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Los altavoces inteligentes llevan casi una década en en el mercado. El primero en lanzarlos fue Google con Google Nest, un dispositivo para controlar de modo inalámbrico luces y electrodomésticos de la casa que también es capaz de emitir música de los servicios de Google, así como noticias, el tiempo o dar informaciones cuando se le requiere.
Con los años, la oferta de Google se ha ido diversificando, con aparatos más pequeños pensados para ofrecer música y noticias en el salón (Google Home) o en el baño o el dormitorio (Google Nest Mini), y otros que incluyen una pantalla y pueden reproducir vídeos además de dar la preceptiva información (Google Nest Hub).
En esa misma época apareció la gama de dispositivos de Amazon bautizados como Echo. Sus capacidades y prestaciones son similares: puede sincronizarse con electrodomésticos que tengan conectividad wifi y darles ordenes, así como con bombillas o lámparas; también puede ofrecer música de los servicios de Amazon Music o las noticias conectándose a distintas plataformas de emisión radiofónica.
Adicionalmente, una de las ventajas de esta gama es que si se lo permitimos puede enlazarse con nuestra página de Amazon y conocer nuestros gustos para recomendarnos productos, así como para recibir órdenes de compra de estos en la plataforma. Los principales modelos Echo son Echo Flex, Echo Dot y Echo Show, de más a menos prestaciones y capacidades. En este artículo se ofrece una comparativa detallada sobre las características de los dispositivos, tanto de Google como de Amazon.
Pero una de las características más interesantes de los altavoces inteligentes, además de su autonomía para reproducir contenidos de las distintas plataformas digitales, es su capacidad de ejecutar órdenes de voz, así como de tener una voz digital con la que respondernos. De este modo, no es necesario manipular botones ni depender de un ordenador o un móvil para dar indicaciones al altavoz, sino que este es capaz, gracias a un sistema de reconocimiento de voces, de identificarnos y obedecernos.
Y para ello se basa en dos de los tres principales programas de asistentes de voz vigentes en el mercado: Alexa, que es la voz de Amazon; Google, que, como su nombre indica, es la voz de todos los altavoces de la marca del buscador, y finalmente Siri, que es la voz creada por Apple y que, aunque no tiene ningún dispositivo específico, puede funcionar en determinados altavoces que se venden.
Pero más allá de los modelos fabricados por Google y Amazon, en el mercado se puede encontrar una gran diversidad de altavoces inteligentes cuya finalidad es principalmente emitir la música que podamos enviarles, ya sea por cable o modo inalámbrico, desde dispositivos reproductores como pueden ser un ordenador, una tableta o un smartphone.
En este caso lo que primará será la emisión de sonido, y probablemente no encontraremos la capacidad de gestionar órdenes y ofrecer informaciones adicionales, aunque algunos de ellos puedan tener pantallas con la predicción meteorológica. Y lo más destacable puede ser su capacidad para funcionar de forma autónoma respecto a los reproductores gracias a que se conectan a la red wifi, conectando directamente con las plataformas digitales para emitir los distintos contenidos: desde música hasta podcast, emisoras de radio o incluso ciertas informaciones.
Pero se trata de aparatos que no tienen un precio bajo, ya que raramente suelen estar por debajo de los 300 euros, pues necesitan una solidez en los materiales y una sofistificación en el hardware para poder conectarse tanto por Bluetooth como por wifi. Por eso hay que ser cuidadoso a la hora de elegir uno; esto es pensar bien en cuál es el que mejor responde nuestras necesidades y nuestro perfil. A continuación te damos una serie de claves para elegir de modo acertado un altavoz inteligente, más allá de los modelos de Google y Amazon.
El tamaño
Podríamos pensar que el tamaño del altavoz dará idea de la potencia de emisión de sonido y, en términos generales, es cierto, pero también hay en el mercado altavoces de tamaño relativamente discreto que muestran una gran potencia gracias a la solidez de sus materiales, principalmente madera. En este sentido, debemos considerar, si vamos a cubrir una gran superficie, si deseamos un aparato que destaque mucho o mejor otro que apenas pase desapercibido entre el mobiliario.
Si no necesitamos cubrir un gran volumen de espacio, no tiene demasiado sentido ir a tamaños de altavoces grandes, por los que probablemente pagaremos más, y podemos optar por modelos también potentes de tamaño menor. Las diferencias de precio pueden oscilar entre los 200 y los 500 euros.
El diseño
Hay gran variabilidad de diseños en el mercado para este tipo de altavoces, desde más modernos y juveniles hasta más discretos y clásicos. Pensemos que es un aparato que va a estar fijo en una determinada zona de la casa, porque estos altavoces, dada su potencia y sus prestaciones, están alimentados con un cable enchufado a la corriente eléctrica. Por lo tanto, razonemos bien donde los vamos a encajar y, en función del entorno, escojamos el diseño.
El asistente de voz
Este tipo de altavoces normalmente son capaces de recibir indicaciones a través de un asistente de voz. Lo normal es que trabajen con uno o dos de los tres antes indicados: Siri, Alexa y Google. Los hay que solo trabajan con un sistema, por ejemplo, con Alexa o bien con Google. En este sentido podemos encontrarnos con que nosotros tenemos configurado nuestro asistente de voz en uno u otro sistema, que no es el que utiliza el altavoz.
En el caso de Alexa, el problema es que para configurar el asistente precisamos de una cuenta en Amazon. De todos modos, si tenemos en cuenta ambos sistemas —y más si usamos algún dispositivo de Apple, con lo cual podremos integrar a Siri—, siempre existe la posibilidad de configurar el asistente y vincularlo al altavoz. No obstante, puede ser interesante fijarse desde un principio en que el altavoz que escojamos trabaje con nuestro asistente de voz favorito.
El sistema operativo
Hay altavoces que funcionan con un sistema operativo, como por ejemplo Heos o el sistema B&O de Bang and Olufsen. Estos sistemas, que se controlan por aplicaciones de móvil, ofrecen diversas funcionalidades, como la citada de conectar con plataformas tipo Spotify, pero también Google Music, Apple Music o Amazon Music, así como ofrecer una nube con almacenamiento de datos (previa contratación del servicio) donde guardar y organizar nuestros archivos sonoros y nuestras canciones, que luego podrá reproducir el altavoz.
De nuevo debemos fijarnos en que el sistema sea capaz de reproducir la plataforma en la que estamos, ya que un altavoz que reproduzca Amazon o Google Music pero no Spotify nos dará problemas si somos usuarios de Spotify y no queremos contratar otro servicio. También debemos fijarnos en las capacidades que nos ofrece el sistema operativo, ya que pueden resultar interesantes.
La conectividad
El apartado de la conectividad nos puede parecer muy obvio, pero no lo es tanto. Es importante estudiar que el aparato tenga conectividad tanto por wifi como por Bluetooth, ya que, aunque la característica principal de estos dispositivos sea el conectarse por wifi a la red general y de ahí ir a internet para extraer los archivos de los distintos servicios y plataformas, puede suceder que en casa la conectividad sea inestable por esta vía y precisemos de conectividad inalámbrica con dispositivos reproductores para poder emitir la música. Imaginemos que en casa tenemos zonas con poca cobertura wifi pero queremos situar en ellas el altavoz para reproducir contenidos musicales desde un ordenador, una tableta o un móvil. La mejor solución será un sistema de conexión por Bluetooth actualizado a los estándares más recientes.
La capacidad de ecualización
Dependiendo del tipo de música, la calidad de reproducción del altavoz puede sufrir, ya sea por exceso o defecto de graves o por falta de potencia en los agudos. Es interesante, por tanto, que el aparato tenga alguna vía para ecualizarlo (para adaptar sus graves y sus agudos al tipo de música que se esté emitiendo en ese momento). Hay aparatos que permiten hacerlo físicamente desde un panel que poseen en la parte superior y otros que se manejan por una aplicación vía móvil y también ofrecen esta posibilidad.