Para hacer café e infusiones o para cocinar más rápido: cómo elegir bien un hervidor de agua

Martín Frías

22 de diciembre de 2024 22:26 h

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Estás en la cocina y tienes invitados, y alguien pide un té. ¿Hierves el agua en el microondas? Quizá sepas que existe un pequeño electrodoméstico dedicado a este propósito, que incluso puede proporcionarte agua a la temperatura exacta que necesitas.

Usar un recipiente para hervir agua es algo que se hace desde hace siglos, especialmente en las culturas asiáticas, donde el té forma parte de la vida diaria. Las tetsubin japonesas de hierro fundido, aunque ahora se usan para infusionar el té, estaban destinadas a calentar el agua. Con la Revolución Industrial aparecieron en Inglaterra las típicas kettle de fondo plano para colocar sobre la cocina o la estufa de carbón, con un silbato que avisaba cuando hervía el agua.

Tener un hervidor de agua tiene muchas ventajas frente a otros métodos. Para empezar, una kettle moderna es significativamente más rápida para hervir agua que usar una olla sobre el fogón, lo que quiere decir que ahorraremos tiempo y energía. 

Las kettle modernas están diseñadas para ser energéticamente más eficientes, y aunque suelen tener una potencia elevada (más de 1.000 W), funcionan durante un tiempo muy breve, consumiendo solo la cantidad de energía necesaria para calentar el agua que hayamos puesto. Un hervidor nos proporciona además agua a una temperatura adecuada y en una cantidad mayor, algo más difícil de conseguir calentando una taza en el microondas.

Además, tener agua caliente rápidamente puede venir muy bien para otras tareas en la cocina, como escaldar verduras antes de saltearlas para que estén más tiernas, o tardar menos en cocer la pasta, patatas o arroz. La mayoría disponen además de apagado automático y protección contra ebullición en seco, lo que también las hace más seguras.

Hervir o calentar

La primera decisión que debemos tomar es si queremos que el hervidor solo hierva agua, o buscamos uno que caliente el agua a una temperatura determinada. Los hervidores que solo hierven agua son los más sencillos y económicos. Disponen de una resistencia eléctrica y un termostato que, cuando el agua alcanza 100 grados, corta la corriente y deja de calentar.

Sin embargo, el agua hirviendo no es la mejor opción para hacer infusiones ni café. Por eso hay otros modelos un poco más sofisticados que permiten calentar el agua a diferentes temperaturas para cada uso:

  • 40ºC-50ºC: Agua para biberones
  • 60ºC-70ºC: Té blanco
  • 70ºC-80ºC: Té verde
  • 90ºC-95ºC: Café, té negro

Además del control de temperatura, hay modelos que disponen de la opción de mantener el agua a temperatura constante durante un tiempo, mientras que otros disponen de luces de diferentes colores para identificar la temperatura del agua. Esta función es útil para quienes consumen varias tazas de café o infusiones a lo largo del día, ya que siempre tendrán el agua lista a la temperatura adecuada.

Hay preparaciones que requieren mayor precisión, por ejemplo, para hacer café con cafeteras de embudo tipo Chemex. Estos hervidores proporcionan una medida más precisa de la temperatura, en algunos modelos grado a grado, y disponen de un pico en forma de cuello de cisne que proporciona un control preciso para verter poco a poco el agua caliente sobre el café molido.

Materiales para el hervidor de agua

Las kettle eléctricas más sencillas y económicas están fabricadas con plástico y tienen una resistencia tubular expuesta. Son ligeras y resistentes, pero, con el tiempo y la exposición al calor el plástico puede degradarse y absorber olores, y también resultan más difíciles de limpiar cuando se acumulan las incrustaciones de cal. 

Las fabricadas en acero inoxidable son más resistentes, duraderas y estéticamente elegantes. En estos modelos, más caros, la resistencia suele estar oculta en el fondo, lo que facilita la limpieza. Otros modelos disponen de una jarra de vidrio transparente con un fondo de acero inoxidable, lo que permite ver el nivel de agua.

Tipo de agua y limpieza de la kettle

El tipo de agua del grifo que haya en nuestra localidad es un factor importante que tener en cuenta. Al hervir o calentar el agua se precipitan las sales disueltas, como los carbonatos de calcio y magnesio, más abundantes en las llamadas aguas 'duras'. Estas sales se pegan a las paredes del hervidor y son difíciles de limpiar. 

Para preparar infusiones y café es mucho mejor usar agua blanda, con poco contenido en minerales, ya que el agua dura puede cambiar el sabor y hacerlo incluso desagradable. Si el agua del grifo es dura, conviene usar agua embotellada o filtrada en la kettle. Para quienes viven en regiones con agua blanda, este problema no es tan importante.

Cuando se hierve agua dura, la limpieza es una necesidad. Las incrustaciones de cal en una kettle eléctrica hacen que sean menos eficientes energéticamente, y que consuman más, ya que aumenta el tiempo de calentamiento. Además, las incrustaciones pueden dañar la resistencia. 

Para limpiar las incrustaciones de cal de una kettle eléctrica, se puede utilizar una mezcla a partes iguales de agua y vinagre blanco, o agua y zumo de limón. Se llena la kettle con la solución, se hierve el líquido y se deja reposar durante unos 20 minutos antes de enjuagarla bien con agua limpia. También existen productos descalcificadores específicos para este propósito. Con aguas duras es recomendable realizar esta limpieza cada uno o dos meses, dependiendo de la frecuencia de uso.