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Estos son los impuestos que pagamos en la factura de la luz

En los ayuntamientos que se beneficiaron anteriormente la factura se redujo entre un 30 % y un 50 %

Jordi Sabaté

Mario, lector y socio de eldiario.es, nos plantea la siguiente petición por correo electrónico: “Aquí en el sur nos preparamos para los calores, que este año han llegado pronto y traen consigo otro subidón en las facturas por el uso del aire acondicionado. De momento en casa hemos logrado contener el gasto, pero en verano se nos dispara. El caso es que he leído un artículo vuestro titulado 10 medidas para sobrevivir al actual 'subidón' en el precio de la luz y me ha parecido interesante, aunque os pediría, si no lo habéis escrito, que ahora hicierais uno para saber qué son impuestos y que costes de gasto de energía en las facturas, porque me parece una vergüenza si es verdad que como dicen, pagamos más de impuestos que del consumo real que hacemos”.

El aserto de Mario es cierto siempre y cuando consideremos impuestos a todos los costes fijos que se incluyen en la factura de la luz y que de alguna manera puedan ser arbitrarios, aunque el precio del kilovatio (kWh) también lo es. Estos costes se justifican en relación a cuestiones distintas y en efecto, en la mayoría de las facturas suman muchas veces un volumen superior al 50% del importe total de la factura, es decir que son más que el gasto real. Ahora bien, lo que estrictamente definimos como impuestos son solo dos.

Cuáles son los costes de una factura

En una factura de la luz hay dos tipos de coste principales: el coste variable y el fijo. El variable es el debido al consumo de energía que hayamos tenido durante el periodo de facturación, es decir entre dos lecturas que hayan hecho del contador. En el se calcula el consumo en kWh del periodo multiplicado por el precio que tengamos acordado con la compañía comercializadora por cada kWh.

Aquí el resultado final dependerá de si estamos en el mercado libre o el regulado, tal como te explicamos en Luz y gas: ¿cuál es la diferencia entre el mercado libre y el regulado? y también en Luz y gas: ¿tarifa plana o cuota fija? De un modo sucinto, podemos decir que en el mercado libre acordamos un precio por kWh con la comercializadora que será fijo, y en el mercado regulado el precio es variable según la hora del día y las subastas de la energía. Al final, en ambos casos resultará un coste producto de nuestro consumo que determinará la parte variable de la factura y que suele ser menos de la mitad del importe total de esta.

Por otro lado, la parte fija es más compleja y está compuesta de dos tipos de costes: los impuestos y los costes regulados. Comenzaremos por el apartado “costes regulados”, pues bajo este nombre suele aparecer en las facturas una de las porciones de la tarta en que se desglosa la factura de modo gráfico. Aquí tenemos:

Potencia contratada: es el precio que pagamos por tener acceso a una determinada cantidad de energía de una sola vez, de modo que pueda cubrir la demanda del máximo de aparatos de nuestro hogar sin que salten los plomos. A mayor potencia contratada, más capacidad tenemos para usar a la vez todo tipo de electrodomésticos. Lo normal en un hogar es contratar entre 3,5 y 4,6 kW en monofásico, pero se puede llegar a 5,75 kW. En tal caso este término se puede convertir en uno de los platos fuertes de la factura.

Alquiler del equipos: se refiere al alquiler del contador de la luz, que es propiedad de la compañía y se contabiliza por los días que cubre la factura. Este importe no suele ser superior al euro mensual.

Incentivos a las energías renovables, cogeneración y residuos: no queda claro si este coste en realidad se obtiene de un porcentaje fijo que se descuenta del precio al que pagamos el kWh, por lo que podría ser considerado un impuesto, o bien es parte de lo que nos cobran como potencia contratada.

Amortización de redes, transporte y distribución: es un caso similar al anterior

Otros costes regulados (déficit de tarifa): muchas veces tienen que ver con compensaciones como el déficit de tarifa eléctrica, que es un porcentaje más bien alto que los españoles pagamos para compensar a las eléctricas porque durante más de una década (2000-2013) nos subvencionaron el precio de la luz por debajo de su coste real. A la deuda hay que sumarle los intereses.

¿Qué impuestos pagamos en la factura?

Los impuestos sensu stricto son dos:

Impuesto sobre la electricidad: Este impuesto fue diseñado para garantizar un consumo responsable de los recursos limitados que ofrece el medio natural y unas condiciones medioambientales que protejan la salud de las personas. Entra en el grupo de los llamados “impuestos especiales”, como el alcohol yel tabaco, y su objetivo es recaudar el importe por el concepto que antes se llamaba“coste específico asignado a la minería del carbón”. Se aplica a todos aquellos hogares que tengan contratado un suministro de luz, no importa si realizan o no consumo de electricidad. El impuesto sobre la electricidad, se aplica sobre el término de consumo y sobre el término de potencia contratada y es del 5,11269632%. Es un impuesto polémico por considerarse obsoleto, ya que el carbón ya no se utiliza como fuente de energía, y se usa para otros fines recaudatorios, por lo que la OCU ha pedido que se rescinda por su opacidad.

IVA: es del 21%, como para la mayoría de productos de consumo, y se aplica sobre el conjunto de la factura, incluido el impuesto sobre la electricidad. La OCU también ha pedido su reducción al 6%, dada la necesidad social de energía, tal como hacen ya en Portugal.

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