Cáscaras de limón, bicarbonato y sal: cinco cosas para las que puedes usar esta mezcla todoterreno para la limpieza de casa

Cada ingrediente tiene una función específica en la limpieza

Aurora López

26 de marzo de 2025 13:48 h

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Cada vez son más las personas que buscan alternativas caseras que sustituyan a los productos de limpieza industriales. Una de las más efectivas y versátiles es la mezcla casera de cáscaras de limón, bicarbonato de sodio y sal. Con tres ingredientes simples y asequibles, esta combinación estrella ha demostrado ser una verdadera aliada en la limpieza del hogar sin necesidad de recurrir a productos químicos generalistas. Desde la cocina hasta el baño, pasando por la vajilla y la ropa, estas son algunas de las cosas para las que podrás usar este trío todoterreno.

Económica y accesible a partes iguales, este limpiador casero permite mantener cada rincón de la casa limpio, desinfectado y con un agradable aroma cítrico. ¿Lo mejor? Su preparación resulta tan rápida como sencilla y además, está al alcance de todos, lo que la convierte en una alternativa sostenible y accesible para la limpieza diaria.

Cómo preparar la mezcla

Con solo tres ingredientes básicos —cáscaras de limón, bicarbonato de sodio y sal— puedes obtener un potente limpiador multiusos que te ayudará a desengrasar, desinfectar y eliminar malos olores en diferentes superficies de tu hogar. Recomendamos que emplees las siguientes proporciones:

  • Tres cáscaras de limón (pueden estar frescas o secas)
  • Dos cucharadas de bicarbonato de sodio
  • Una cucharada de sal fina o gruesa
  • Un litro de agua caliente

Cada ingrediente en esta mezcla cumple una función específica para lograr una limpieza eficaz. Las cáscaras de limón, ricas en ácido cítrico, actúan como un desengrasante natural que disuelve la grasa y elimina la suciedad incrustada, dejando un aroma fresco. Por otro lado, el bicarbonato de sodio no solo neutraliza olores, sino que también actúa como un abrasivo suave que elimina las manchas sin dañar las superficies; mientras que la sal, gracias a su textura granulada, potencia la acción exfoliante del bicarbonato. De esta manera, la sal también ayuda a descomponer los residuos más difíciles de la suciedad.

Para preparar el limpiador, simplemente tendrás que triturar ligeramente las cáscaras de limón en un recipiente con el fin de liberar sus aceites esenciales. Luego, añade el bicarbonato de sodio junto a la sal, vierte agua caliente y mezcla bien hasta que los ingredientes se disuelvan. Una vez lista la mezcla, deja reposar durante 10 o 15 minutos antes de usarla. Pasado este tiempo, solo quedará ponerse manos a la obra y descubrir todo lo que se puede limpiar con esta solución.

Un potente desengrasante para la cocina

La grasa acumulada en encimeras, fogones y electrodomésticos a veces puede ser un hueso duro de roer, incluso con productos agresivos. Por suerte, las cáscaras de limón, al contener ácido cítrico y aceites esenciales, pueden favorecer la descomposición de la grasa de una manera efectiva. Al combinar el limón con el bicarbonato y la sal, se obtendrá una pasta abrasiva capaz de eliminar los residuos más pegajosos, pero sin dañar las superficies.

Para ponerlo en práctica, simplemente bastará con aplicar el limpiador sobre la superficie que desees limpiar, frotar con una esponja y posteriormente, enjuagarla con abundante agua tibia. El resultado que obtendrás será una cocina más limpia y siempre con un fresco aroma a limón.

Un aliado para la vajilla y los utensilios de cocina

Las sartenes y ollas con restos quemados pueden recuperarse fácilmente con esta mezcla. Su acción abrasiva permite eliminar la suciedad adherida sin necesidad de frotar en exceso.

Para ello, espolvorea bicarbonato y sal en la superficie de la olla o sartén, agrega jugo de limón y deja reposar unos minutos. Luego, frota con una esponja y enjuaga con agua caliente. También es útil para limpiar tablas de cortar y eliminar bacterias acumuladas en los utensilios de cocina.

Eliminador de olores y blanqueador natural

Sabemos que el bicarbonato de sodio es un conocido neutralizador de olores, lo que hace que sea idóneo para eliminar aromas no deseados en las neveras o en los cubos de basura. Si quieres aportar una fragancia fresca y agradable en la nevera, simplemente coloca un recipiente con bicarbonato y unas cáscaras de limón en su interior.

Otra opción útil para la que puedes usar la mezcla es si preparas una infusión con cáscaras de limón y bicarbonato, la cual puedes utilizar para rociar sobre alfombras, cortinas o sofás. Así se eliminarán los malos olores dejando una sensación de frescura. Además, su efecto blanqueador resulta útil para devolver el brillo a encimeras, azulejos e incluso prendas de ropa blancas, ayudando a eliminar manchas y a mantenerlas relucientes.

Limpieza profunda del baño y desagües

Las superficies del baño o los aseos, especialmente los lavabos y duchas, suelen acumular cal, moho y suciedad. Y, precisamente, esta mezcla actúa como un limpiador natural que puede evitar la formación de estas manchas.

Para aplicarlo en el baño, hay que espolvorear bicarbonato y sal en la superficie que se quiere limpiar, frotar con una esponja humedecida con jugo de limón y dejar actuar unos minutos antes de enjuagar. Como añadido, si viertes la mezcla en los desagües con agua caliente, reducirás los residuos de jabón y también los malos olores.

Cómo usarla para limpiar joyas

En la limpieza de joyas de plata, se recomienda mezclar una cucharadita de bicarbonato con una pizca de sal y unas gotas de jugo de limón hasta formar una pasta suave. Una vez hecha la mezcla, debe aplicarse frotando delicadamente la superficie de la joya con un paño o un cepillo de dientes de cerdas suaves hasta eliminar toda la suciedad y devolverle su brillo natural. Cuando esté ya limpia, hay que enjuagarla con agua tibia y secar cuidadosamente con un paño para evitar las marcas de agua.

El proceso para limpiar el oro es incluso más sencillo. Basta con sumergir la joya en un recipiente con agua tibia en el que se haya disuelto una pizca de sal y una pequeña cantidad de bicarbonato. Se debe dejar actuar la mezcla durante unos minutos para que los residuos de grasa o suciedad se desprendan con mayor facilidad. Pasado este tiempo, se frota suavemente la pieza para eliminar cualquier impureza restante y, finalmente, se aclara con agua limpia y se seca con un paño suave para recuperar su brillo original.

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