Por qué el bálsamo labial puede resecarte más los labios

Bálsamo labial.

Martín Frías

1 de enero de 2025 21:34 h

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¿Se te agrietan constantemente los labios y te has vuelto dependiente de una barra o tarrito de bálsamo labial que siempre llevas contigo? Puede ser que ese bálsamo ayude, pero también puede estar agravando el mismo problema que se supone que debe solucionar. Si necesitas reaplicarlo constantemente, la dependencia puede estar relacionada con los ingredientes del producto que usas.

Para qué sirve el bálsamo labial

La piel de los labios es más fina que la del resto del cuerpo, pero ese no es el único motivo por el que se reseca con facilidad. A diferencia del otras zonas de la piel, los labios carecen de pelo y glándulas sebáceas, que son las responsables de producir sebo, una sustancia grasa que protege la piel de la deshidratación. Sin esta barrera natural, la piel de los labios es mucho más vulnerable a la pérdida de humedad y a los efectos del entorno.

La exposición constante a factores ambientales como el viento, el frío, el calor excesivo o la radiación solar puede acelerar la evaporación de la poca humedad presente en la piel de los labios. Por otro lado, ciertos hábitos, como lamerse los labios, agravan el problema. Aunque mojar los labios con saliva puede proporcionar un alivio momentáneo, se evapora rápidamente y, además, la saliva contiene enzimas digestivas que atacan la piel de los labios, dejándolos aún más secos.

La deshidratación general del cuerpo también puede notarse en la sequedad de los labios, algo que habremos experimentado bien si hemos pasado un día al sol sin beber agua y sentimos mucha sed. De hecho, beber suficiente agua es la primera medida que deberíamos tomar para la sequedad de la piel en general y de los labios en particular, ya que la hidratación viene de nuestro interior.

Finalmente, la sequedad de los labios también puede estar relacionada con otras afecciones como alergias, dermatitis, deficiencia de vitaminas, la gripe o incluso efectos secundarios de medicamentos. En todos estos casos, la barrera natural de la piel se ve afectada, y los labios se resecan. 

Los ingredientes de los bálsamos labiales

Uno de los problemas de los productos labiales es que incluyen ingredientes irritantes o directamente deshidratantes, como el alcohol, los aromas artificiales, o ciertos humectantes, que puede contribuir a crear más sequedad en los labios. Esto genera un círculo vicioso de sequedad y la necesidad de aplicar de nuevo un producto que no soluciona el problema.

Uno de los principales culpables de esta 'adicción' son sustancias que inicialmente proporcionan una sensación de alivio, pero que a largo plazo pueden resultar irritantes, en especial los humectantes como el mentol, el alcanfor y el eucalipto. Estos compuestos son populares porque son ligeramente analgésicos, y ofrecen una sensación refrescante que puede parecer calmante, pero en realidad pueden irritar la piel sensible de los labios, provocando inflamación y mayor sequedad.

Otro ingrediente problemático es el alcohol, que a menudo se utiliza como conservante o para dar al producto una textura más ligera. Si bien el alcohol ayuda a que el bálsamo tenga una textura menos grasa, también puede eliminar la barrera natural de la piel y hacer que se evapore la humedad más rápidamente, llevándose consigo la humedad natural de los labios. Lo mismo ocurre con el ácido salicílico, otro ingrediente habitual.

Las fragancias artificiales también influyen en la sequedad de los labios. Aunque hacen que el bálsamo resulte más agradable, algunas fragancias pueden causar irritación, especialmente en personas con piel sensible. Incluso los ingredientes naturales, como los aceites esenciales, pueden resultar irritantes si se encuentran en concentraciones elevadas.

Por último, ciertos tipos de ceras artificiales o petrolatos, que son comunes en los bálsamos porque forman la barrera protectora, pueden generar una falsa sensación de hidratación. Si utilizas productos a base de petróleo en los labios antes de que se sequen los labios, por ejemplo, antes de salir al exterior cuando hace mucho frío o mucho calor, es posible que consigas evitar algo la sequedad. Sin embargo, el petróleo y otros aceites minerales no son eficaces para restaurar la hidratación una vez perdida. Disponer de una aplicación en el móvil para comprobar los ingredientes puede ayudar a identificar estos ingredientes.  

Cómo romper el ciclo

Para evitar este problema, es importante seleccionar bálsamos labiales que contengan ingredientes verdaderamente protectores y no irritantes, como manteca de karité, cera de abeja, aceites naturales como el de jojoba o almendra, y ceramidas, una grasa análoga a la de la piel. Estos componentes ayudan a reparar la barrera de los labios y a retener la humedad sin causar irritación.

También es necesario prestar atención a cómo utilizamos estos productos. Aplicar bálsamo con moderación y evitar usarlo compulsivamente puede darnos información valiosa sobre por qué se resecan los labios y con cuánta frecuencia necesitamos aplicar el bálsamo. Si la respuesta es “todo el tiempo”, puede que estés usando el producto equivocado.

Además, beber suficiente agua, proteger la boca con una bufanda cuando el frío es intenso o poner protector solar en los labios en el verano son medidas básicas de prevención. También conviene evitar lamerse los labios dentro de lo posible, pero eso puede resultar complicado para algunas personas que lo han convertido en una respuesta automática.

En última instancia, el bálsamo labial debería ser un producto de uso ocasional, cuando las condiciones ambientales son extremas, y no una necesidad constante. Mirar la etiqueta puede ayudarnos a descartar aquellos productos que tengan ingredientes potencialmente irritantes y, como ocurre con cualquier cosmético, el ensayo y error, son nuestras herramientas para encontrar el bálsamo labial adecuado.

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