solo para asear unos calcetines.
4. Reservar lavavajillas y lavadora para el fin de semana
Si podemos, la mejor alternativa en caso de querer usar el lavavajillas es el fin de semana, cuando los precios bajan porque no hay tanta actividad industrial, que es la que encarece el precio de la subasta diaria. Y lo mismo sucede con las lavadoras. Nos pasaremos el tiempo de descanso lavando, pero conseguiremos sortear el 'subidón', que nadie sabe cuándo parará.
5. Programar los lavados para la madrugada
Otra opción es poner la lavadora y el lavavajillas al irnos a dormir, o al menos a partir de las once de la noche, y apagarlos por la mañana; de este modo lavaremos durante el periodo más barato. Aunque si tenemos el sueño ligero, el pitido de final de lavado nos puede estropear el descanso.
6. Dar a los radiadores la función de secar ropa
La secadora es al consumo eléctrico lo que Darth Vader a la buena voluntad: un agujero negro. Se calcula que un programa de secado extra de ropa puede superar el euro y medio de gasto. En cambio, si aprovechamos los radiadores de la calefacción para secar las piezas húmedas mataremos dos pájaros de un tiro: nos calentamos y secamos la ropa.
7. Evitar elaborar platos de larga cocción
Otra política lógica, si usamos vitrocerámica, tal vez la opción más extendida en las cocinas modernas, es evitar los guisos y estofados, dado que un solo fogón encendido ya gasta 38 céntimos de euro a la hora. Si somos de fabada, lentejas con chorizo, cocido y otros pesos pesados de la cocina nacional a diario, acabaremos pagando cinco euros a la semana por fogón en gasto de vitrocerámica.
8. Aprovechar el fin de semana para cocinar
Mejor si durante el 'subidón' apostamos por los platos rápidos como tortillas, carne a la plancha, caldo de tetra brik -aunque algunas marcas son realmente caras-, etc. Y mucho mejor si vamos al pollo frío, las ensaladas, los quesos, los embutidos o los patés. Si queremos hacer sopas, purés, estofados, guisos, callos y otras lindezas gastronómicas, podemos aprovechar el fin de semana para cocinar y luego congelar o guardar en túpperes en la nevera. Siempre tendremos un mejor precio de la luz.
9. Mantener la temperatura de la casa lo más alta posible
Hay que evitar los malos hábitos que disparan el gasto de tu calefacción: ventilar cuando más frío hace, dejar puertas abiertas de habitaciones que no se usan, no cerrar los radiadores de esas habitaciones, bajar las persianas de día cuando nos vamos a trabajar, no correr las cortinas por la noche, andar por casa ligeros de ropa, etc.
El enlace al inicio del párrafo anterior documenta bien cómo evitar tirar tontamente megavatios de energía en temas de calefacción. Es obvio que si hace mucho frío, tendremos que tener algunos radiadores encendidos, pero debemos ser conscientes de que su gasto, en caso de ser eléctricos, se dispara a casi los 0,25 euros la hora. En ocho horas son dos euros por radiador y día, siempre que no se nos ocurra dejarlos encendidos cuando estamos fuera, o los pongamos al máximo toda la noche.
10. Evitar los 'stand by' cuando estemos fuera
Adicionalmente, cuando no haya nadie en casa podemos dejar encendidos solo los electrodomésticos necesarios -nevera y calentador si es eléctrico-, apagando el router y los 'stand by' de la televisión y otros tantos aparatos que usen este sistema para el encendido en remoto. Por cierto que mirar la tele es una de las costumbres más baratas que se pueden tener, ya apenas gasta un céntimo por ocho horas de funcionamiento. Otra cosa es la calidad de la programación...