Si no ves este contenido puede deberse a la carga en tu dispositivo móvil. Haz clic aquí para recargar la página.
Aunque los días más intensos de la pandemia de COVID-19 ya empiezan a quedar atrás, quien más quien menos, todas y todos todavía debemos de vez en cuando frotarnos las manos con líquido desinfectante al entrar en una tienda, un comercio o la casa de otras personas o, incluso, nuestra propia casa.
A la mayoría, que no solemos usar con mucha frecuencia cremas de manos, la exposición a este líquido, así como al agua del grifo, a jabones muy agresivos y, quizás, a piscinas, saunas u otros ambientes, nos deja la piel de las manos hecha jirones.
El resultado es tener la piel llena de escamaciones, surcos y quién sabe si alguna herida de tipo eccematoso. Y, por descontado, un aspecto estético francamente mejorable. Y es que el cuidado de las manos también es importante para tener una buena salud, ya que son la parte de nuestro cuerpo que más en contacto estará con los agentes patógenos del entorno.
Es por ello que conviene emplear de vez en cuando pomadas o cremas reparadoras de manos agrietadas con el fin de mantener la piel tersa y libre de posibles heridas.
¿De qué se componen las cremas para manos agrietadas?
Las cremas para manos agrietadas suelen ser una mezcla de muchos elementos de laboratorio, algunos de ellos humectantes, como la urea, para facilitar la penetración del agua y de los productos que principalmente se encargarán de reparar las manos.
Estos suelen ser grasas sintéticas y aceites que evitarán la deshidratación excesiva de las células térmicas así como aportarán una mayor tersura y resistencia a las agresiones exteriores. Entre ellos están la parafina líquida, el isopropil mirystato, las gomas y los carragernos (se obtienen de las algas) y los ésteres de ácidos grasos así como de glicerina.
Además, las cremas y pomadas suelen llevar algunos elementos desinfectantes o antisépticos, como ciertos alcoholes orgánicos e incluso en algunos casos algún producto antibiótico. En este grupo están los glicoles, que son alcoholes de glicerina y los ciclohexenos, que forman peróxidos al contacto con el aire. Finalmente en las cremas suelen incorporarse aceites aromáticos como el geraniol, el citronellol y otros para otorgar buen olor.
Lo importante en este tipo de cremas es que se puedan aplicar bien, que no resulten demasiado densas y pegajosas y que se absorban bien por las pieles secas, ayudando a restaurar y favoreciendo la cicatrización de las zonas más lesionadas.
Cinco cremas para manos agrietadas bien valoradas
Se trata de una crema no grasa de rápida absorción, que tiene en la urea su componente estrella. Este compuesto ayuda a hidratar las zonas más difíciles disolviendo las capas córneas de células muertas; de eso modo la crema puede penetrar mejor.
Un clásico de las manos trabajadoras en el siglo XX, que sigue funcionando en el XXI, ahora en todo el mundo gracias al comercio electrónico. Su formulación no es demasiado elaborada pero presenta la garantía haber funcionado desde hace muchos años.
NEUSC-2 pastilla de grasa para manos agrietadas
Con la piel limpia y seca, se extiende una capa fina de esta pomada a base de grasas sintéticas sobre la zona a tratar, realizando posteriormente un ligero masaje hasta su total absorción.
Para los y las que tengan reticencias ante las formulaciones sintéticas, esta pomada a base de leche de almendras se postula como 100% natural y respetuosa con el medio ambiente.
Este bálsamo para pieles secas no solo mantiene tus manos suaves y lisas, sino que también puedes utilizarlo para hidratar codos, rodillas y pies. Además, es completamente natural, con una mezcla calmante de aceites y cera de abejas que protege la piel áspera.
*El equipo de periodistas y expertos de ConsumoClaro recomienda de forma rigurosa e independiente productos y servicios para nuestros lectores. Cada vez que compras a través de algunos enlaces añadidos a este texto, elDiario.es recibe una comisión.
Si no te quieres perder ninguno de nuestros artículos, suscríbete a nuestros boletines