¿Cada cuánto tiempo debes cambiar los estropajos y trapos de cocina?
La cocina es el corazón del hogar, un lugar donde preparamos nuestros alimentos y compartimos momentos especiales con la familia y amigos, y donde termina congregándose todo el mundo en las fiestas. Sin embargo, este espacio tan importante también es donde las bacterias, hongos y otros gérmenes tienen su fiesta particular. Los estropajos y bayetas pueden albergar hasta 45.000 millones de microbios por centímetro cuadrado.
Diferentes investigaciones han identificado a estropajos y paños como los principales artículos de cocina que suelen contaminarse de forma cruzada durante la preparación de una comida. Tanto los estropajos como los trapos de cocina son herramientas esenciales para limpiar, pero su uso constante en diferentes superficies y con diversos tipos de alimentos puede convertirlos en focos de acumulación de bacterias y microorganismos que pasan de unos alimentos a otros, y de ahí a nuestro organismo. Las cocinas, según estos estudios, albergan más bacterias que un inodoro.
Muchas bacterias, aunque pocas peligrosas
En realidad, las esponjas de los estropajos son el entorno ideal para el crecimiento bacteriano. Suelen estar húmedas y tienen multitud de recovecos en los que se multiplican los microorganismos. Cada vez que limpiamos restos de comida estamos alimentándolas, y además al usar agua caliente les proporcionamos la temperatura ideal para que vivan y se reproduzcan. Según un estudio publicado en 2017, podría haber hasta 362 tipos de bacterias viviendo en el estropajo de cocina medio.
Las bacterias que se multiplican en los estropajos son sobre todo Acinetobacter, Chryseobacterium, Enhydrobacter, Enterobacteriaceae y Pseudomonas. La buena noticia es que la mayoría de estas bacterias no son patogénas. No nos van a poner enfermos. Las esponjas viejas y sucias pueden oler mal, pero es poco probable que tengan bacterias dañinas.
Lo que no queremos es que se produzca contaminación cruzada a través de las superficies y bacterias peligrosas como E. coli y Salmonella terminen entrando por nuestra boca. Por ejemplo, si usamos el estropajo para limpiar una superficie donde hemos dejado pollo en mal estado, que seguramente estará contaminado por estas bacterias patógenas, y luego usamos el mismo estropajo para lavar platos, o un mostrador que tocaremos con las manos. Fregar con jabón, aunque no elimine las bacterias, sí puede ayudar, ya que las 'levanta' de las superficies y permite que el agua las arrastre.
Cómo desinfectar un estropajo
Para frenar la proliferación de bacterias, lo mejor es desinfectar los estropajos con frecuencia metiéndolos en el microondas, hirviéndolos o sumergiéndolos en una solución de lejía diluida. Estos métodos no eliminan todos los microbios del estropajo, pero reducen en más de un 99,9% el número de bacterias.
Lavar los estropajos en el lavavajillas y los trapos en la lavadora no tiene el mismo efecto, a no ser que utilicemos temperaturas de 60ºC o superiores. Sin embargo, al meter en el microondas un trapo o estropajo húmedo se genera vapor dentro de los huecos, lo que crea calor suficiente para acabar con las bacterias. Eso sí, no hay que meter nunca una esponja seca en el microondas porque hay riesgo de que arda.
Para desinfectar un estropajo, pásalo por agua durante unos segundos y, a continuación, caliéntalo en el microondas durante un minuto a máxima potencia. También puedes ponerlo en una olla con agua y hervirlo durante cinco minutos, o sumergirlo en una solución de lejía (un vaso de lejía por cada cuatro litros de agua).
¿Y los trapos de cocina? Las investigaciones demuestran que la salmonela se multiplica en los paños que se dejan húmedos durante la noche, incluso después de haberlos lavado y aclarado en el fregadero. Para minimizar el riesgo de contaminación, una solución es usar papel de cocina o cambiar frecuentemente de paño y lavar los usados con lejía o a altas temperaturas. También hay que tener en cuenta que lavar los platos con cepillos puede ser más seguro que con un estropajo. Un estudio descubrió que los cepillos de fregar almacenan menos bacterias que los estropajos y esto los hace más seguros.
Cada cuánto tiempo hay que cambiar un estropajo
Además de desinfectar el estropajo con frecuencia en el microondas o por otros métodos, una regla general es cambiar de estropajo cada dos semanas como mínimo. Si el estropajo huele mal o está pegajoso, hay que lavarlo o tirarlo. En cualquier caso no conviene usar un estropajo más de dos meses. Los trapos se deben lavar cada vez que estén sucios usando un lavado con lejía o a alta temperatura.
Si los estropajos y paños se utilizan para limpiar superficies que han estado en contacto con carnes crudas o pescado es aconsejable cambiarlos inmediatamente después de su uso para evitar la contaminación cruzada. Las intoxicaciones alimentarias son muy comunes y la cocina es el foco que las desencadena en la mayoría de los casos.
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