Reorganización en casa: trucos para ahorrar gastos y sanar nuestra economía

Martín Frías

20 de septiembre de 2023 22:34 h

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Solo las personas muy exigentes con la planificación de sus presupuestos se salvan, pero muchas otras se encuentran con que, a la vuelta de las vacaciones de verano, han gastado más de lo que tenían previsto. El optimismo, los cálculos de los gastos sin contar con la (galopante) inflación, y los caprichos justificados como algo que nos merecemos durante el descanso después de trabajar todo el año, van poco a poco sumando y la factura puede llegar a ser alta. 

Septiembre, que trae de la mano la vuelta a la rutina, es momento de reinicio, de hacerse propósitos y de revisar lo que sobra y lo que falta en nuestras vidas. Como el dinero no suele sobrar, también es el momento de investigar por dónde se está escapando y poner freno a la fuga. 

Estas son algunas de las medidas de bajo coste que podemos poner en práctica para ahorrar durante todo el año.

Elimina vampiros de electricidad

Los electrodomésticos y aparatos electrónicos que se quedan en modo stand by o de reposo para que podamos encenderlos usando el mando a distancia, están consumiendo energía, son vampiros energéticos. No debería ser mucha, solo la suficiente para poder detectar la señal del mando, pero lo cierto es que para algunos fabricantes el consumo en reposo es muy parecido al consumo encendido. Es lo que ocurre con televisores, aparatos de aire acondicionado, el router wifi, el lavavajillas y otros electrodomésticos. Si tiene un piloto encendido, es probable que esté consumiendo algo de electricidad, y la suma de todos los dispositivos puede llegar a ser alta.

Se calcula que los aparatos en reposo pueden suponer un 15-20% de la factura eléctrica. De nuevo no es mucho, pero al cabo del año pueden ser varios cientos de euros que podríamos emplear en otras cosas. Una opción económica es usar regletas con interruptor, que nos permitirán desconectar todos los aparatos a la vez. Los interruptores programables o los inteligentes, como los que se conectan a los asistentes de voz como Alexa o el asistente de Google, pueden hacer esto automáticamente para que por la noche, por ejemplo, todos estos aparatos estén completamente apagados.

Revisar y renegociar servicios y seguros

Este es el momento de imprimir tu extracto bancario y de tus tarjetas de crédito del último año y hacer limpieza de los pagos domiciliados. Allí estarán las facturas de electricidad, internet, móvil, suscripciones a servicios de streaming, suscripciones a apps móviles, seguros de automóvil, hogar y otros cargos que, sumados, pueden llevarse un buen trozo de tus ingresos. 

El primer paso es cancelar todos servicios que no utilices o que no utilices lo suficiente como para justificar el gasto. Piensa en estos servicios en términos anuales, porque el precio mensual puede ser poco pero al cabo del año suponer un importe apreciable. 

Una vez hecha la limpieza, busca en internet alternativas a los servicios que sí utilizas que ofrezcan mejores precios. En muchos servicios contratados por internet, especialmente en Estados Unidos, como por ejemplo una suscripción a los programas informáticos que utilicemos, una buena estrategia es cancelar la suscripción. En muchos casos recibiremos una oferta para seguir disfrutando del servicio con un importante descuento. Un ahorro de 50 euros en servicios y suscripciones que no usamos, o en reducciones de precio de los que sí, puede suponer 600 euros al año.

Planificar las comidas y comprar congelados y a granel

La cesta de la compra, según un informe del Banco de España, representa un 25% del gasto familiar, frente a la media del 20% en Europa. La compra diaria de proximidad nos da acceso a alimentos frescos, pero también es el origen de un gran desperdicio de comida, que alcanza los 65 kilos por hogar y año según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación

Si compramos alimentos frescos de más y se estropean en la nevera, estamos tirando dinero a la basura. Planificar los menús de la semana nos permite calcular las cantidades de alimentos que necesitamos, y de este modo evitamos también las compras por impulso (sobre todo si compramos con hambre). Cuidado, además, con los alimentos frescos en bandejas. El precio por kilo de un pescado o una carne limpio y fileteado puede llegar a ser a veces más alto que el producto entero. Merece la pena hacer esa tarea en casa. 

Determinados alimentos resultan más económicos si se compran con antelación, especialmente congelados como las verduras, la carne y el pescado o los frutos rojos. Es mejor congelarlos por unidades que podamos descongelar la noche antes de consumirlos, dejando el resto. Otros alimentos como las legumbres y las conservas, que tienen una vida muy larga, se pueden comprar en grandes cantidades. 

Cuidado con las compras de ropa

Con el cambio de temporada y el tiempo más fresco llega la tentación de renovar el vestuario. La moda rápida, además de ser altamente contaminante, sale cara. Se trata de productos que duran menos y renovamos con más frecuencia, atraídos por su bajo precio. Los productos más duraderos, como explica la teoría de las botas, son más económicos a medio y largo plazo. 

Por otro lado, también es una buena idea planificar las necesidades de la temporada (sustituir prendas deterioradas, por ejemplo) para evitar las compras por impulso. Otra opción es comprar prendas de segunda mano, bien en los muchos establecimientos que las comercializan o en aplicaciones móviles como Vinted o Wallapop. Podemos obtener prendas en muy buen estado o prácticamente nuevas y pagar mucho menos que el precio de una prenda nueva.  

Hacer mantenimiento preventivo y actualizar termostatos en el hogar

Una fuga de agua, una ventana mal aislada o que cierra mal, un calentador de agua sucio o ineficiente, o un radiador con el termostato estropeado, pueden producir pérdidas de energía que terminan reflejadas en la factura de agua, gas o electricidad a final de mes. 

Los radiadores sin purgar son más ineficientes, este es un buen momento para limpiarlos. Según IDAE, colocar termostatos en los radiadores permite ahorrar entre un 8% y un 13% de energía. Un termostato general programable para el hogar te permitirá poner una temperatura de mantenimiento para cuando estés fuera de casa que supondrá un ahorro considerable. Cuidado con el termostato. Por cada grado que subamos la temperatura, la factura aumenta un 7%, también según datos de IDAE.

Vender lo que no necesitemos

Todos tenemos en casa prendas de ropa, dispositivos electrónicos, objetos de cocina o decoración que no usamos casi nunca y están acumulando polvo. Si superamos el apego a estos objetos y los ponemos a la venta en plataformas de compraventa de segunda mano, como Wallapop o Vinted, podemos recuperar parte de lo que gastamos en ellos. 

Además de productos coleccionables y vintage, que pueden alcanzar precios elevados en el mercado de segunda mano, podemos deshacernos de ese juego de fondue que usamos una sola vez o de la batería externa para el móvil que ya no utilizamos, o el juego de mantelería que recibimos como regalo y nos horroriza pero que haría feliz a otra persona. Muchas de estas pequeñas ventas pueden suponer cientos de euros al mes.

El ahorro no se compone de grandes recortes, sino de pequeños gestos cotidianos. Empieza por tu casa este otoño.