La importancia del agua en para la vida, tanto humana como animal, se encuentra fuera de toda duda. Somos agua (aproximadamente un 60%, en función del individuo) y tres cuartas partes de la Tierra están conformadas por el líquido elemento. Y, sin embargo, pese a su significación capital, la mayor parte de las veces se nos olvida que es imprescindible para nuestra salud.
Si bien podríamos sobrevivir unas semanas sin ingerir ningún alimento, si pasamos entre tres y cinco días sin agua, perecemos. Nuestro organismo requiere, por tanto, de un aporte continuo de agua para su normal funcionamiento. No en vano, la mayoría de las reacciones químicas que se producen en nuestro cuerpo tienen lugar en el medio acuoso del interior de las células.
Pese a ello, los españoles estamos aún lejos de cumplir las recomendaciones de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) sobre el consumo de agua. Así lo confirman los resultados de la encuesta online sobre el consumo de agua en España realizada por Bezoya a más de 50.000 personas. De ellas, más de la mitad asegura que espera a tener sed para beber agua, una práctica peligrosa, pues la sed es uno de los síntomas de la deshidratación.
El estudio también revela que, aunque la inmensa mayoría (95%) es consciente de la importancia que tiene hidratarse correctamente, el 68% no lo hace y solo el 32% de los encuestados ingiere más de 2 litros de agua al día. En lo referente a los hábitos de consumo, un 39% concentra su mayor ingesta durante las comidas, mientras que el restante 61% suele beberla entre horas. Y un dato curioso: en los momentos de ocio, solemos cohibirnos a la hora de pedir un botellín de este líquido en lugar de una cerveza o un refresco. ¿El motivo? ‘queda soso’, según asegura un 43% de los encuestados.
Entonces, ¿cuánta agua hay que beber para no deshidratarse?
Beber agua es primordial, sí, pero, ¿cuánta hay que tomar diariamente? Los expertos recomiendan beber unos siete vasos al día; o, lo que es lo mismo, dos litros. “Un mínimo de dos litros de agua al día nos garantizan el buen funcionamiento físico, cognitivo e incluso anímico”, explica Elena Garea, responsable de Nutrición y Salud de Calidad Pascual. Sin embargo, esta cantidad no es fija ni exacta, varía en función de cada persona y se deben tener en cuenta parámetros como la edad, el peso, estado de salud o la estación del año. “Durante el ejercicio, en verano y en determinadas etapas fisiológicas, como el embarazo, conviene incrementar la ingesta”, asegura Garea.
El estrés cotidiano puede frenarnos en ocasiones a la hora de beber agua. En muchas ocasiones, ni siquiera tenemos tiempo para sentarnos tranquilamente y beber con calma un par de vasos. Por ello, no está demás que recurramos a pequeños trucos para mantenernos bien hidratados.
- Fijarse un objetivo. Como, por ejemplo, beber medio litro antes de las 12 del mediodía.
- Hidratarse a través de los alimentos. Esto es, comiendo más frutas y verduras.
- Combinar el agua con otras bebidas, como zumos de fruta, leche, te o infusiones.
- Llevar siempre una botella encima, en el bolso o en la mochila, que actuará a modo de recordatorio cada vez que la veamos.
- Saborizar el agua. Si beber agua te resulta en ocasiones aburrido, puedes optar por añadirle trozos de fruta o hierbas aromáticas.
“Siguiendo estos consejos conseguiremos adoptar el hábito de hidratarnos más, y cada vez será más fácil incorporarlo a la rutina diaria. No obstante, la ingesta se debe incrementar poco a poco, para que el cuerpo se adapte”, explica Garea.
Los peligros de no hidratarse correctamente
Una deshidratación de tan solo el 2%, equivalente a un litro de agua, ya afecta a nuestras habilidades, haciéndonos más torpe la coordinación viso-motora, reduciendo nuestra atención, y generándonos fatiga, ansiedad y pérdidas de memoria e incluso aumento el riesgo de que suframos un accidente laboral.
… y los beneficios de hacerlo
Beber la suficiente cantidad de agua es tan importante como seguir una dieta saludable y hacer ejercicio para disfrutar de un buen estado de salud. Diversos estudios científicos han comprobado que una adecuada hidratación previene dolencias como los dolores de cabeza, el estreñimiento, o las piedras en el riñón. También es muy útil cuando se sufre resaca y resulta crucial para controlar el peso, pues en ocasiones el cerebro confunde el hambre con la sed.