Blanco y en barrica: diez vinos con madera para disfrutar del verano

Blancos con madera.

Elisabeth G. Iborra

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No es lo mismo un vino blanco joven que se embotella directamente tras la primera fermentación alcohólica que otro que, posteriormente, se cría sobre sus propias lías. Es decir, las levaduras muertas y sus deshechos, que se van revolviendo con un bastón durante tres o cuatro meses para que el vino adquiera nuevos matices. 

A partir de ahí, cada bodeguero puede decidir dejarlo más tiempo en barricas de roble grandes para sacarle mayor expresividad y untuosidad sin que pierda protagonismo la variedad de uva ni las cualidades que aporta cada terruño. Lo que se gana es complejidad, con una increíble cantidad de aromas y sabores que van mucho más allá de la fruta.

También densidad, pues el color blanco se vuelve dorado y contundente, suntuoso y potente de sobras para maridar no solo con pescados sino también con carnes. Son los blancos más versátiles de los que a continuación te ofrecemos diez ejemplos con precios para todos los gustos

Por menos de 8 euros

Castaño macabeo-chardonnay 2019 es un estupendo blanco de Bodega Castaño, de la DO Yecla, curioso porque solo un porcentaje de la chardonnay fermenta con sus lías en barricas nuevas de roble francés durante unos sesenta días y luego ya se ensambla con la macabeo, lo cual lo convierte en un blanco jugoso, redondo, tropical y ligeramente ahumado. 12% Vol y 6’20 euros.

Fortaleza es el blanco seco de moscatel de Alejandría que completa la gama Virtudes Cardinales de Bodega Virtudes. Tras vendimiar en la parcela “Cruz de Cañada”, en Villena, dentro de la DO Alicante, está fermentado en barrica y criado cinco meses sobre sus lías en barrica, por eso es pura untuosidad. Merecedor del Bacchus de Oro 2020. 12% Vol y 6,90 euros.

Puerta del Sol blanco en barrica procede de la variedad malvar de viñas de Villarejo de Salvanés, de la DO Vinos de Madrid, y es uno de esos vinos que te sientes con la fortuna de haber conocido. Destaca en cata por su melosa y persistente perfección glicérica en boca, que le ha valido varios premios como el Viña de Madrid (2019) Medalla de Oro y el Concurso Nacional de Vinos de Pequeñas DO (2019), donde ganó la Medalla de Oro. 7,95 euros. 12'5% Vol.

De 10 a 12,50 euros

YX de Hacienda Villarta, en la DO Méntrida (Toledo), es un coupage de chardonnay y sauvignon blanc de vendimia nocturna con tres meses de barrica. Es floral y tropical en nariz; en boca, resulta intenso pero con un contraste de gran elegancia entre la cosquilla de una ligera aguja y su buqué, con toques a piña, pera y plátano. 12% Vol y 10,13 euros.

Josep Foraster Blanc Selecció 2018 esta joya de la bodega Josep Foraster de la DO Conca de Barberà es un ecológico de un color precioso que parecería vino de plátano, pero no: es de garnacha blanca, macabeo y chardonnay, tres variedades con una gran potencia en boca donde predomina la piña. Además resulta denso gracias a la barrica, dentro de la mejor connotación del término. 12% Vol y 11,95 euros.

Navaherreros blanco de Bodegas Bernabeleva, es un vino de pueblo con un 70% albillo real y un 30% macabeo, ensamblado de los vinos de diferentes parcelas de la finca de San Martín de Valdeiglesias, en la DO Vinos de Madrid. La crianza se realiza con el macabeo fermentado durante 10 meses con todas sus lías, mientras que el albillo fermenta y se cría en barricas de roble francés enormes durante nueve meses, dando lugar a este vino con regusto a plátano maduro. 12% Vol y 12,50 euros.

Ai?? del Celler Matallonga, de la DO Costers del Segre, es un estupendo y goloso macabeo fermentado en bota que sigue la línea de vinos de corte biológico en los que se ha empeñado Joan Penella con todo su afán por la agricultura regenerativa. Aterciopelado, con una profundidad que se te queda largo rato acariciándote las papilas gustativas. 13’5% Vol y 12,50 euros.

Por menos de 20 euros

Clunia Albillo 2018 es un 100% albillo de un viñedo llamado Finca Bocigas plantado a 1.000 metros de altitud en la provincia de Burgos, de la IGP Tierra de Castilla y León, donde la temperatura extrema hace que los vinos de Clunia sean “vinos de altura”. Y este en concreto es muy afrutado y un poco mineral a la par que elegante, gracias a la sutil crianza durante cinco meses en barricas grandes para respetar el terruño y la variedad. 13.5% Vol y 15 euros.

Ibizkus Blanco es el único blanco elaborado por la bodega Ibizkus, en la IGP Vinos de la Tierra de Ibiza. Y lo van perfeccionado desde 2014 con la malvasía ibicenca como variedad principal, en un equilibrado coupage con macabeo, moscatel y chardonnay. El dorado se debe a su fermentación maloláctica en barrica de roble y tinajas de barro, su principal seña de identidad. Presenta notas cítricas, recuerda a jengibre y a frutas blancas. 12’4% Vol y 16,65 euros.

Zinca d’oro es un espectacular blanco que sale de la magia de Víctor Clavería y parece un vino naranja de garnacha blanca y alcañón, dos uvas autóctonas de la zona de Barbastro, en Huesca, envejecido en damajuanas de vidrio a la intemperie durante 40 días y 40 noches. Se trata de un tipo de crianza oxidativa que recupera este antiguo método de elaboración y da a luz una gozada sabrosa, untuosa y acariciante en boca. Ojo porque solo hay 300 botellas por añada. 15’5% Vol y 17,90 euros

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