Servilleta de papel o de tela: ¿qué es más sostenible para el medio ambiente?
En servilletas de papel se han escrito algunas de las grandes ideas de nuestro tiempo. Pero usamos demasiadas: solo en España, 697 toneladas de servilletas de papel y pañuelos desechables de otro tipo. Aunque las de tela también pasa factura al planeta: sabemos que, después del petróleo, la industria textil es el segundo sector más contaminante. Intentamos resolver el dilema, y saber qué servilleta utilizar para cuidar del planeta.
Servilletas de papel: acaban en el vertedero
La industria ha reducido el impacto ambiental de la servilleta de papel. La patronal de fabricantes de servilletas y pañuelos desechables, European Tissue Symposium (ETS), que representa al 90% de los fabricantes de estos productos en Europa, asegura que la mitad de la pulpa vegetal para manufacturar las servilletas es reciclada; es decir, procede de otros papeles que ya tuvieron un uso. Eso sí: para fabricar el resto hay que talar árboles.
Además, tanto las servilletas fabricadas con fibra virgen, de árboles recién talados, como las recicladas contienen plásticos como el polipropileno o polietilenopolipropileno o polietileno, según Ecoembes (entidad responsable de gestionar los envases domésticos en España), que dan a la servilleta las características propias del producto.
Y esto dificulta su compostaje, algo que sería relativamente sencillo si las servilletas de papel solo contuvieran fibras vegetales. Otro problema: una vez que la servilleta de papel está sucia, no es recuperable ni reciclable. Es decir, debe depositarse en la basura o el contenedor gris o de restos. Así, muchas de esas toneladas de servilletas desechadas acaban sus días enterradas en un vertedero o incineradas.
Y son peores para el clima
Además, si comparamos el impacto ambiental que implica su fabricación, la servilleta de papel también suele salir peor parada respecto a su alternativa textil. Según la Guía de compra responsable elaborada por la Unión de Cooperativas de Consumidores y Usuarios de Madrid, las servilletas de papel no reciclado emiten más CO2, y gastan en su fabricación más energía y agua que una de algodón o tela. Así, si utilizas 300 servilletas de papel de fibra virgen al año (una cifra razonable, ya que son 25 al mes), según esta guía, habrás emitido casi 7 kilos (kg) de CO2 a la atmósfera y consumido 484 litros (l) de agua necesaria para su fabricación.
En cambio, si escoges servilletas de papel de fibra reciclada, las emisiones contaminantes se reducen una tercera parte, hasta 4,5 kg de CO2. Y gastas casi la mitad de agua: 263 l. Y además de salvar algunos árboles, también reduces tu huella hídrica: gastas 26 l de agua menos por cada kg de servilletas que uses.
Por su parte, si te limpias con una servilleta de tela (y no te separas de ella), y la lavas 30 veces en un año (una vez cada 10 o 15 días), en comparación las emisiones de la servilleta de tela resultan insignificantesservilleta de tela resultan insignificantes: unos 40 gramos (g) de CO2 al año, mientras que su consumo de agua es intermedio comparado con las dos opciones anteriores: unos 326 l. Conclusión: usar servilletas de papel, aunque sean de fibra reciclada, empeora la crisis climática.
Las servilletas de tela no son inocuas con el planeta
Pero producir textiles como el algodón no resulta un proceso precisamente amable con el planeta. Según un estudioreciente realizado en Reino Unido, para producir 1 kg de algodón se gastan entre 10.000 y 20.000 litros de agua. Aunque el impacto se reduce si escoges una servilleta de algodón ecológico: su huella hídrica es hasta un 91% menor.
Además, las servilletas de tela hay que lavarlas, lo que consume más agua, que se suma al detergente y la electricidad. Para reducir este impacto, lava tus servilletas en agua fría, usa un jabón biodegradable y sin fosfatos, y seca tus tejidos al aire. Conclusión: si lo que te importa es frenar la emergencia climática, utiliza servilletas de tela, mejor si es de tejidos orgánicos.
Y hazla durar muchos años; estarás reduciendo de forma notable su huella hídrica en el planeta. No olvides llevarla contigo cuando salgas de casa. Quien sabe: si se corre la voz por Instagram, este gesto, como ya ha ocurrido con las botellas de agua reutilizables o las bolsas de tela para la compra, no tardará en convertirse en tendencia. Y aunque bosquejar en papel algunas buenas ideas se complique, el planeta nos lo agradecerá.
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