¿Vas a viajar y no quieres que las chinches se conviertan en tus próximos huéspedes cuando llegues a casa? La plaga de chinches que sufre París está generando preocupación en el país y también en otros países europeos. Una expansión que los expertos atribuyen sobre todo al cambio climático, que favorece su desarrollo, la globalización y el aumento del turismo.
Estamos hablando de una plaga muy asociada al sector hotelero y los alojamientos turísticos. Este pequeño insecto parásito, que mide unos cinco milímetros, es de color marrón, alargado, con un cuerpo plano y de forma ovalada al que le gustan sobre todo zonas como las camas –como su nombre indica, Cimex lectularius, chinche de cama- y lugares tapizados como un cabecero, una silla o un sofá.
Su diminuto tamaño favorece que podamos transportarlo en la maleta y en la ropa, aumentando así la posibilidad de infestación al traerlo con nosotros de vuelta a casa. En realidad, las chinches son unos grandes viajeros. Como nos cuenta Jorge Galván, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), “el chinche es la plaga más viajera de todas porque es de pequeño tamaño y se introduce fácilmente en nuestras maletas y ropa”.
De forma accidental también podemos encontrar chinches “en un autobús, que tienen sillones tapizados, en el metro, el cine, el teatro y cualquier otro lugar donde se pueda desarrollar”, admite Galván.
Chinches, dónde se encuentran y cómo detectarlos
Las chinches, una vez en el dormitorio, “pueden esconderse en los rodapiés, dentro de un enchufe, en los armarios empotrados, aunque los más habitual son los tapizados en general y el colchón en particular”, matiza Jorge Galván.
“El chinche normalmente no se ve porque actúa de noche, aunque tenga capacidad de hacerlo de día”. Estas plagas se sienten especialmente atraídas por la temperatura corporal y el dióxido de carbono que libera nuestro cuerpo. Es, por tanto, uno de los principales motivos por los que se encuentra en almohadas, colchones o sábanas. Durante el día tienden a esconderse cerca de donde dormimos.
Cuando hay chinches en la cama, lo más probable es que veamos una pequeña mancha de sangre en las sábanas que vienen de la sangre que han ingerido, incluso podríamos ver sus heces, diminutas manchas marrones. Aunque las chinches no son vectores transmisores de enfermedades, como reconocen los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidense (CDC), las picadas pueden llegar a ser muy molestas, sobre todo porque suelen producirse por la noche y pueden llegar a alterar el sueño y el descanso.
¿Tiene algo que ver su presencia con la suciedad? La limpieza no es un factor que determine la probabilidad de una infestación de chinches. En muchos casos es indiferente si nos hospedamos en un hotel de cuatro estrellas o en uno básico. Las chinches pueden estar en cualquier lugar.
Aunque también es cierto que la falta de higiene puede ser un factor que ayude a favorecer la proliferación de las plagas –encuentran más alimento y más refugio, pero “no es una condición indispensable”, aclara Galván. Si vamos a un lugar donde hay chinches lo más probable es que nos piquen, y lo harán de noche. “Podemos usar algún tipo de repelente para dormir para evitar que lo hagan”, aconseja Galván.
Otra particularidad que puede dificultar su control es que las chinches son muy resistentes: pueden quedarse confinados durante días o semanas en una maleta sin ningún problema. Es más, aunque suelen alimentarse de sangre cada cinco o diez días, son capaces de sobrevivir varios meses sin alimentarse, algo inusual para la mayoría de insectos.
Como reconoce Galván, pueden “estar en una habitación aletargada durante un año y, al llegar una persona, reactivarse”.
Medidas para no traer las chinches a casa cuando vayamos de vacaciones
Lo último que queremos cuando llegamos a casa de unos días de vacaciones es abrir la maleta y encontrarnos con estos huéspedes indeseados. La mejor manera para no traerlas en la maleta es vigilar bien qué hacemos con el equipaje, mochilas y bolso de mano. Una de las cosas más habituales que solemos hacer cuando llegamos al hotel es deshacer la maleta y empezar a poner toda la ropa en la cama para después guardarla en el armario.
Cuidado con esto porque es importante mantener distancia entre la ropa y la maleta y la cama para no facilitar el medio de transporte a través del equipaje. “Lo primero que podemos hacer es abrir la maleta solo para coger cosas y, antes de meter algo, revisarlo bien”, admite Galván.
ANECPLA nos da más recomendaciones para librarnos de las chinches de cama cuando viajamos y que estos no vengan con nosotros:
- Revisar las sábanas, almohadas y colchones y observar de cerca la superficie, los lados y costuras del colchón.
- No dejar el equipaje encima de la cama porque es justo donde se encuentran las chinches y les estaríamos dando un billete gratis a nuestra casa.
- No usar insecticidas domésticos porque pueden generar resistencia y ayudan a extender la plaga.
- Si sospechamos que hay chinches, poner el equipaje en cuarentena, en una zona aislada de los dormitorios.
Si somos viajeros un poco más vigilantes, pondremos la maleta y bolsos en un lugar elevado del suelo, en una mesa o estantería lejos del suelo y de la cama, y si somos aún más cautelosos guardaremos nuestras pertenencias en bolsas de plástico selladas.
Al volver a casa es importante volver a revisar el equipaje de nuevo y lavar “todo lo que se pueda lavar con agua caliente, a unos 60ºC”, admite Galván, tanto si lo hemos usado como si no. Si la sometemos a calor “la ropa con chinches no hace falta tirarla”, reconoce el experto, que admite además que los tratamientos más efectivos para erradicarlas son tratamientos combinados de un biocida y calor.
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