Arnés o collar: ¿qué razas de perros deben usar uno u otro?
Aunque una mayoría sigue utilizando el collar, poco a poco las personas dueñas de perros van optando por el arnés como solución para sujetar y guiar a sus amigos peludos. En este sentido, los expertos coinciden en que en una mayor frecuencia de casos el arnés es la opción recomendable por motivos de salud y control del animal.
“El problema del collar es que cada vez que el perro tira fuerte se golpea con el mismo contra la tráquea y se la irrita, lo que se traduce en una traqueítis, que es cuando vemos que el perro tose”, explica el personal técnico auxiliar de la clínica veterinaria Veteralia de Sitges, que añade que “si este fenómeno se produce con frecuencia la traqueítis se puede cronificar”.
También suman posibles lesiones medulares en la columna con perros que dan tirones muy fuertes y no tienen un cuello ancho, como los galgos. Por este motivo aconsejan el arnés “para la mayoría de perros que tengan mucha tendencia a la tracción y resulten difíciles de gobernar”, pues “la sujeción que comporta este resulta menos lesiva y más eficaz”.
Otra situación en la que nos aconsejan el arnés es el caso de razas de perros con problemas respiratorios congénitos (carlino, bulldog francés e inglés, pequinés y razas chatas similares) en los que la presión del collar puede dificultarles todavía más la respiración. “Son perros que, aunque sean pequeños, pueden hacer fuerza al tirar y con ello el collar puede comprimirles la traquea; en cambio el arnés no les afecta en absoluto en esta zona”.
Así lo corrobora una investigación de 2020 de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, en la que se midió el nivel de lesión en el cuello del perro a cada esfuerzo de reacción al tirón de la persona que lo lleva. Las conclusiones fueron que “ningún collar probado proporcionó una presión considerada lo suficientemente baja como para mitigar el riesgo de lesiones al tirar del cable”. También que “la variación en las presiones ejercidas sobre el cuello tenía implicaciones en la posibilidad de causar lesiones”. El estudio se realizó sobre los perros de distintos tamaños y razas. Y es sabido que razas como el yorkshire o el paltés, perros pequeños, tienen el cuello muy frágil y son propensos a lesiones si usan collar.
Para los autores del estudio, los collares solo deberían ser usados para enganchar sus chapas identificativas, nunca para intentar mantenerlos controlados durante el paseo.
Cuándo puedo ponerle collar al perro
No obstante, el collar presenta algunas ventajas: “es cómodo para depende qué tipo de perros con mucho pelo, porque no les genera compresión, aunque hay arneses pensados también para ellos”, explica el personal auxiliar de Veteralia, que aclara que “no hay que usar el collar para dominar al perro porque con él tira menos”. “Algunas personas piensan que con el collar se maneja mejor un perro que tira mucho, pero es porque se hace daño”, añaden.
Para evitar estas situaciones de dolor al perro existe el arnés antitirones, que se ciñe tanto al pecho como a la boca del can, de modo que si tira ejerce presión en la cabeza hacia abajo, con lo que el perro pierde visión y se frena: es un sistema parecido al de los caballos. Destacan que “no es agradable para el perro pero por lo menos no le daña y puede usarse mientras lo estamos educando”.
También cabe destacar que al llegar a casa en algunos perros no es necesario quitar el collar y en cambio el arnés resulta incómodo, y por otro lado está el componente estético. Pero todas estas ventajas están condicionadas a que el perro no tire fuerte de la correa. En caso de que lo haga, el consejo es el arnés; y lo mismo sucede con razas de menos de 10 kilos donde el cuello es frágil y cualquier tirón, aunque apenas lo notemos, puede provocar lesiones.
¿Tiene contraindicaciones el arnés?
Si bien en la mayoría de los casos el uso de arnés presenta unos resultados positivos para la salud del perro, se han reportado en determinadas razas, como el golden retriever y el terranova, lesiones en las paletillas de las patas anteriores debido a la interacción con el arnés.
No obstante, la etóloga y experta en perros noruega Turid Rugaas presenta soluciones a este problema. En primer lugar, aconseja situar el engarce de la correa en la zona posterior en lugar de la zona anterior, como suele ser normal. De este modo, al tirar el perro sufrirá la presión sobre la grupa, que reparte mejor las cargas, pero no sobre el tercio superior donde está el pecho, que reparte peor las cargas.
Por otro lado también aconseja, en casos de perros que tiran mucho, que no existan en el aro anterior del arnés elementos que puedan provocar golpes o roces violentos, como son las horquillas de inserción plásticas. Al contrario, recomienda que las horquillas de inserción solo se sitúan en la parte posterior y que el aro anterior se introduzca por la cabeza sin ningún tipo de apertura o cierre.
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