Diez vampiros energéticos que habitan nuestra casa y disparan las facturas
Los vampiros energéticos existen. No son seres extrasensoriales de otra dimensión espacio-temporal que se materialicen en formas ectoplasmáticas y nos roben la energía vital, sino hechos reales de los que además nosotros somos los principales responsables. Se trata de una serie de malos hábitos cotidianos que hemos consolidado inconscientemente y que nos llevan a malgastar inútilmente la energía que nos llega en forma de gas y electricidad, de modo que disparan las facturas.
Si sabemos detectarlos y neutralizarlos, es decir corregirlos y tomar las medidas oportunas para evitar los derroches de energía que conllevan, podemos conseguir un ahorro muy importante en nuestro consumo mensual que se reflejará en las subsiguientes facturas. Hay que tener en cuenta que un vampiro incontrolado puede hacer que el consumo de gas, por ejemplo, sea el doble del necesario en un mes pico de frío, como puede ser este enero que comienza.
A continuación te relatamos los diez principales vampiros energéticos de tu hogar y la forma de eliminarlos para que no te den el invierno a base de pagar a las compañías eléctricas y gasísticas.
1. El 'stand by' en el salón
Sin duda el stand by, esta forma de apagado flotante que tienen los artículos electrónicos como televisores, cadenas estereofónicas, ordenadores, etc., para poder encenderse luego gracias al mando a distancia, es un consumo nada desechable. Se calcula que en algunos casos puede llegar a ser el 15% del consumo que se refleja en la factura. Corregirlo es tan sencillo como colocar colectores de enchufes con interruptor para poder apagarlo por la noche o si nos vamos de vacaciones o fin de semana.
2. Los radiadores mal purgados
La purga de los radiadores, tal como explicamos en Cuatro cuidados en tus radiadores para evitar sustos con el gasto de la calefacción, es un casi una obligación anual para quitar el aire que puedan contener y que hace perder mucha eficiencia al circuito de agua, pues se calienta mal y conduce el calor de manera muy mermada. Se calcula que un circuito mal purgado puede disparar su gasto hasta el doble de lo normal. La operación es sencilla y una vez realizada, deberá restituirse la presión del agua si esta ha bajado.
3. Las juntas de los radiadores resecas
Este vampiro va casi siempre ligado con el del apartado superior, pues las juntas resecas en las tomas de los radiadores con los tubos, o en los tapones, suponen pérdidas de agua que permiten a su vez la entrada de aire en el radiador, además de una bajada en la presión del circuito. Mediante la operación llamada “taponeo”, que nos puede realizar un profesional, podemos cambiar las juntas.
4. Los filtros del aire sucios en la bomba de calor
Si usamos bomba de calor y funciona con el sistema Inverter, es probable que obtengamos un buen ahorro energético, tal como explicamos en Dime cómo es tu casa y te diré con qué calentarla (sin arruinarte). Ahora bien, si no somos limpios y no desmontamos cada seis meses como mínimo el filtro de la bomba para limpiarlo adecuadamente, es muy probable que la bomba expela el aire caliente con menos fuerza de la que debería y como resultado le cueste más calentar las estancias. Se calcula que el gasto adicional de un filtro sucio puede ascender hasta el 25% extra.
5. La espuma protectora en los tubos de la bomba de calor reseca
Este es un vampiro que muy poca gente tiene en cuenta, pero que, en bombas alejadas del compresor, en las cuales los tubos que conectan ambos aparatos tienen que realizar un recorrido expuesto al sol y otras inclemencias, puede restar hasta un 50% de eficiencia. Es decir que la bomba deberá trabajar el doble para conseguir el mismo resultado, ya que buena parte del calor -o del frío en verano- se pierde por la superficie de los tubos al haber perdido el recubrimiento de espuma. Para restituirla deberemos llamar a un técnico y adicionalmente incluir además de la espuma una caja protectora para evitar en el futuro la acción del sol.
6. El grifo monomando en el medio
El grifo monomando debe estar siempre colocado totalmente del lado del agua fría por defecto. De otro modo cuando lo abramos para enjuagar un vaso, beber un poco de agua, etc., activará la demanda de agua caliente, aunque sea en una mínima proporción, y supondrá un gasto para la caldera o el calentador, además totalmente inútil a no ser que necesitemos agua caliente.
7. El cepillo eléctrico cargando
Este es uno de los vampiros más comunes entre los usuarios de cepillos eléctricos: dejarlo conectado una vez se ha cargado del todo. El motivo es que a medida que la batería sufra pequeñas descargas se irá cargando sin necesidad. También que algunos modelos antiguos encienden una luz azul para indicar que se ha cargado completamente.
8. Las gomas de la nevera y el congelador sucias
Otro vampiro que en casos de gomas muy degradadas y resecas nos puede hacer perder una importante cantidad de energía en forma de frigorías derrochadas. Las gomas deben lavarse con frecuencia, a poder ser solo con agua para eliminar salsas o restos de alimentos que las hayan manchado y que puedan ser corrosivos. De otra forma perderán su elasticidad y aislarán mal.
9. La silicona de las ventanas reseca
Esto es así especialmente en el caso de la carpintería de aluminio, que suele ir adherida con silicona en los contornos para aislar adecuadamente. Si la misma esta sometida continuamente al sol, acaba por resecarse y desprenderse, perdiendo eficiencia en el asilado, con lo que deberemos de gastar más para calentar, o enfriar, la casa.
10. El router encendido cuando no lo usamos
En efecto, a no ser que nos estemos bajando películas o videojuegos de alguna plataforma, o bien que controlemos algún electrodoméstico vía wifi, no tiene mucho sentido tener el router encendido de noche ni cuando no hay nadie en casa. El gasto no es excesivo pero todo suma y además alargamos la vida del aparato.