¿Ganas de un té? 20 hierbas para hacer infusiones caseras

Cuando descubres que puedes prepararte el mejor té o la mejor infusión de hierbas mientras te independizas de las bolsitas del súper, respiras con alivio. Más allá del sabor, hay otra diferencia: gastarte unos dos euros en 20 bolsitas minúsculas de una marca más o menos decente (unos 65 euros el kilo, y las hay mucho más caras); u obtenerlas casi gratis, y en cantidades ingentes. 

De hecho, la mayoría de las hierbas que bebemos resultan asombrosamente sencillas de plantar en una maceta de la terraza o en una ventana soleada en invierno. O puedes recogerlas directamente del campo. Mientras que otras, ya las tenemos en casa. 

No todas las plantas pertenecen a una taza de té. La mayoría de las hierbas culinarias, como el perejil o el orégano, no resultan especialmente valiosas como ingredientes en una infusión. Pero otras, como la albahaca, sí lo son. Lo mismo sucede con la menta, la hierbabuena, la salvia y la melisa, incluso con los pétalos de rosa (no tratados). 

¿El consejo para encontrar tu mezcla ideal? Guíate por tu nariz y tu boca: pellizca un trozo de alguna de las hierbas aromáticas (seguras) y comprueba que tanto su olor como su sabor te resultan agradables. [Hace unas semanas te contamos cómo multiplicar tu planta de albahaca del súper, y hacer que te dure casi para siempre].

Cuatro hierbas para infusiones con sabor a limón

El sabor cítrico refresca. Un aroma que puedes encontrar en muchas hierbas cultivadas en maceta o recolectadas directamente del campo. Seguramente una de las más fáciles de obtener sea la melisa (Melissa officinalis), una planta perenne que crece en los espacios soleados y se multiplica sola cada año mediante sus propias semillas; y cuyas hojas son muy valiosas en infusión. 

La arbustiva hierbaluisa (Aloysia citrodora), de la que también se aprovechan sus hojas, resulta algo más delicada, y prefiere la protección de una pared soleada, así como suelos que drenen bien. También la hierba limón (Cymbopogon citratus) crece bien en maceta o dentro de la cocina en invierno; así como el muy aromático limoncillo (Pelargonium citronellum), una especie de geranio del que podemos aprovechar sus hojas para infusión; además de disfrutar de sus bonitas flores rosadas. 

Tres hierbas para un té de menta

Es muy difícil equivocarse con las mentas. Este género no solo es fácil de encontrar de forma natural durante las salidas al campo (sobre todo, en bordes húmedos), también resultan muy sencillo que crezca en una maceta. Y las hojas de prácticamente todas sus especies son un ingrediente ganador para una tisana o para añadir a un té verde. 

Este género incluye plantas tan conocidas como la menta piperita (Mentha piperita), la hierbabuena (Mentha spicata) o la llamada menta marroquí, una variedad de la Mentha spicata, conocida como crispa Moroccan, y con un peculiar e intenso sabor dulce. 

¿Cómo preparar la mejor infusión de hierbas?

Para multiplicar el sabor de la infusión, hay que machacar o trocear antes las hierbas. Un truco: colócalas sobre un papel de cocina y aplástalas con un mortero para que liberen los sabores antes de añadirlas a la tetera. Lo demás, resulta todavía más sencillo: basta con colocar las hierbas en una tetera y cubrirlas con agua hirviendo. La receta general dice que hay que añadir una cucharadita de hierbas secas por cada medio litro de agua. O tres cucharaditas, si las usas frescas. Aun así, conviene experimentar y encontrar las proporciones que más te gusten. 

Para empezar, deja reposar la mezcla unos 10 minutos en infusión, para que los aromas y las moléculas interesantes pasen al agua; aunque con 15 minutos sueles obtener mejores resultados. No esperes un cambio drástico: en ninguno de los dos casos obtendrás un color muy intenso. Para acertar, sigue tu lengua.

Otras 13 hierbas para infusiones (y las partes que aprovechas)

Esta es la lista de hierbas silvestres o cultivadas en maceta adecuadas para infusiones caseras que completa la británica The Herb Society:

  • Malvavisco (Althaea officinalis): hoja y flor
  • Caléndula (Calendula officinalis): flor
  • Aciano (Centaurea cyanus): flor
  • Equinácea (Echinacea angustifolia): hoja y flor
  • Hinojo (Foeniculum vulgare): hoja y semilla
  • Ginkgo (Ginkgo biloba): hoja 
  • Manzanilla (Matricaria recutita): hoja
  • Lúpulo (Humulus officinalis): hoja y flor
  • Hisopo (Hyssopus officinalis): hoja y flor
  • Lavanda (Lavandula angustifolia): flor
  • Salvia (Salvia officinalis): hoja
  • Tomillo (Thymus vulgaris): hoja y flor
  • Rosal silvestre (Rosa canina): flor

Ninguna de estas hierbas es exigente, la mayoría crecen encantadas en una maceta decente solo con compost; ya que un exceso de fertilizante diluirá su sabor. Puedes mezclarlas con cáscaras secas de naranja o de limón, además de con jengibre, con canela o con el té, negro, verde o blanco. Refrescantes, simples y calmantes. Las infusiones de hierbas son un placer; y qué mejor forma de darte el gustazo que cultivarlos o que recolectarlos del campo gratis. 

Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines