Maca, lectora y socia de eldiario.es, nos escribe para hacernos la siguiente petición en un correo electrónico: “estoy haciendo el cambio de ropa y he encontrado en internet vuestro artículo 5 modos de hacer el cambio de ropa de armario sin complicaciones que me ha parecido muy práctico y útil. Ahora bien, a la hora de dejar la ropa de invierno en las cajas para la siguiente temporada me asalta una duda: si utilizar naftalina o no. A mí personalmente no me gusta y deja un olor muy desagradable que al otoño siguiente, al sacar la ropa, perdura y se queda en la habitación. Me gustaría que investigarais si existen alternativas a la naftalina que fueran eficaces contra las polillas”.
Es cierto que la naftalina, que todavía se puede encontrar en establecimientos comerciales, es el producto tradicionalmente usado para la prevención de polillas y otros insectos en los armarios y cajas con ropa. En efecto tiene un olor muy fuerte y desagradable, y adicionalmente es irritante de ojos y mucosas, llegando a ser tóxico por irritación de las vías respiratorias en personas sensibles. Además es poco ecológico porque sus ciclos aromáticos no se degradan fácilmente, y corremos el peligro de que un niño o una mascota se trague una de las bolas.
El principal problema con los niños pequeños es que las bolas de naftalina pueden confundirse fácilmente con dulces o caramelos, o simplemente tientan a los niños a tocarlas y jugar con ellas. De acuerdo con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA), la exposición aguda a través de la inhalación, ingestión y contacto dérmico se asocia con anemia, daño hepático y, en niños, daño neurológico. Por otro lado, las señales de que se ha tenido una exposición aguda a la naftalina incluyen dolor de cabeza, nausea, vómito, diarrea, confusión, anemia, ictericia, convulsiones y coma.
Sin llegar a estos extremos, tal como dice Maca, el olor de este derivado del petróleo, pues esta es la fuente de obtención de la naftalina doméstica, es muy desagradable y perdura mucho tiempo en los entornos donde se colocan las bolitas. Si es en una habitación con mala ventilación, puede perturbar el sueño y afectar a las mucosas y vías respiratorias.
Cinco alternativas naturales y ecológicas
Por lo tanto, es una buena idea buscar alternativas que sean más saludables y ecológicas a la naftalina. De todos modos conviene tener en cuenta que si vivimos en entornos urbanos sin presencia de espacios verdes cercanos, la presencia de polillas o otros insectos que se puedan comer la ropa es desgraciadamente muy improbable. Pero por si acaso, nunca está de más colocar algún tipo de producto que además de prevenir la polilla, le de buen aroma al armario, evitando el tufo a húmedo que tiene la ropa de algunas zonas costeras largamente almacenada.
1. Bolas de madera de cedro
La primer alternativa que hemos encontrado son las bolitas de madera de cedro, conservan el potente aroma de este árbol, y que al parecer es un gran repelente para las polillas. Se pueden comprar por internet, y muy posiblemente también en tiendas de productos del hogar y droguerías. A veces se acompañan de un botellín de aceite esencial de cedro, para que cada temporada se puedan empapar con él antes de colocar entre la ropa. Se recomienda ponerlas en un saquito de algodón y esperar a que el aceite haya secado para que no manche la ropa.
2. Pieles de limón y naranja
Los aceites de las pieles de limón y naranja también actúan como repelentes. No obstante, las pieles deben secarse bien al sol sobre una madera o una piedra antes de colocarlas en un saquito de algodón, para evitar que se pudran si conservan humedad y nos generen manchas y malos olores.
3. Hojas de lavanda
Basta con conseguir una decena de ramas de lavanda, secarlas siempre cabeza abajo y luego pelar el tronco recogiendo las hojas, con las que haremos un polvillo grueso que guardaremos en saquitos de algodón, para poner entre la ropa.
4. Pimienta negra
Se compra pimienta negra en grano y se roturan un poco los granos, para que emane el olor. Se guardan en saquitos de algodón y se dejan entre la ropa o en el fondo de un armario. El olor es penetrante y fuerte, pero no es tóxico ni irritante a no ser que toquemos la mezcla y nos llevemos las manos a los ojos. Por precaución, después de manipular la pimienta nos lavaremos las manos.
5. Alcanfor
Se puede adquirir en las secciones de hogar de los supermercados y también en internet, para fines muy distintos. Sin embargo, a pesar de que es una sustancia polémica en lo referente a ciertos usos dietéticos que se le dan, el alcanfor es eficaz para repeler polillas. El único problema es que su olor tampoco es nada agradable, si bien no resulta tóxico.
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