No se arrugan, no se rompen ni se manchan: prendas de tejido técnico que incorporar al armario cotidiano

Camisas que repelen manchas y que no necesitan ser planchadas.

Martín Frías

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La moda y la ciencia, a primera vista, podrían parecer mundos separados. Pero llevamos vistiéndonos con tejidos miles de años y, desde la invención del telar hasta las medias de nylon, la innovación y la ropa han ido de la mano. Al frente de esta carrera están los textiles de alta tecnología. Estos materiales innovadores, inicialmente desarrollados para la ropa deportiva, están encontrando cada vez más uso en nuestra vida cotidiana, transformando la manera en la que nos vestimos y percibimos la ropa.

La carrera de la ropa técnica

Hace apenas un par de décadas, la ropa deportiva se limitaba a simples diseños de algodón y poliéster, con una mención especial a la lycra y su momento estelar en los 80 y 90 con las clases de aeróbic. Pero entonces se puso de moda correr y los deportes de montaña.

La carrera de larga distancia es una actividad incómoda de por sí, pero hay algunos factores que además la pueden convertir en una tortura. Una camiseta de algodón, por ejemplo, no es una gran idea para correr. Empapa el sudor y se pega al cuerpo, dando sensación de calor en verano y de frío en invierno, lo contrario de lo que se busca. Además es pesada y puede provocar rozaduras por fricción. Es necesario un tejido que en lugar de retener el sudor, lo expulse y haga que se evapore rápidamente, y que además sea suave y ligero.

Los deportes invierno y de montaña obligan a los deportistas a enfrentarse a los elementos. El viento frío que atraviesa con facilidad la ropa de algodón o lana, o el agua en los zapatos, pueden convertir una caminata en una tortura helada. Aquí son necesarios materiales que repelan la humedad, pero que al mismo tiempo sean transpirables. 

La tecnología viene al rescate. A lo largo de los años, los avances en la química de polímeros, la nanotecnología y la biotecnología han dado lugar a textiles verdaderamente revolucionarios. Materiales como el GORE-TEX, que es impermeable pero transpirable, y la poliamida, famosa por su ligereza y resistencia al desgaste, han transformado la industria. O a nuevos tejidos como GORE-Infinium, que no es totalmente impermeable pero tiene propiedades cortavientos que protegen del frío y un chaparrón y, según la propia compañía, se puede usar en prendas de todos los días.  

Pero estos mismos tejidos que soportan un chaparrón también pueden sacudirse fácilmente una mancha de vino o mantenerse libres de arrugas en un viaje de negocios.

Camisas a prueba de manchas

A diferencia del algodón, que generalmente absorbe toda la humedad, el poliéster absorbe el líquido en la primera capa de material para que no lo sientas en tu piel. Esto permite que el material que absorbe la humedad respire y que el sudor se evapore rápidamente, y es el secreto de las camisetas de hacer ejercicio que repelen el sudor.

Además, el poliéster puede recubrirse en su parte exterior de una capa repelente de agua y aceite. Hasta hace poco estos tratamientos de superficie utilizaban PFAS, unos compuestos también usados en sartenes antiadherentes y que pueden tener efectos negativos para la salud. Sin embargo, los nuevos tratamientos antimanchas no utilizan estos compuestos. Es el caso del fabricante español Sepiia, que fabrica prendas que repelen los líquidos y no se manchan, y cuyo recubrimiento aguanta más de 90 lavados.

Pantalones que no se rompen

En la montaña, un pantalón enganchado en una roca afilada o un matorral puede ser un peligro, y el desgarro puede ir acompañado de heridas. Por eso desde hace años se emplea un tejido llamado RipStop. Esta tela incorpora en su estructura algunos hilos más gruesos para proporcionar una mayor resistencia al material. Esta técnica se puede aplicar al  algodón o al nylon, dependiendo del uso de la prenda. 

Estos tejidos se están incorporando en pantalones y camisas para uso cotidiano, por ejemplo, para personas que monten en bicicleta o simplemente deseen que sus prendas duren más tiempo sin desgarrarse. Por ejemplo, el fabricante polaco Helikon-Tex dispone de una gama que denomina “urban tactical”, inspirada en la ropa militar, con pantalones a prueba de desgarros que se pueden llevar al trabajo.

Trajes que no se arrugan

Un viaje de negocios implica para muchas personas llevar un traje en una funda adecuada, una especie de armario portátil, para que no se arrugue. Esto va a terminar, además de por la tendencia hacia ropa más informal, por la aparición de nuevos tejidos que no se arrugan.

Algunas fibras sintéticas, como el poliéster y ciertos tipos de nylon, tienen un efecto 'memoria' que les permite volver a su forma original después de ser estiradas o dobladas. Por otro lado, algunos tejidos de algodón se tratan con resinas especiales que ayudan a mantener la forma de la tela y reducir las arrugas, obteniendo el mismo efecto. Es el caso de las prendas que utilizan Solo-Tex, un poliéster reciclado que permite que Mango, entre otras marcas, ofrezca americanas y trajes que se pueden lavar en la lavadora, y también doblarse y llevarlos en la maleta.

Zapatos de vestir a prueba de charcos

Las botas de montaña tienen dos características esenciales: una suela gruesa antideslizante y un exterior impermeable en el que el agua no pueda penetrar por las costuras. Hace años estas botas, de cuero impermeabilizado o recubiertas de goma, eran un horno para los pies. 

El tejido GORE-TEX es una membrana impermeable y transpirable que empezó a incorporarse a botas de montaña, chaquetas y otras prendas, proporcionando un confort mucho mayor, y que en los últimos años ha pasado a los zapatos de vestir de invierno como una solución para mantener los pies libres de humedad en medio de la lluvia. Pero hay otras fibras y materiales igual de importantes. Las plantillas de OrthoLite O-Therm, empleadas por Nike y The North Face entre otros fabricantes, son reguladoras de la temperatura. Esto quiere decir que gracias a su espuma especialmente diseñada mantienen los pies frescos en verano y calientes en invierno. Ortholite, además, utiliza goma reciclada en sus productos.

Ropa interior a prueba de olores

El olor en la ropa se debe a la descomposición por parte de las bacterias que viven en nuestra piel del sudor absorbido por el tejido. Curiosamente, las camisetas de correr que evaporan rápidamente el sudor, son las que peor huelen. Esto se debe a que a pesar de que el poliéster hace que sea más fácil que se evapore la humedad, atrae y atrapa los aceites de la piel, y con ellos a las bacterias que los descomponen. 

Por eso en los últimos años se han hecho populares tejidos en los que se mezcla el poliéster con nanopartículas de plata. Además de sus propiedades contra el hombre lobo y los vampiros, la plata es antibacteriana. Si las bacterias no se pueden depositar sobre la ropa, no se producen malos olores. El fabricante checo Nanoagtive, entre otros muchos, hace calzoncillos con estas partículas de plata que, según el fabricante, aguantan días sin necesidad de lavarlos, y sin malos olores.

Chaquetas de grafeno con calefacción

El grafeno es un material muy especial, que consiste en una sola capa de átomos de carbono dispuestos en una red hexagonal. Este material se puede emplear para fabricar textiles que tienen unas propiedades asombrosas: es increíblemente ligero, fuerte y flexible, lo que lo hace duradero y resistente al desgarro y la abrasión. Es también conductor de la electricidad, lo que permite la integración de componentes electrónicos en los textiles. 

Además la tela de grafeno tiene una alta conductividad térmica, lo que significa que puede transferir calor de manera eficiente al cuerpo. Por ejemplo, si dejas una chaqueta de grafeno al sol, se calentará y podrá calentarte cuando te la pongas. Otras chaquetas incorporan resistencias eléctricas para calentarse con baterías, como las chaquetas multiusos del fabricante Wear Graphene

Por último, el grafeno es más sostenible y menos contaminante que el poliéster. Se ha expresado preocupación por los efectos negativos para la salud de inhalar partículas microscópicas de grafeno, pero esto se produce en aplicaciones industriales, mientras que los textiles de este material han demostrado ser seguros por la organización independiente OEKO-TEX.

La ropa ha dejado de ser una simple cuestión de estética. En el siglo XXI, los textiles de alta tecnología nos ofrecen ropa que es funcional, cómoda y sostenible, sin sacrificar el estilo.

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