Este es el origen de las cinco grandes bebidas de fiesta mayor en España

Un porrón de cerveza en la Festa major de Sitges 2012.

Elisabeth G. Iborra

30 de julio de 2020 22:23 h

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Tanto en fiestas de pueblos como en ferias o en semanas grandes de ciudades, en toda reunión grupal que se precie e incluso a litros en los bares y en sus terrazas para compartir, todos hemos sido jóvenes y hemos bebido esos cubos de bebidas con frutas y hielos que refrescaban las calurosas jornadas estivales fiesteras.

Incluso las hemos preparado con nuestras propias manos, improvisando un poco la receta o imitando las que veíamos hacer a nuestros mayores. Pues bien, les damos un repasito, te indicamos cómo elaborarla en casa y, si te da pereza, incluso te damos opciones para comprarlas en botella.

1. Rebujito

Esta bebida tiene su antecedente en la Inglaterra victoriana del siglo XIX, cuando, como grandes grandes amantes de los sherry wines, empezaron a hacerse preparados con soda, azúcar y una rodaja de naranja de adorno y lo denominaron Sherry Cobbler. Pero de este origen no tenían ni idea los granadinos que, muertos de sed en su caseta de feria, al ver que el vino del año anterior se les había picado, lo mezclaron con 7up. 

De ahí lo de rebujito, del rebujo de ingredientes que, en tu caso, pueden sustituirse por medio litro de Sprite o gaseosa por cada 200 mililitros de manzanilla o fino. Adorna con una ramita de hierbabuena y mucho hielo.

2. Sangría 

Fíjate si es popular esta bebida propia de la península ibérica que la Unión Europea le reconoció la Denominación de Origen en 2014. Pero solo le pueden llamar sangría en España y Portugal, a pesar de que su origen podría datar de las colonias americanas. Aquí la apodamos sangría porque su color se asemeja al de la sangre. Para hacerla, te valdrá trocear un melocotón, una manzana, una pera, un plátano, canela, mondadura de naranja y de limón con sus respectivos jugos y azúcar al gusto. Las dejas macerar en un litro de vino bien removido con azúcar y sirves con mucho hielo.

Si no te quieres molestar en prepararla, hay muchas marcas de sangrías embotelladas estupendas, aunque la ganadora del Convino 2018, el único concurso internacional de sangrías celebrado en España, es la Sangría Cabecita Loca, porque es 100% artesanal. Te la echas en un vaso con un hielo y listo. Tiene solo 8,5% Vol y vale 9,25 euros.

Por cierto que si está elaborada con vino blanco se denominaría “clarea” o en Madrid, Limonada Castiza, y se bebe en verbenas y fiestas populares de la capital y la Comunidad en general. Es una bebida que cuenta con una gran tradición y era la bebida oficial de las chulapas y los chulapos mientras bailaban el chotis.

3. Agua de Valencia

Aunque la inventó el pintor gallego Constante Gil en una cervecería de Valencia a mitad del siglo XX, pronto se hizo famosa y se extendió su consumo allende las huertas de naranjas valencianas, de hecho, en el resto de las regiones la llevamos bebiendo décadas porque es sencillísima de preparar. 

Este pelotazo se consigue con medio litro de zumo de naranja exprimido y colado. Remuévelo en una jarra con 500 ml de ginebra, 500 de vodka y azúcar al gusto. 

Remueve para que se disuelva el azúcar y agrega medio litro de cava, lentamente, para mantener el gas carbónico, que es lo más chispeante. Además de hielo, añade naranjas limpias y troceadas. También se vende embotellada, por ejemplo, el Aigua de Valencia Cóctel, de Bodega Valsangiacomo, tiene 8’5 % Vol y cuesta 6,85 euros.

4. Kalimotxo

En torno a 1920 ya se mezclaba el vino con refresco de cola, pero hasta que aquí no hubo fábrica de Coca-Cola, en 1953, no se popularizó, con nombres tan divertidos como Cuba Libre del Pobre o Cubata del obrero. El auténtico Kalimotxo surgió en el Puerto Viejo de Algorta (Getxo), cuando quisieron celebrar sus fiestas con vino tinto pero le salieron los 2.000 litros picados. 

Ahí se les ocurrió echarle cola para disfrazar el sabor. En la web de Turismo de Getxo cuentan por qué y cómo llegaron a denominarlo Kalimotxo, marca registrada por la multinacional norteamericana. La proporción de vino tinto y del refresco de cola es de 1:1 en un recipiente con hielos. Siendo puristas, debería tomarse con vino malo, como sus inventores.

5. Zurracapote

Dinastía Vivanco, que, aparte de bodega, es un museo de la Cultura del Vino muy interesante, cuenta que el zurracapote es “una bebida de elaboración casera muy típica en las fiestas locales de pueblos y ciudades de Navarra, el País Vasco, algunas partes de Castilla y León, y de La Rioja”, tierra donde surgió por primera vez de esa bebida y donde se prepara la receta más clásica, con vino, por descontado. 

Esta es su receta estándar, para hacer 16-18 litros de zurracapote, a la que en cada sitio de España introducen sus variaciones: pones una cazuela al fuego con litro y medio de agua a temperatura baja. Añades kilo y medio de azúcar blanco y remueves lentamente hasta que parezca almíbar. Luego la verterás, en un recipiente grande, sobre 16 litros de clarete.

Aparte, cueces dos trozos de canela en rama en medio litro de agua durante dos minutos, dejas que se enfríe y la añades al vino con almíbar, reservando, en una malla o red de cocción, los palitos de canela aparte, junto con la piel de cuatro o cinco limones. Su jugo lo echas al cubo del vino, remueves e introduces la malla para que macere de cinco a siete días en el mejunje.

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