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Aspiradores para alérgicos y asmáticos: cómo elegir el modelo adecuado

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La primavera, época de ácaros, polen y otras partículas alérgenas, ya ha llegado a nuestras vidas. Con ella aumentan también los picores de ojos, la congestión nasal, los estornudos y diversos problemas respiratorios o dermatológicos. 

Estas partículas no solo disfrutan de estar suspendidas en el aire, sino que también encuentran su lugar entre los tejidos de nuestra ropa, las superficies de los muebles e incluso nuestros colchones y sofás.

Aunque para muchos pasen desapercibidos, estos microorganismos son tan perjudiciales y molestos para las personas alérgicas y asmáticas que los profesionales de la salud facilitan una larga lista de recomendaciones para paliar los síntomas de estas enfermedades.

Entre otras, recomiendan no utilizar almohadas de plumas, evitar las alfombras, lavar frecuentemente la ropa de cama e incluso “mantener la casa lo más limpia posible utilizando un aspirador con filtro HEPA”, explican en la web de Clínica Universidad de Navarra

Pero, ¿qué es un aspirador con filtro HEPA? y ¿qué debo tener en cuenta para acertar en la compra de uno específico para mejorar las alergias y el asma

La importancia del filtro HEPA

Para succionar el polvo, los aspiradores succionan también una gran cantidad de aire que es filtrado antes de volver a expulsarlo. En ese camino, es probable que alguna pequeña partícula se escape por el filtro y vuelva de nuevo al aire de nuestros hogares.

Aquí entra en juego el filtro HEPA (High Efficiency Particle Arresting, en español “recogedor de partículas de alta eficiencia”), encargado de conseguir que estas partículas no se escapen del aspirador y, por tanto, no regresen de vuelta a la atmósfera.

Aunque existen diferentes niveles de filtros HEPA, todos ellos -explican en la web de tecnología en cortinas de aire Airtecnics- “son eficaces para mantener el aire libre de polvo, polen, ácaros, virus, bacterias y partículas finas cuya medida es inferior a 0,01 milímetro”, filtrando el 99,9% de dichos elementos. 

Eso sí, este filtro necesita mantenimiento y, aunque se recomienda limpiarlo cada seis meses, lo idóneo es seguir las instrucciones explicadas en el manual de cada modelo, pues su cuidado variará según si el filtro es lavable, no lavable o sustituible. 

Otros métodos utilizados en aspiradores para alérgicos

El filtro HEPA no es el único que actúa a favor de los alérgicos o asmáticos. Existen aspiradores con Certificación hipoalergénica de la Fundación Europea para la Investigación de la Alergia (ECARF), un sello otorgado a productos o servicios adaptados por completo a las necesidades de personas alérgicas.

En otros casos, el aspirador también puede incluir lámparas de luz ultravioleta que, a diferencia del filtro HEPA que retiene las partículas, destruye el 99,9% de los ácaros, desinsectando la zona por la que pasa. 

¿Bolsa o depósito?

Según unas pruebas de limpieza de la OCU, los aspiradores con bolsa obtuvieron mejores resultados que los que no la llevaban debido a varios motivos. Uno de ellos es que los aspiradores con bolsa tienen “mejor sistema para personas con alergias, puesto que al desechar una bolsa se desprende menos polvo que al volcar un depósito lleno de suciedad”.

Aunque los aspiradores con bolsa son los más recomendados para alérgicos y asmáticos, existen otras opciones: hay algunas aspiradoras con depósito de vaciado fácil y rápido e incluso robots que tienen una estación de vaciado automático y que también incluyen filtro HEPA. 

En este último caso, podemos olvidarnos de vaciarlo durante 60 días, pues él mismo se va vaciando en un depósito adicional con un sistema de bloqueo de alérgenos que impide que vuelvan al aire.

Diseño, capacidad, peso y ruido

Se elija con bolsa o depósito, es imprescindible tener en cuenta su capacidad. Cuanto mayor sea esta, menos veces será necesario cambiar el recipiente y menos veces se entrará en contacto con el polvo.

Los depósitos suelen rondar los 1,5 litros y 3 litros, mientras que las bolsas suelen tener mayor capacidad, entre 3 y 4 litros. El peso influirá a la hora de manejar el aspirador, el cual debe tener un cuerpo robusto y bien sellado para evitar fugas de partículas.

Otro aspecto importante es el ruido. Las aspiradoras suelen rondar los 65 y 85 dB. La media se encuentra en 75 dB, mientras que los más silenciosos están en torno a los 66 dB. 

Lo imprescindible: buena potencia de succión

Cuanto mayor sea la potencia de succión, mayor parte de polvo entrará en la aspiradora y menores partículas alérgenas quedarán en el ambiente de nuestros hogares.

En este aspecto cobra importancia si la aspiradora tiene o no cable. Debemos saber que las aspiradoras sin cable suelen tener menor potencia que las que sí lo llevan, aunque estas a veces puedan resultar más incómodas.

Aun así, la tecnología ha avanzado y en los últimos años los modelos sin cable suelen tener entre 30 y 60 minutos de autonomía, aunque esto variará si se usan a máxima o media potencia. Debemos fijarnos en el rango de autonomía a máxima potencia, pues en el mercado existen modelos que no pasan de los cinco minutos. 

Eso sí, los aspiradores sin cable requerirán carga de varias horas y la capacidad del depósito suele ser menor, pero ganan a cambio en comodidad por ser más ligeros y manejables.

¿Cuál suele ser su precio?

Aunque los modelos más simples y, por tanto, más baratos, cuestan alrededor de 50 euros, el precio de los aspiradores que incluyen filtro HEPA puede alcanzar los 750 euros, a diferencia de los aspiradores convencionales, que suelen ser más económicos.

En el caso de los robots aspiradores con filtro HEPA, el precio no suele bajar de los 200 euros, pudiendo alcanzar los 400. Debemos tener en cuenta que cuantos más extras contenga el aparato, más caro será su precio final.

Por ejemplo, en los modelos más caros aumenta la autonomía sin perder la potencia, tienen sensor para ajustar la potencia según la suciedad, accesorios multifunción para llegar a los sitios complicados y eliminar los alérgenos de todos los rincones. 

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