¿Cómo saber qué cepillo de dientes es el adecuado para mí?

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Si hay un objeto indispensable en nuestra rutina higiénica diaria ese es el cepillo de dientes. La forma, tamaño y dureza de sus cerdas son los factores principales —aunque no únicos—, que diferencian cada tipo de cepillos para adaptarse a nuestras necesidades dentales. 

Para sacar el mejor partido a su función, mantener óptima nuestra higiene bucodental, solo tenemos que saber cómo elegirlos, cómo mantenerlos en buen estado y cómo usarlos correctamente. 

El Dr. Óscar Castro, presidente del Consejo General de Dentistas y las profesionales de la Clínica Dental Rut Marín, con la dentista Marín como portavoz, nos ayudan a responder a ocho preguntas fundamentales.

¿Manual o eléctrico?

Tanto los cepillos manuales como los eléctricos son óptimos para eliminar correctamente la placa de nuestros dientes si seguimos las recomendaciones básicas de cepillado que comentaremos posteriormente.

Aun así, Castro afirma que “la tecnología oscilante-rotatoria, propia de los cepillos eléctricos, ha demostrado ser más eficaz en la eliminación de placa y en la reducción de gingivitis”.

Además, los nuevos cepillos eléctricos inteligentes poseen varias ventajas según el Consejo General de Dentistas: “el riesgo de abrasión del diente es menor (porque suelen llevar un control de presión), permiten controlar el tiempo de cepillado mediante señal acústica, son capaces de indicar si cada zona de la boca ha sido suficientemente cepillada o no y son indicados en pacientes con discapacidad física o psíquica”. 

¿Cómo debe ser la dureza de las cerdas?

Los tipos de cepillos de dientes se clasifican en cuatro grandes grupos según la dureza de sus cerdas: alta, media, suave o extrasuave.

  • Los de dureza alta “están contraindicados porque al ser tan duros pueden desgastar el esmalte de los dientes y encías, pudiendo favorecer la sensibilidad dental y el sangrado”, explica Marín. 
  • Los de dureza media son los más recomendados “ya que eliminan la placa y restos de comida sin dañar el esmalte y los tejidos blancos”, anota Marín.
  • Mientras que los de dureza suave “son recomendados para niños y personas con dientes sensibles o signos de erosión dental”. 

Por último, “los extrasuaves se recomiendan en periodos cortos de tiempo como en situaciones postquirúrgicas”, explica Castro, a lo que Marín añade que “incluso los podríamos utilizar en presencia de aftas o irritación en boca”. 

¿Y la forma de las cerdas?

Las cerdas pueden tener forma recta o redondeada. Estas últimas son las más comunes porque “nos permiten llegar más profundamente entre los dientes y debajo de la línea de las encías, proporcionando una limpieza superior”, explica Marín. 

Aun así, “determinados cepillos existentes en el mercado mezclan forma y altura de las cerdas para intentar llegar mejor a determinadas zonas del diente”, dice Castro.  

¿Influye en algo el cabezal del cepillo?

La respuesta es sí, ya que dependerá de factores como el tamaño de la boca, dientes y preferencias de cada persona. Por ejemplo, explica Castro que “con un cepillo que tenga el cabezal más pequeño y estrecho se puede acceder con más facilidad a todos los rincones, pero también cuesta más tiempo hacer una limpieza completa”. 

Por otro lado, un cepillo demasiado grande impediría llegar a la parte posterior de la boca, es por esto que lo importante a la hora de elegir el cabezal es que uno se sienta cómodo durante el cepillado. Podemos empezar por uno más pequeño e ir en busca del tamaño que mejor se adapte a nosotros.

¿Existen casos que requieran cepillos específicos?

Existen dos casos principales: “los pacientes con tratamiento de ortodoncia con brackets deben recurrir a unos cepillos especiales denominados de ortodoncia, que tienen una hilera de cerdas en el centro de menor altura, para permitir deslizarlas por los brackets y los alambres”, explica Castro.

Por otro lado, “las personas que llevan prótesis removibles deben utilizar un cepillo de prótesis, caracterizado porque el cabezal es más grande y las cerdas más duras”, apunta Marín. 

¿Dónde debo comprar el cepillo de dientes?

Aunque según Marín lo idóneo es comprarlos en farmacias o parafarmacias, Castro nos explica que “pueden adquirirse en cualquier tienda y lo recomendable es consultar con el dentista acerca del tipo más indicado en cada caso”. 

La utilización de un cepillo de dientes inadecuado o que no se adapte a nuestras necesidades “implica que no podamos eliminar bien la placa bacteriana, que se produzca sarro, inflamación de encías, gingivitis y caries, entre otros aspectos”, apunta Marín. 

Además, Castro afirma que “también puede originar un cuadro nada infrecuente denominado abrasión del esmalte, dejando a la dentina expuesta y provocando sensibilidad dental”.

¿Cómo debo mantener el cepillo en buen estado?

Para conservarlo adecuadamente Castro nos facilita diferentes claves: 

  • Enjuagarlo después de su uso, sacudirlo para eliminar el exceso de humedad y colocarlo con el cabezal hacia arriba en un recipiente.
  • No mezclar los cepillos de la familia porque son una fuente de transmisión de virus y bacterias. 
  • Mantenerlos alejados del inodoro. 
  • En los viajes, protegerlo con su funda, ventilándolo entre un cepillado y otro. 
  • Cambiarlo cada tres meses o cuando se sufra de alguna infección que afecte a la boca o garganta, porque las bacterias y los virus pueden acantonarse en las cerdas.

¿Cómo debo lavarme los dientes adecuadamente?

Para empezar, Castro recalca que “la pasta dentífrica fluorada es uno de los métodos más eficaces para la prevención de la caries y de la enfermedad periodontal”. A esto hay que sumar al menos dos cepillados al día (principalmente matutino y antes de acostarse) e, idealmente, después de cada comida principal. 

Además, “es imprescindible lavarnos los dientes durante dos minutos, no olvidarnos de ninguna cara del diente y no hacer excesiva fuerza para no dañar los tejidos blandos”, explica Marín, quien recalca también la importancia de “no olvidarnos de limpiar la lengua con un limpiador específico para ella, ya que esta es también un foco de bacterias”.

Para completar adecuadamente nuestra higiene bucodental nos beneficiaremos de otros aparatos como “la seda dental o los cepillos interproximales para eliminar las bacterias que se acumulan entre diente y diente”, explica Castro. 

Respecto al uso de colutorios, el presidente del Consejo General de Dentistas apunta que “debe reservarse para determinadas circunstancias y pacientes, por lo que aconsejamos que siempre se utilicen bajo prescripción facultativa”. 

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